martes, 18 de junio de 2013

Cap. 125°: "Tal vez me hiciste un favor"

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"No juegues con una chica que puede jugar mejor que tú, perra". 

—¡No seas idiota Justin! —exclamó Chaz.
—Sí, huevón.
—Pero…
—¿Pero qué? —cuestionó Ryan molesto— acá no hay peros. Ese chico básicamente se la estaba tirando*. 

*Tirando, cachando, cogiendo (saben a lo que me refiero).

—Sí, ¡piensa! ¿Qué? ¿Vas a poner mil de peros? Habla con esa huevona. ¿Cómo te va a hacer eso? —siguió Ryan.

Me sorprendió que estuviera tan enojado y dijera tantas cosas de la que ahora era su “hermanastra”.

—Sí, dile algo. Más bien, háblale ahorita —me dijo Chaz.
—¡NO! ¿Qué le voy a decir?
—No sé, pero háblale.

En un abrir y cerrar de ojos ya no tenía mi celular y ellos le habían escrito idiotez y media, pero cuando me acerqué a ver, sólo vi que ya lo habían mandado a ella y a quién le estaban escribiendo.

—¿QUÉ MIERDA TIENEN? —grité y les quité mi teléfono.

Me senté y comencé a leer lo que le habían escrito a ________(tu nombre):

Definitivamente, tú te pasas de viva chibola*, si tú querías hacerte la viva conmigo para luego irte con tus amigos para ir a besarlos, ponerte en esas posiciones, es tu problema. Y sí tienes razón, tal vez me hiciste un favor, finalmente Selena está 10 mil veces mejor que tú.

Chibola*= generalmente se les dice así a los niños(as) o a las personas que son menores que uno.

Claro, después de eso no era menos esperar que viera esto:

Selena, ¿qué vas a hacer hoy? ¿No quieres salir conmigo un rato a comer algo? Hay que vernos, escuché que estarías por acá. Te extraño.

Después de eso, sólo los miré.

—Creo que ya saben lo que tienen que hacer, ¿verdad? —les dije.
—¿Qué? —los dos parecían no entenderme.
—No sé que van a hacer para solucionar esto. Porque yo no pienso ver a Selena y yo jamás diría algo así de _______(tu nombre).
—No jodas —me dijo Ryan—, tú vas a salir con Selena.
—Sí, y ________(tu nombre) lo tiene bien merecido —agregó Chaz.
—¿Cómo vas a decir eso? —le dije—. Yo no voy a salir con Selena jamás. Y no lo tiene merecido, está bien que haya hecho tremenda estupidez, pero no merece que le hablen así como si fuera cualquier cosa. Acuérdate que es una mujer.
—Puta, ya perfecto, después de todo lo que te hizo… —dijo murmurando.
—Habla más alto pues Chaz —le dije.
—¿Qué? —se metió Ryan—, ¿prefieres que te digan tus verdades en voz alta para que luego te pongas como un idiota?
—No es eso —le dije— sólo que me jode que murmure.
—¡Ya cállate! —me gritó Chaz— pareces mujer, tanto que te quejas.
—¡No seas machista! —exclamé.
—Y tú no te pongas así, todo gay.

Me cansé de escucharlos, así que sólo agarré mi celular y le escribí a ________(tu nombre):

No fui yo. Fueron Chaz y Ryan después de ver la foto con tu amigo, salías bonita, ¡ah! (:

Sí sé que lo más probable después de que leyera eso, era que me mandara a la mierda o que no me creyera, pero tenía una oportunidad para hacerle saber que vi su foto, aunque a estas alturas le debe de importar muy poco, pero bueno… ahora no sé qué hacer con Selena, pues si le digo que eran ellos sonaría como diciendo “lo último que quiero hacer en mi vida es verte” y aunque sea casi cierto al 100% no quería sonar así de atorrante. Así que realmente no sabía qué hacer con eso.

—Arreglen lo de Selena —les dije— no sé qué van a hacer, pero yo no pienso decirle que ustedes le hablaron porque se va a sentir ofendida como si jamás quisiera verla.
—¿Y no es así? —preguntaron.
—Sí, pero ella no debe de saberlo. ¿Qué idea va a tener de mí?
—Bueno, después de todo lo que le dijiste anoche borracho… sencillamente dudo que responda tu mensaje.
—Ah verdad —dije— ¡mierda!

De pronto un celular sonó y escuché que era el mío.

