viernes, 18 de octubre de 2013

Cap. 126°: "En cuestión de mensajes"

(100+) summer nights | Tumblr

Yo he visto un par de veces a la mamá de Selena en todo el tiempo que tuvimos una relación, por eso me impresionaba que ella estuviera preguntando por mí.

—Ah, ¡mándale saludos! —le dije.
—Sí, yo se los mando —me dijo—, pero bueno. No es por presionarte, aunque es la enésima vez que te lo pregunto —se rió—, pero ¿qué dices? Sino para cambiar los planes con mi mamá.
—¿Sobre salir a comer?
—Sí.
—¡Pero yo les invito la comida! —protesté.
—No, no te preocupes. Yo te invito.
—Quién te dijo para salir fui yo, no tú.
—Pero yo quiero invitarte. ¿Acaso no se puede?
—No, porque me da vergüenza.
—¡Tonto! —exclamó ella.
—No lo soy.
—¿Entonces eso es un sí? —me preguntó ella, segurísima de que sí quería salir a comer con su mamá y bueno obviamente que con ella.
—Mmm…
—¿Mmm? ¡Vamos di que sí!
—Está bien —acepté.
—Bueno, entonces quedamos bien un ratito más tarde, ¿sí? Te mando un mensaje, tengo que irme.
—Sí, no te preocupes —le dije.
Adiós —me colgó.

En ese preciso momento, sólo quería matarlos. Me habían metido en esto y realmente sólo acepté por compromiso. Ahora, lo único que me quedaba era rezarle a Dios para que la mamá de Selena no vaya. Definitivamente, no sería la mejor situación del mundo y aparte, yo no quiero nada con ella y si salgo con ellas dos, su mamá va a pensar que estoy jugando con su hija.

—¿Qué fue? —me preguntaron.
—¿No escucharon? —dije molesto.
—¡Remember!
—¿Remember? —cuestioné—. No sé qué voy a hacer. Te juro que por mí, tirarme del techo con tal de no ir.
—¿Cómo no vas a ir? —me preguntó Ryan— ya quedaste.
—Y encima con su mamá —agregó Chaz—, la cosa esta seria.
—¡Por sus culpas! —exclamé—. ¡No quiero veeerla! Te juro que no. Mucho menos con su mamá. Me quiero morir.
—¿Qué podría ser lo peor que puede pasar? —preguntó Ryan.
—Bueno, que nos vean, nos tomen fotos y que ella las llegue a ver y que todo el mundo las vea y piensen otra cosa que no es.
—Lo puedes aclarar y aparte, ¿qué importa? Que ella lo vea, es el punto.
—No quiero hacerle daño —le contesté a Ryan— y aparte, nadie me creería.
—¿Pero y lo qué ella te hace?
—Nadie la conoce a ella —le dije—, a mí sí me conocen. No quiero quedar mal con ella ni con nadie y no quiero ilusionar a Selena.
—¿También te importa ella? —me preguntó.
—No se trata tanto de que me importa o no, sino porque yo no quiero jugar con ella. No es correcto. A nadie le gustaría eso.
—Ahora vienes a hacerte el correcto —dijo Chaz—, cuándo ayeeer…
—Ayer nada —dije, riéndome un poco a pesar de que estaba muy molesto.
—“Borró cinta”* —dijo Ryan.

*Se olvidó de todo.

—¿Qué tienes? —pregunté—, ayer no hice tonterías.
—Si tú dices.

Los dejé hablando, no tenía ganas de escucharlos. No estaba para tonterías, ahora tenía preocupaciones más grandes y reales y especialmente por la culpa de ellos.

No voy a mentir, ________(tu nombre) me preocupaba y realmente estoy muy entusiasmado con ella, pero ella no conmigo y es algo que puedo solucionar luego y no porque no le dé prioridad sino porque seguramente ella está ocupada. Lo que está ocurriendo ahora es lo de Selena.

—¿Qué pasa? —me preguntó Ryan—, ¿por qué tan concentrado?

No le contesté. Chaz también se metió, pero los ignoré a ambos, pero no sirvió de mucho ya que se abalanzaron encima de mí para moverme las manos.

—¿Qué quieren?  —pregunté molesto.
—¿Qué tieneees?
—¿Qué mierda voy a hacer? ¡No quiero verlaaaa!
—Ya sabes que tienes que hacer, ¿no? —me dijo Ryan.
—¿Qué?
—No ir y punto.
—Pero no puedo hacerle eso —le dije— ¡si hasta ha hablado con su mamá!
—Pero es su problema, no el tuyo —dijo Chaz—, sólo no vayas.
—¡Tú qué sabes! —exclamé.
—Sí —dijo Ryan— no ayudas.
—Por eso las chicas no te hacen caso—le dije.

Ryan sólo lo miró dijo “¡uuuy!” y comenzó a reírse. Chaz se puso rojo.

—Bueno, tal vez por eso besé a _______(tu nombre) antes que tú.

Ryan hizo lo mismo, pero ahora yo me puse rojo.

—Cállate, fue un juego. Nada serio.
—¿Seguro? —preguntó él riéndose.
—¡Cállate! —dije un poco inseguro.
—Yaya, déjense de tonteras —interfirió Ryan—, ¿qué piensas hacer?

