"Ella está sonriendo, pero la está matando por dentro".
—¿Quieres que me vaya? —le pregunté.
—No he dicho eso, sencillamente te he preguntado si quieres
que te lleve a tu casa.
—Ya entendí.
Aunque sabía que ya estaba incómodo de mi presencia y me
molestaba ser una molestia para la gente, pero ahora no era así.
—¿Entonces eso es un sí o no?
—Si quieres deshacerte de mí me puedo largar ahorita mismo —amenacé
con abrir la puerta.
—¿Estás loca? —me preguntó él mirándome después de un largo
rato—, no he dicho en ningún momento eso.
—Entonces deja de insinuarlo si es que no quieres que me
largue en este preciso momento —le avisé—, o mejor, haz que tu boca permanezca
callada si es que no tienes nada bueno que decir.
No entendía porque me quedaba después de todo lo que él me
había dicho y de lo que me había insinuado, sentía que no era correcto, pero no
me importa su forma de tratarme en ese momento sino él estar con él en ese
preciso momento pues más tarde sería muy tarde.
—Ok —sentenció Justin.
Dejamos de hablar por un rato y él no se movía así que me
puse a pensar en dos cosas cuando vi eso: así de simple. 1. O me odia o 2. No
quería molestarme en ese momento.
—¿Qué quieres hacer?
—No sé, cualquier cosa —respondí y luego hice una pausa—
¿quieres hablar conmigo?
—Sí, ¿por qué no?
—No lo sé, esto es raro —comentó él.
—¿Te molesta mi presencia? —le pregunté.
—No —sentencié— ¿por qué tendría que molestarme?
—Porque siento que estás incomodo conmigo desde que dijimos
todo lo que nos dijimos.
—No lo estoy, sería un poco tonto enojarme por eso —me dijo—
todo está bien, ________(tu nombre).
Dijo eso y me sonrió, pero ¿qué quería que haga? Igual me
molestaban un montón de cosas. Me arrepentía terriblemente aunque haya dicho
antes que no ahora comenzaba a hacerlo, me sentía demasiado mal. Yo quería que
todo fuera como antes y estaba encaprichada, pero supongo que después de esto
pensaré un poco diferente y todo será mejor.
—Igual siento que es así.
—No. —sentenció—, ¿quieres salir a caminar? ¿escuchar
música? ¿algo?
—Escuchar música —le dije—, no tengo ganas de caminar.
—Ok.
Él prendió el equipo y estaban dado las típicas propagandas
de las emisoras, me reí. Pero realmente no entendía con total claridad lo que
decían porque su tono de voz me parecía chistoso.
—¿De qué te ríes? —me preguntó él dejando todo su enojo y su
seriedad a un lado.
—De lo que dicen —le respondí— hablan chistoso.
—Bueno, más o menos —dijo él, pero aún con una sonrisa.
Justo después de que él dijo eso terminó la propaganda y
comenzó a sonar “Where Have You Been?” de Rihanna, la comencé a cantar pero
susurrando para que él no me escuchara. A medida que la canción avanzaba mis
ganas de ir a una fiesta comenzaban por el ritmo de la canción y ahí tenía a
Justin sonriendo al verme justo a mi lado.
—Necesito ir a una fiesta —le dije a Justin justo en el coro
de la canción— debo de ir sí o sí.
—Ya tendrás muchas fiestas a las cuales ir —me dijo él, pero
su sonrisa se iba desvaneciendo a medida que avanzaban los segundos— en Londres
y todo eso.
—Bueno sí, pero me gustaría ir a una fiesta contigo.
En ese momento me puse a imaginarme a Justin y yo en una fiesta, y todas las idioteces que
probablemente yo estaría haciendo con él en ese momento y justo con esa canción
de fondo, la misma que estaba sonando. Sólo podía sonreír, aunque me hubiera
encantado besarlo en este preciso momento, ya que lo tenía acá cerca, para
siempre.
—¿Conmigo? —cuestionó.
—Claro, ¡sería buenazo!
—¿Segura? —dijo eso él riéndose.
—Sí, cuando vuelva hay que ir a una fiesta —sonreí—, ¿ya?
—¿Ir a una fiesta? ¿Los dos? —hizo una pausa—. Mmm… déjame
pensarlo.
—¿Todavía lo piensas? —dije eso y comencé a matarme de la
risa.
—Claro, es una prioridad ir a una fiesta conmigo, por favor
¡pff! Soy Justin Bieber, ¿con quién crees que estás hablando? —bromeó él.