No estoy en la ciudad. Recién voy a llegar, bueno acabo de aterrizar. Estoy con mi mamá, pensábamos ir a comer en la noche. Si deseas podrías ir con nosotras.

Les leí lo que Selena me había mandado en voz alta.

—¿Ven lo que han hecho? —dije molesto— ¿ahora qué voy a hacer? ¿Ah? ¿Qué le digo? “¿Sabes qué Selena? No fui yo, fueron los idiotas de Ryan y Chaz y ni muerto pienso salir a comer contigo y con tu mamá porque eso significaría que pienso que regresar contigo y es lo último que quiero ahora”.
—¿Y por qué no regresarías con ella? —preguntó Chaz.
—Porque no me gusta pues, porque yo estoy enamorado de ________(tu nombre).
—¡Eso sonó tan lindo! —exclamó Ryan—, pero lástima que ella te hizo todo eso.
—¡Cállate! —exclamé.
—Sí, pero es verdad. Así que sal con Selena, a ella de hecho que todavía le interesas.
—Pero a mí no y prefiero no ilusionarla porque me importa y no quiero hacerle daño.
—¡Pero acabas de decir que te importa! —exclamó Chaz.
—Sí, me importa… tal y como me importa Caitlin, ¿me entiendes? Porque es mi ex y obvio que no me gustaría dañarla.

Después de lo que dije, Chaz se puso un poco rojo, seguramente se sintió un poco incómodo con lo que dije porque pensaba que me refería a él, aunque no era así necesariamente.

—Ya bueno, entonces sólo tienes dos opciones: o le dices que fuimos nosotros, sonando lo más atorrante posible —dijo Ryan haciendo una breve pausa—… o sencillamente puedes aceptar las cosas como son y salir a comer un rato con ella.
—Te olvidaste de la opción que realmente voy a tomar —le dije.
—¿Cuál? —me miró él extrañado.
—En la que dices que tú y Ryan van a ser hasta lo imposible para solucionar lo que ustedes mismos arruinaron.
—Pero no podemos hacer nada —me reclamó.
—Sí, porque tú eres su amigo.
—Hace tiempo que no hablamos —reclamó.
—Bueno, hoy es otro día y volverán a hablar —le dije—, ¿ya tienes su número verdad?

Me senté en el sillón y los vi, con una cara de pocos amigos que me querían asesinar.

Fin de la narración.

Narras tú:

—¡Mira! —me dijo Ximena—, sales linda —y se rió.

Me acerqué y vi que era la foto con Alex.

—¡Mierda! —exclamé—, ¿quién la colgó?

Después de eso, agarré mi celular para ver si me habían etiquetado, pero tenía un mensaje, era de Justin y después de leerlo, había otro echándole la culpa a Ryan y a Chaz.

—Mira esta huevada —le mostré el mensaje que había recibido.
—¿Quién te dijo eso? —me preguntó.
—¿No ves ahí que dice “Justin”, más grande que tu cabeza? —le dije un poco exaltada.
—¡Ya! Tranquilízate.
—Ya —respondí—, pero ¿qué le respondo a él?
—No sé. Mmm…

Estaba nerviosa, sentía algunas cosas dentro de mí que exactamente me hacían sentir como la persona más cómoda del mundo y eso que yo lo había mandado a la mierda en la mañana.

—Déjalo en visto —me dijo ella.
—¿Pero has visto todo lo que me ha dicho?
—Sí, por eso. ¿Qué le vas a decir? ¡Déjalo! Seguro está enojado… ya se le pasará.
—Pero es que no se trata de que esté enojado o no —le dije— eso me importa muy poco. Sólo que él no puede hablarme así.
—Pero ya te dijo que fueron Chaz y Ryan.
—Bueno, ellos mucho menos —reclamé.
—Pero peléate con ellos, no con Justin.
—¡Pero él permitió que agarraran su celular para que me dijeran eso! —seguí protestando.
—¿Vamos a seguir peleando tan inútilmente hasta que te vayas sólo por lo que te dijo Justin?
—¿Pero qué quieres qué haga? —protesté— no me pienso quedar callada, mientras ese trío me falta el respeto.

Ella comenzó a reírse y yo me enojé mucho porque quería su ayuda.

—Mejor no te cuento nada —le dije— porque para que te pongas a reír…
—Es que yo te digo que no digas pero y es lo primero que haces.
—¡Pero es que no sé qué hacer!

Y su risa fue más fuerte hasta el punto que casi todos comenzaron a vernos.