—¡Eres un tonto! —y comencé a matarme de la risa.
—Así soy, así me aman —me guiñó el ojo y se rio conmigo.
Nos estuvimos riendo un rato y me hubiera encantado que
todos los momentos juntos a él fueran idénticos a estos. Amaba cuando la gente
me hacía reír, era algo que en estos meses me había costado hacer.
—Te quiero demasiado —se me escapó entre risa y risa.
Él se detuvo y dejo de reírse y sólo me observó, sin ninguna
sonrisa, sin nada. Sin ninguna expresión, sin ningún gesto y fue en ese preciso
momento que pensé que había dicho la idiotez más grande de mi vida y que
hubiera sido mejor quedarme callada. Su rostro lo decía todo, pareciera que
estuviera muerto y no sintiera nada.
—¿Y yo no? —me respondió él.
—No lo sé —le dije con un poco más de tranquilidad y se me
escapó una sonrisa.
—Te quiero como no tienes idea, sé que no somos nada, sé que
te vas a ir y es mejor no hacerme ilusiones contigo, pero te quiero y me
gustaste desde el primer momento que te vi en la playa y me miraste con odio —me
dijo sonriendo.
—¿Aún lo recuerdas? —le
hice esta pregunta con una sonrisa enorme, pues lo recuerdo como si hubiera
sido ayer, pero jamás pensé que él le hubiera tomado tanta atención.
—¡Claro que sí! ¿Cómo me voy a olvidar de eso? Aparte que ha
sido hace unos cuantos meses.
—Pero pensé que te olvidarías —le dije.
—Claro que no.
—Eres demasiado lindo —lo dije en casi un susurro, pero lo
suficientemente fuerte como para que él pudiera escuchar lo que estaba
diciendo.
—¿Y tú? Eres preciosa, perfecta, la chica más bella del
mundo —me dijo con tal sinceridad que lo creí.
Me encantaban estos momentos, realmente me estaba dando
cuenta que lo quería, pero no quería hacerme ilusiones con él, como él me lo
dijo a mí. No sé desde cuando lo comencé a querer con certeza, pero sé que es
el chico más lindo del mundo.
Se acercó más hacia mí, y yo hacia él, no podía dejar de
verlo a los ojos, esos preciosos ojos, pero sé que sólo quería tener cerca de
mí para siempre sin importar lo que los demás digan.
Me acerqué hacia él un poco más y al segundo que vi que él
había cerrado los ojos, yo me encontraba haciendo lo mismo. Lo agarré del
cuello y lo acerqué más hacia mí para terminar en un beso, mientras él tenía
una de sus manos en mi mejilla y la acariciaba. Lo que sentía al tenerlo de
esta manera era único. No podía dejar de sentir todo esto. Amaba esta
sensación, no quería despegarme ni un solo minuto de él, sólo quería que esto
sucediera para siempre.
Este beso duró, diría yo, por más de 1 minuto. Parecía que
nuestros labios encajaban perfectamente y que habíamos nacido para estar
haciendo esto. Era sencillamente perfecto y único. Cuando nos separamos le
sonreí y él a mí.
—Te quiero —dijimos los dos a la vez con una sonrisa.
Los dos comenzamos a reír porque lo habíamos dicho a la vez,
pero después de unos segundos mi celular comenzó a sonar fuertemente malogrando
por completo el momento.
—Ptm, ¿quién jode? —dije un poco molesta.
Cuando fui a sacar mi celular del bolsillo me di cuenta que
tenía una llamada entrante de mi mamá.
—¿Aló? —dije.
—________(tu
nombre), ¿dónde estás?
—Por ahí —me
limité a decirle—, ¿por?
—Ya debes
de venir a arreglar las últimas cosas que tienes.
—Pero ya
tengo todo ordenado —le dije recordando.
—¿Segura? —preguntó—,
porque no tienes tu equipaje de mano ni nada, ah. Y aparte quiero que vengas
para que te pruebes unas cosas. ¿Sí?
—Ya, voy en
un ratito, pero espérame.
—No, ven
ahorita mismo porque ese “ratito” se va a convertir en dos horas.
—¡Qué
exagerada! —exclamé.
—Ven, hija.
—Ok, ya
voy.
—Te espero,
chau.
—Chau mami.
Después de decir eso colgué y Justin no se tardó en hacerme
preguntas.
—¿Quién era? —fue su primera pregunta.
—Mi mamá.
—Oh, ¿y qué pasó? —la segunda.