—¿QUÉ MIERDA HAGO? —pregunté molesta.
—Nada, ¿qué vas a hacer?

Odiaba cuando se ponían —mis amigas— en esa situación conmigo. Así que decidí ignorarla e ir a buscar a Alyssa quién se había ido.

—Mira, lo que me escribió Justin —le mostré—, ¿qué le respondo?
—¿Por qué te dijo eso? —preguntó.
—Creo que por la foto que me tomaron con Alex cuando se puso así conmigo.
—Ah ¡cierto! —dijo ella—, pero tienes que admitir que no fue la mejor foto del mundo y que cualquiera pensaría así porque dudo demasiado que a ti te hubiera gustado ver una foto así de él.

Yo trataba de comprenderlo, pero ni siquiera era mi culpa y aparte es mi amigo de toda la vida, lo conozco desde que era chiquita y estábamos jugando y a diferencia de él: yo estaba sobria y como ya dije, lo conocía y no tenía otras intenciones.

—Ya la vi —le dije— y no dije nada.
—¿Cuándo? ¿Acaso viste una foto de él tirado en el piso con una chica en una posición un poco sugerente?
—No, pero vi una foto de él en el que prácticamente estaba besando una chica.
—¡Ah verdad! —dijo ella—, a ver, muéstramela.


Busqué la foto y se la mostré. Tenía la ilusión de que iba a poner una cara de sorprendida, pero su reacción fue totalmente diferente a la que pensé que tendría.

—¿Te pusiste así sólo por esa foto? —me preguntó— era más que obvio que estaba ebrio y también que sólo estaban bailando. No entiendo porque lo mandaste a la mierda.
—¿Todavía me preguntas? —le dije molesta—, ¿no estás viendo?
—Las fotos que tienes de tu fiesta están peores —le dije— y esta foto definitivamente es la peor. No seas tan dura, es tu culpa.
—¿De qué lado estás?
—De ninguno, sólo estoy siendo justa porque no le encuentro un motivo lógico para enojarte con Justin.
—¿Por qué te pones así? —pregunté— ¿sólo porque es famoso? A mí no me interesa que lo sea o que sea pobre y no tenga ni donde caerse muerto.
—No lo digo por eso —me dijo.
—¿Entonces? ¿Por qué? —le pregunté—, ¿por qué es bonito?
—Bueno, en parte sí.  Porque es bonito y bueno y te quiere y tú mira cómo te pones por cosas que verdaderamente no tienen sentido.
—No tendrán sentido para ti —le dije—, pero la verdad es que yo tengo razón porque lo juzgo como quién es: una persona común y corriente.
—Sí lo sé, pero estás exagerando un poquito con tu actitud.
—Ya, perfecto. ¿Entonces  qué hago? ¿Le aplaudo? Obviamente no.

Me molesté, porque mis amigas se estaban poniendo de su lado. Como si yo fuera la mala. Es mi vida, yo hago lo que quiero con ella. Ellas sólo se ponen así porque es famoso y es simpático, nada más. Pero eso para mí no importa y así él sea el rey del mundo, me da igual, lo que él hizo no era correcto.

—Ya bueno, sólo admite que los dos se equivocaron y que ninguno de los dos es perfecto —me dijo.
—Yo jamás lo insinué.
—¡Deja de ponerte a la defensiva! —me reclamó.
—Pero no me estoy poniendo a la defensiva.
—Entonces deja de decir pero.
—Pero no quiero.
—¿Entonces qué hacemos? —pregunté molesta.
—Nada. Tú contéstale lo que creas conveniente.

Le contesté:

¿Me vas a hablar así después de lo que hiciste? Él es mi amigo de toda la vida.

No tenía intención de responderle otra vez o estar pendiente a ver si me contestaba al toque.

Fin de la narración.

(En Atlanta).

Narra Justin:

—¿Aló?
—¿Quién es? —pregunté extrañado.
—¿Qué? ¿no tienes mi número guardado? —preguntó.
—Amm… no, ¿por qué?

Era la voz de una chica, pero realmente no lograba reconocerla.

—¿Mamá? —pregunté.
—¡No! —exclamó riéndose—, no lo soy.
—¿Entonces?
—En serio sigo sin creer que hayas borrado mi número —me volvió a repetir.
—No quiero sonar grosero —dije—, pero en serio no sé quién eres.
—¡Just!
—¿Selena? —pregunté estúpidamente.
—¡Sí! Inmaduro.
—¿Selena? —dije a punto de que me dé un infarto.
—¡Sí tonto!

Me quería morir. No podía imaginar que ella era quién me estaba llamando. Estaba nervioso. ¿Qué querría? ¿Por qué no sólo esperó a que le contestara el mensaje que me envío?

La puse un momento en silencio.

—¿Quién es? —me preguntaron.
—¡Es Selena! —dije impresionado.
—¿QUÉ HABLAAAS? —me preguntaron.
—¡Sí! ¡Se los juro! —comencé a decir— tengo miedo. No sé qué decirle.

—¿Justin? —preguntó al ver que no le respondía—, ¿estás ahí?
—Sí —dije una vez que le había sacado el silenciador— ¿cómo estás? ¿qué tal el viaje?
—Bien, todo bien gracias. ¿Tú? ¿Cómo estás? ¿Qué tal tu fiesta de anoche? —me preguntó riéndose.
—¿Mi fiesta de anoche? —cuestioné.
—Sí pues, ¿no te acuerdas?

Ahora estaba dudando a quién había llamado realmente… si a ________(tu nombre) o a Selena. ¿Ella como va a saber lo de la fiesta de anoche?

—¿Acordarme de qué? —pregunté entre risas para disimular.
—Que me llamaste —me dijo.

Entonces comencé a hacer memoria cuando la llamé.

—¡Ah verdad! —exclamé—, perdóname por favor. Estaba un poco ebrio. Es que me había pasado un poco del límite.
—No te preocupes —se rió—, suele pasar. Pero jamás pensé que estarías hasta ese punto.
—En serio perdóname. No tienes ni idea de cuán avergonzado me siento ahora.
—No le tomes importancia —le dije—. Todo normal. En fin, ¿qué dices? ¿Nos vemos hoy?
—¿Hoy día?

La volví a poner en silencio.

—¿Están escuchando todo lo que me está diciendo? ¿Ahora qué le digo? —comencé a mirarlos en busca de una respuesta.
—Que no quieres pues.
—Pero así no quiera, debo de hacerlo.
—¿Por qué?
—¡PORQUÉ YO LE DIJE PARA SALIR! —grité— o bueno, ustedes.

—¿Estás ocupado? —me preguntó—, ¿prefieres que te llame más tarde?
—Nono —le respondí—, lo que pasa es que no sé qué me está diciendo mi mamá.
—Oh, bueno. ¿Entonces qué dices?
—Pero me da cosa salir con tu mamá. No quiero incomodarla.
—¡Claro que no incomodas! —exclamó—, ¿cómo lo harías? Mi mamá justo me estaba preguntando sobre ti.
—¿Ah sí? —cuestioné—, ¿qué te decía?
—Nada, de cómo estabas, de qué era de ti y todas esas cosas.

Yo he visto un par de veces a la mamá de Selena en todo el tiempo que tuvimos una relación, por eso me impresionaba que ella estuviera preguntando por mí.

—Ah, ¡mándale saludos! —le dije.
—Sí, yo se los mando —me dijo—, pero bueno. No es por presionarte, aunque es la enésima vez que te lo pregunto —se rió—, pero ¿qué dices? Sino para cambiar los planes con mi mamá.
—¿Sobre salir a comer?
—Sí.
—¡Pero yo les invito la comida! —protesté.
—No, no te preocupes. Yo te invito.
—Quién te dijo para salir fui yo, no tú.
—Pero yo quiero invitarte. ¿Acaso no se puede?
—No, porque me da vergüenza.
—¡Tonto! —exclamó ella.
—No lo soy.
—¿Entonces eso es un sí? —me preguntó ella, segurísima de que sí quería salir a comer con su mamá y bueno obviamente que con ella.

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¡Chicas! ¿Cómo están? Perdón por aparecer después de mucho tiempo. Esta semana no he tenido tiempo para nada, sólo les diré que todos los días he estado madrugando para terminar mis trabajos. Bueno, ¿se acuerdan que hace un tiempo les dije que iba a irme dos meses? Bueno llegó el día y recién voy a viajar hoy. Justo en un ratito, y voy a irme a un lugar donde no voy a tener ni laptop ni internet ni absolutamente nada. Es algo así como un campamento. ¡Créanme! Y espero que todo este tiempo fuera me ayude a cambiar mi mentalidad sobre muchas de las cosas que tengo ahora. ¿Y quién sabe? Tal vez tanto tiempo lejos me ayudará a incluso ya tener una idea de qué sucederá en esta novela (aunque ya la tengo más o menos) o para visualizar el final (aunque de por sí les puedo asegurar que aún falta mucho para eso) ¡y tal vez una idea para otra! Chicas, créanme, es algo muy importante para mí. Voy a volver en agosto, casi dos meses. El tiempo se va a pasar volando, les apuesto que ni siquiera van a notar mi ausencia. Bueno, no les escribo más porque no tengo tiempo. 