—Nada, sólo me estaba diciendo que en un rato vaya.
—Ah ya, no te preocupes, yo te llevo —me sonrió—, ¿hasta qué
hora tienes?
—Unos 15 minutos más, algo así.
—Oh, pero aún hay tiempo —me dijo— ¿quieres hacer algo?
—No, nada en especial, sólo quiero estar contigo.
—¡Qué linda! —exclamé con una sonrisa.
—¿Acaso tú no quieres estar conmigo?
—Claro que quiero.
Y así fue, y esos 15 minutos se pasaron entre risa y risa,
canción y canción, y un beso más. De ahí él me llevó a mi casa, y me dejó en la
puerta y me di cuenta que llegó el tiempo de la despedida. Después de mucho
tiempo no lo vería, por esa razón me quedé con él en su carro antes de bajar y
entrar a mi casa.
—Te voy a extrañar demasiado —le dije— como no tienes idea.
Te voy a extrañar con todo, la he pasado demasiado bien estos últimos días
contigo, de verdad, ha sido genial, ha sido una de las mejores cosas que me han
pasado acá en Atlanta, ten por seguro que cada día te voy a tener presente y
que te voya mandar un mensaje apenas llegue a ___________(tu país), y cuando
llegue a Londres y vamos a poder hablar por las noches. O yo que sé, pero lo
único malo de todo esto es que hubiera amado que todo esto hubiera pasado
muchísimo antes o después de mi viaje, porque la distancia siempre malogra las
cosas, aunque no somos nada.
Me desespere al momento de decir todo eso y las lágrimas
quisieron salir al momento que me imaginé todos los días que pasarían hasta que
lo vuelva a ver. Creo que sería a una de las personas que más extrañaría desde
que me fuera. Lo quería, lo quería y me estaba dando cuenta y también que era
lo que quería evitar y ese era mi propósito desde que llegue acá a Atlanta: no
encariñarme con ningún chico. Claro una chica sí, porque podemos ser amigas y
la distancia jamás malograría una buena amistad, pero es diferente cuando
llegas a esas cosas con los chicos. Yo por eso no quería que nada de esto
sucediera, pero ya era demasiado tarde me tenía entre sus manos. Me tenía loca
por él. Conociéndome como me conozco sé que no podría dejar de pensar en él en
cada momento del día que pasara. Pero sería un poco difícil, pero realmente no
estaba segur de lo que fuera a suceder más adelante.
Tenía miedo a lo que él fuera a decirme después de todo lo
que le dije porque eran cosas un poco fuertes y había logrado mostrarme de una
manera un poco débil enfrente de él. Eso era algo que me estaba molestando un
poco, pero no tenía mi interés en ese momento. Lo que tenía mi atención
completa en ese preciso momento era el miedo que se había apoderado de mí. El
nerviosismo.
Cuando había terminado de decir todo lo que dije él
solamente me miró y no sabía que decirme, por eso mi nerviosismo incrementó.
Sólo me miraba fijamente a los ojos y de ahí bajó su mirada y justo después de
eso comenzó a mirar por todos lados.
Me sentía un poco tonta, pero tenía la misma expresión que
cuando terminé de hablar, él ya estaba abriendo la boca para articular alguna
palabra y ahí fue cuando el nerviosismo llegó a sus límites más altos.
—…
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Chicas,
¿cómo están? Sé que mis disculpas ya no sirven, mis excusas mucho menos. Pero
esta semana ha sido la peor semana de mi vida y realmente he escrito este
capítulo a las justas, así que disculpen si no les gusta, pero he tratado de
hacer mi mayor esfuerzo. De verdad no tengo ganas de nada, absolutamente nada,
estoy con un humor horrible. No creo que subir otro capítulo hasta la próxima
semana, pero con todo lo que ha pasado me voy a pasar el resto de días que faltan escribiendo capítulos y
contestando sus preguntas, porque necesito una forma de distraerme de todo y no
concentrarme en todo lo ocurrido.
Lo
más probable es que suba un post en mi otro blog (http://ifyoujustdream.blogspot.com) porque tengo toda la inspiración para hacerlo y ganas me sobran.
Disculpen por estar tan seca con ustedes y por fin hoy contestaré todos sus
comentarios acumulados.
Bueno,
chicas, cuídense, ojalá les haya gustado, las quiero, un beso (:
Blog
donde se encuentran los primeros capítulos de “Un giro de 360° desde que te
conocí”: http://ungirode360desdequeteconoci-novel a.blogspot.com
♥ Vale ♥