PD: Sí sé que la foto no tiene mucho que ver, pero realmente si han leído bien el capítulo, llegarán a entender.

¡Las quiero un montón! Cuídense. ¿Sí?



Vale<3 o:p="">

domingo, 2 de junio de 2013

Cap. 124: "¿Pero qué le puedo decir si ya ni somos amigos?"

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—Sí me incomoda.
—¿Pero en serio no quieres que te dé tu primer beso? —insistió con el tema.
—Obviamente no serías mi primer beso —le dije.
—¿Entonces? ¿Cuál? —me preguntó en un susurro.
—No sé. No recuerdo, pero definitivamente no el primero.

Obviamente recordaba, sólo eran 3 personas. Nada más.

—Mmm… ¿así?

Se acercó cada vez más y más a mí hasta estar a milímetros de distancia, pero yo me sentía paralizada y no entendía porque no podía hacer nada.

¿Sabes? Sencillamente no podía. No podía continuar con esto. No podría besar a mi mejor amigo. No era cualquier chico, no era un chico que me llegara a atraer solamente, era el chico al que le había contado todo (bueno, casi todo), pero no podía besarlo, ¿para qué? ¿Qué él confunda las cosas? Sería estúpido. Ya ocurrió una vez con él que consideré mi mejor amigo en Atlanta, pero no pensaba hacerlo con mi mejor amigo de toda la vida.

—No —susurré delicadamente.

Sé que no darle ese beso también podría arruinarlo todo, pues se podría enojar conmigo, pero yo sé que después de un tiempo llegaría a entenderlo. Bueno, tampoco es que mi estadía sería eterna, pero me quedaría un rato, lo suficiente  como para que se dé cuenta que mis días acá están contados y es estúpido enojarse conmigo.

Él sólo me sonrió y se separó. Supuse que me diría algo como para hacerme quedar como una tonta, pero estaba segura que lo decía por fastidiarme.

—Tonta —me dijo con ternura.
—¿Ahora podemos volver con todos ellos? —le pregunté.

Él sólo asintió, sus mejillas y en general, todo su rostro estaba tomando un tono rojizo, como si estuviera avergonzado. Yo también lo estaba, pero por su reacción, por miedo, nada más. ¿Él? Bueno por lo que le dije.

Fuimos caminando hacia donde estaban todos. Vi que mis amigas estaban hablando en un lugar y él se fue con sus amigos, que estaban en un grupo.

—¿Qué pasó? —me preguntó Ximena— ¡cuéntamelo todo!

Lo dijo casi en un grito y bueno… ella siempre tan discreta.

—Shh —la hice callar un poco— no grites, que no estoy sorda ni estamos solas.
—Está bien —dijo ella moderándose un poco, pero con cierta molestia.
—Bueno, ahora sí. ¿Qué pasó? —me preguntó Alyssa, ella un poco más calmada.
—Sólo lo que vieron. Luego, quiso darme un beso, pero obviamente no se lo di.
—¿QUÉ? —preguntaron las dos en unísono— ¿QUÉ TIENES?
—Nada. ¿Qué puedo tener? —pregunté— Tal vez un poco de cordura por no querer perder a mi mejor amigo de toda la vida por un beso estúpido, por un momento de idiotez. Quería usar la cabeza, tal vez.
—Pero igual, ¿qué te pasa? ¿Cómo se lo dijiste? —me preguntó Ximena un poco sorprendida.
—Es que él se puso muy cerca de mí, estaba a milímetros, y bueno obviamente dispuesto a besarme —hice una pausa—, vamos caminando por la orilla para que no sea tan obvio que estamos hablando de esto —dije esto, mirando discretamente a Alex, quien estaba con todos sus amigos hablando.
—Yaa, pero sigue hablando —dijo Alyssa.
—Bueno —seguí— cuando estaba a punto de besarme, le dije “no”, pero…
—¿QUÉ? ¿así nomás? —me interrumpió Ximena, escandalizada— ¿qué te pasa? ¿No piensas en cómo debe sentirse él?
—Pero no le dije “no” —hablé con un tono de voz un poco enojada, como prohibiendo—, sino “no” —y usé el tono de voz con el que le hablé a él: delicado y tierno.
—¡Qué raro! Viniendo de ti… —comentó Alyssa.
—Ni que fuera un monstruo —dije riendo.
—Pero ¡aún no lo puedo creer! —exclamó Ximena— en serio. ¿Qué tienes en la cabeza?
—Nada, también lo pensé. Pero no quería perder su amistad, ya había sucedido algo similar con Christian, sería estúpido cometer el mismo error dos veces.
—¿Y Justin? —me preguntó ella.

Yo quería matarla, pues no le había explicado nada del tema a Alyssa. En ese momento, ella nos vio con los dos ojos abiertos, como diciendo “perras, ¿y a mí no me cuentan nada?”. Yo sólo atiné a reírme para que ella no se enojara.

—Ah noo, perdón. No sé porque dije eso, pero bueno, de hecho que Alex se va a molestar si se entera que besas a otro chico.

Ella trató de arreglarlo, pero en vez de hacer eso, lo malogró más. Pero bueno, ya estaba hecho.

—Bueno, yo no he venido acá a besar chicos —le dije riendo— pero si así fuera, él sólo es mi mejor amigo, nada más. No es mi novio ni nada por el estilo para enojarse.
—Pero si él besara a una chica que no te agrada, ¿tú no te molestarías? —le pregunté.
—Creo que dependería de quién es, porque si él sabía que esa chica no me caía bien y lo hizo al propósito, creo que a cualquiera le molestaría. ¿O no? Pero de ahí a sentir celos no.
—¿Y qué es eso de Justin? —dijo Alyssa desviando totalmente el tema.
—¿De Justin? —cuestioné— ¿quién?
—No sé, eso debería de preguntarte yo a ti.
—Mmm…

Bueno, creo que contar lo que dije después, estaría de más. Le dije exactamente lo mismo que le dije a Ximena, pero claro, con ciertas variaciones. Aunque, después de todo llegó a entenderme y como era de esperarse… apoyó a Justin sin siquiera conocerlo, tal y como lo hizo Ximena.

—Es que no puedo creer que vayas a protegerlo o defenderlo a él si ni siquiera lo conoces —le dije—, o sea ¿sólo por qué es famoso?
—No me refiero a eso —protestó a Alyssa— sólo que estás siendo muy injusta con él.

Tengo 15 años, bueno casi, y se supone que debería de dejarme influenciar fácilmente por lo que digan mis amigas, me daban ganas de mandarlas a la mierda. ¿Por qué estaba siendo injusta yo? Si él me dijo un montón de huevadas, si por él varias de las cosas son como son. ¿Es mi culpa?

—Cállate, tú qué sabes —dije enojada.
—Es que eres injusta. ¿Te viste en tu fiesta? —me preguntó.
—¿Y él no hizo lo mismo? —cuestioné.
—Sí, pero ¿acaso tú lo sabías?
—Sí, después de un rato. Finalmente, no fue mi culpa que esos chicos se pongan así conmigo.
—Ok, pero él estaba borracho.
—¿Quién lo manda a tomar?
—¡Vamos! Tiene casi 18 años, es lo más normal y seguramente estaba con sus amigos y por eso lo hizo.
—¿Sabes? No hay excusas. Igual lo hizo, sobrio, ebrio, como sea.
—Pero tú estabas completamente consciente de lo que estabas haciendo.
—¿Y? ¿Acaso estoy con él? —pregunté— ¿acaso ellos no son mis amigos de toda la vida? ¿Está mal que haga esas cosas?
—¿Y? Él hizo exactamente lo mismo que tú. No estás con él, no son novios ni nada por el estilo y probablemente tengas razón, pero entonces tú misma estás contradiciendo.
—No quiero hablar más —dije.

Después de que mis amigas me atacaran un buen rato, me hicieron darme cuenta de algunas cosas y en la gran mayoría ellas tenían razón, pero estaba herida. ¿Me entienden? Una cosa es hacer, y otra cosa es que te hagan eso a ti. No que tú lo hagas. Estaba herida, pero me dolía dejar las cosas así. Creo que a cualquiera le sucedería lo mismo. Me encariñé con él, se podría decir que con él me sentía diferente y también que lo quiero. Pero a veces eso no es suficiente y bueno, la distancia es la peor mierda que existe. Estar lejos de alguien que quieres, es lo peor. Y prefería no pasar por esa situación, o al menos hacerme la desentendida porque no lo estaba pasando muy bien. Estar con mis amigos haría que me distraiga completamente de todo esto.

—¿Quién te entiende? —dijo Alyssa molesta.

Preferí no contestar eso, porque lo más seguro es que explote y termine todo eso en una pelea.

Fin de la narración.

(En Atlanta)

Narra Justin:

—Y bueno, hoy día hay otra fiesta. ¿Vamos? —dijo Ryan riendo.
—Paso —dijo Chaz— sigo con resaca.
—¿Y tú Justin?
—Ni lo preguntes —le dije— definitivamente no. Estoy hecho mierda.
—Parece que todo lo que ha ocurrido ha sacado tu lado de pandillero —dijo Ryan burlándose.
—Sólo que no tengo porque hablar como si estuviera en una conferencia de prensa o con mi mamá cada segundo —dije.

Ellos me miraban extrañados. Era tal vez porque yo no estaba muy acostumbrado a decir malas palabras, pero estar con ellos que la dicen cada segundo, me las estaban pegando. O también pudo ser por la respuesta que les di.

—No quise decir eso, perdón.
—Qué raro que tú digas eso —dijo Chaz.
—¿Entonces?
—Fue un exabrupto mío.

Vi sus caras como si no comprendieran lo que hubiera querido decir.

—Nada —dije inmediatamente antes de que dijeran a que me refería— olvídenlo.
—Bueno… —dijo Ryan— entonces, ¿no van a ir? Va a ver un montón de chicas y alcohol.
—Mmm… ¿qué chicas? —cuestionó Chaz.
—No sé, hay un montón de invitados y estuve viendo, y realmente hay unas chicas que están buenazas.
—Mmm… y como no hay nadie en mi casa, fácil podría ir.
—Sí, ¡anímate Justin! —me dijo Ryan.
—No, definitivamente no. Después de esto, paso.
—Pero no te pongas así —dijo Chaz— ¿quién sabe? Tal vez ahora la pasas mejor.
—Sí, y todavía ves que haces, tal vez te sientes mejor.
—Dudo que mi mamá me deje salir después de todo —agregué.
—Siempre tienes excusas.
—No son excusas —dije— es que realmente dejaría.
—Vamos, tienes casi 18 años. Yo podría creer esas excusas cuando tenías 15 años, pero ¿ahora? No fastidies. Te apuesto que si vamos a tu casa y le decimos a tu mamá, ella va a ser la primera en botarte de la casa —dijo Ryan.
—¡NO! —casi grité molesto.

Ellos dos me vieron sorprendidos porque les había gritado. Ciertamente había pedido el autocontrol, pero es que me fastidiaba que sigan insistiendo cuando les dije que no, obviamente no quería y hasta me ofendía que lo dijeran después de todo lo que había pasado —en parte— por culpa de ellos. Me sentía como mierda. Ayer también, pero al menos estábamos bien, pero ahora todo se fue al diablo.

—¿Qué tienes? —preguntaron los dos anonadados por mi reacción.
—Nada —dije calmándome un poco— perdón por hablarles así.

Vi que ellos se miraron entre si y no dijeron nada.

—Mejor me voy —dije después de un rato, al ver que no contestaban nada— ¿sí? Me duele la cabeza.
—No es para que te vayas —me dijo Chaz.

Mi presencia estaba de más, sólo dije “adiós” y me retiré.

Fin de la narración.

Narra Ryan:

—Ay, este idiota está cagado. Es por eso, que yo no me tomo a ninguna chica en serio.
—Déjalo —me dijo Chaz—, ya aprenderá. Aparte, tú sabes cómo es Justin respecto a estas cosas.
—Sí —hice una pausa—… lamentablemente sí, pero bueno ya se le pasará.
—Mmm… sí, puede ser. Pero, _________(tu nombre) es una chica muy bella y también ¿la has visto? Mi…
—No sigas —lo interrumpí.
—Yaya, está bien. Pero yo no sé qué haría si estuviera en tu lugar, estás mal brother —me dijo— es demasiado bella. Yo la “haría” con ella, pero ya está en algo con Justin.

Bueno, no era lo más cómodo del mundo… hablar de todo esto, pero sí, a pesar de que _________(tu nombre) resultara casi innombrable para mí, era muy bella, aunque su carácter era un poco difícil.

—Mmm… parece que Justin y tú tienen gustos muy similares —le dije.
—¿Por qué? —me preguntó, sin comprender.
—Caitlin, ________(tu nombre)…
—Cállate huevón —dijo riéndose.
—Cuidado, nomás.
—No pasaría nada, aunque… —hizo una pausa— yo la besé antes.
—¡Ayy! —dije riéndome— era un juego de mierda, ¡te apuesto que ni ella se acuerda!
—¡Claro que se acuerda! —dijo un poco ofendido— ¿cómo no se va a acordar?  Pff, es imposible, yo sé que le gustó, pero como estaba con Christian no me buscó para otro
—Hablas huevadas —le dije— no sé qué te estás metiendo.
—¿Yo? —se rió— no soy como tú, que se mete de todo.
—Shh —lo callé.

Fin de la narración.

Narra Justin:

En este momento tengo demasiadas cosas en la cabeza y también demasiadas cosas que debo de hacer, pero ahora lo que más tiene mi atención es todo esto que ocurrió que _______(tu nombre). No sé por qué, pero estaba que pensaba y pensaba en ella y me daban ganas de entrar y ver su perfil, pero creo que no estaba bien, aunque las ganas en este momento me ganaron y entré.

Bueno, yo realmente no esperaba encontrarme nada, pero creo que eso era suficiente. Y de pronto la pregunta que estaba esperando se formuló en mi cabeza: ¿de quién mierda me iba a enamorar? O sea, no digo que ella sea una chica mala, pero ¿qué significaba eso? ¿Lo que me dijo no habría sido una excusa tonta para hacer su vida allá? No sé, ella no me hablaba mucho de sus amigos.

Era una foto con un amigo de ella —espero, aunque probablemente por la posición, era algo más— que prácticamente se iban a besar. ¿Quién lo diría? Menos de 12 horas para que ella hiciera lo mismo de lo que tanto me reclamara.

¿Cómo me sentía ahora? Hecho mierda, más que destrozado, decepcionado. Tenía rabia, me sentía impotente porque sabía que no podía hacer nada. O sea, ¿quién era yo? ¿Quién era yo para ella para decirle eso? ¿Para hablar con ella y pelearme? Si no somos nada… sólo “amigos”.

En ese momento, preferí volver donde los chicos, antes que con mi mamá para descargarme con ella.

Minutos después…

Toqué como loco el timbre hasta que me abriera.

—¿Qué mierda te pasa? —preguntó Chaz enojado— ahorita me cagas el timbre y mis papás me asesinan.
—¿Han visto la foto que subieron de ________(tu nombre)?

Los dos sacaron sus celulares y entraron al perfil de ________(tu nombre) para poder ver la foto.

—Mierdaaaa, esa chiquita se pasó de la raya —dijo Chaz.
—Ahí está, por aguantar idioteces —dijo Ryan.
—Pero yo no he aguantado nada —le dije.
—¿Ah? ¿Y las otras fotos qué son?
—Pero es que ¿qué le puedo decir? —pregunté— si “sólo” somos amigos.
—¿Sólo? —preguntó burlón Ryan— ¿cómo que sólo van a ser amigos? Los que son sólo amigos, no se besan, ni se regalan cosas.
—Sí, brother, tal vez no sean novios, pero no son sólo amigos —me dijo Chaz.
—Pero si ahora ni siquiera somos amigos, después de que me mandara a la mierda —les dije.
—¿Tú eres imbécil? —me preguntó Ryan.
—¿Por qué?
—Responde.
—Obviamente que no.
—¿Entonces?
—¿Entonces qué?
—¿Entonces no es demasiado obvio que ella te dijo todo eso para que la dejes en paz y ella pueda hacer lo que quiera allá?
—¡No seas idiota Justin! —exclamó Chaz.
—Sí, huevón.
—Pero…
—¿Pero qué? —cuestionó Ryan molesto— acá no hay peros. Ese chico básicamente se la estaba tirando*.

*Tirando, cachando, cogiendo (saben a lo que me refiero).

—Sí, ¡piensa! ¿Qué? ¿Vas a poner mil de peros? Habla con esa huevona. ¿Cómo te va a hacer eso? —siguió Ryan.

Me sorprendió que estuviera tan enojado y dijera tantas cosas de la que ahora era su “hermanastra”.

—Sí, dile algo. Más bien, háblale ahorita —me dijo Chaz.
—¡NO! ¿Qué le voy a decir?
—No sé, pero háblale.


En un abrir y cerrar de ojos ya no tenía mi celular y ellos le habían escrito idiotez y media, pero cuando me acerqué a ver, sólo vi…