Mi celular sonó. Definitivamente no era el mejor momento, pero el mensaje…

Just, ¿te parece solo tú y yo? Paso a recogerte a las 6, ¿está bien? Y no te preocupes, no será público, será algo discreto.

Leí el mensaje en voz alta.

Si bien me sentía con un peso menos encima, igual no quería salir con ella, pero al menos la situación era menos comprometedora.

—Ya, ¿de qué tanto te preocupas? —dijo Ryan— si ni siquiera va a ir su mamá y van a estar en un lugar discreto.
—Igual no quiero, no quiero que luego piense otra cosa —le dije.
—Pero bueno, o lo hac es o te haces el enfermo, ya te dije.
—Por mí morirme, pero no sé qué hacer.

Horas después…

Fuimos a mi casa porque Chaz tuvo que salir.

—¿Entonces qué hago? —pregunté por enésima vez en ese día.
—Elegir que te vas a poner —me contestó Ryan— ya son las 5.
—¿QUÉ?
—Sí, mira el reloj.

Lo miré.



—Ya, mira, elige que ponerme mientras yo me baño —le pedí.
—Sonaste a mujer —me dijo— ponte cualquier cosa.
—No, tú elige. Tú debes saber, sales como que con 5 chicas por semana. Ya tienes experiencia.
—¿Acaso la quieres impresionar? —me preguntó.
—No, pero tampoco quiero aparecer como un vagabundo.

Yo mismo estaba cayendo en esto de las contradicciones, pero lo dejé ahí y me metí a ducharme. Sí sé que estaba con el tiempo a las justas, pero sólo quería tomar un baño para relajarme y pensar bien las cosas. Era lo que había necesitado todo el día.

Fin de la narración.

Narras tú:

Ya eran cerca de las 7 de la noche. Ahora estaba con mis amigas caminando por ahí, cerca de un parque. No estábamos haciendo nada más que hablar y caminar. No sé qué haríamos hoy.

—¿Qué hacemos? —pregunté.
—No sé, ¿qué sale hoy? —preguntó Ximena a las demás chicas.
—¿Lo mismo del otro fin?
—¿Qué pasó el otro fin? —cuestioné intrigada—. Acuérdense que yo no estuve aquí, ¡ah!
—Nada, sólo salimos con unos amigos y bueeno… —dijo Alyssa mirando a las chicas y riendo.
—¿Ah? —las miré raro— ¡qué habrán hecho!
—¡Ya nos conoces! —exclamaron ellas y yo reí.
—Bueno, entonces volviendo a mí pregunta. ¿Qué sale hoy? —les dije.
—¿Los llamo? —me preguntó Valentina.
—¿A quiénes?
—¡A los chicos!
—Pero quiénes pues.
—A Alex y sus amigos.

Supuse que eran personas que conocía. Me había ido hace poco, nada interesante habría pasado en tan poco tiempo.

—Llámenlos pues.

Los llamaron, les mandaron mensajes, de todo. Yo sólo esperaba. No sabía hasta qué hora tenía permiso, pero supuse que todavía era temprano. Antes me daban permiso como que hasta las 11:30, por lo que todo es seguro, pero mandé un mensaje para ver si me daban hasta un poco más tarde. Estaba segura que accederían. Ya cumpliría 15, estaba con mis amigas después de tiempo y no sé cuándo las volveré a ver.

Minutos después…

Llegaron todos los chicos. Yo me sentía un poco incómoda para entonces porque habían algunos chicos que yo no conocía y también estaba muy incómoda con la presencia de Alex por lo que había ocurrido, y bueno también estaba Gianfranco, pero yo no le daba bola ni importancia.

—Me quiero ir —le susurré a Ximena.
—Cállate y saluda —me dijo.

En esos momentos me sentía “bendecida” de tener una mejor amiga así, que definitivamente le importaba poco a nada. Tal vez sólo quería que conociera más personas.

En fin, le hice caso, saludé a todos hasta que llegué a Alex. Él era quien estaba al final, y bueno Gianfranco estaba un poco alejado porque estaba hablando por teléfono, así que básicamente era el penúltimo.

—Hola —me dijo con una sonrisa y dispuesto a darme un beso en la mejilla como era costumbre.
—Ah, hola —le contesté fríamente y lo esquivé lo más rápido posible.

Me acerqué hacia donde estaba Gianfranco para saludarlo porque justo había terminado de hablar por teléfono.

—Hola —me dijo sonriente, exactamente como Alex.
—Hola, ¿cómo estás? —le contesté con una sonrisa de la misma manera.

Estaba segura que Alex estaba mirando todo ello. Podía sentir sus ojos mirándonos, pero no le di importancia. Yo estaba un poco enojada por lo que había ocurrido.

Una vez que había terminado, volví con mis amigas porque ya todos estaban en grupo.

—¿Qué vamos a sacar? —preguntó uno de los chicos.
—No sé, ¿qué sacamos? —preguntó Ximena.
—¿Cuánta plata tienen? —dijo Alyssa— mucho depende de eso.

Supuse que estaban hablando de sacar trago. No estaba muy interesada en esas cosas y más por el hecho de que estaba quedándome con mis abuelos y como que no sería correcto llegar a su casa oliendo a alcohol, probablemente pensarían “¿qué le ha pasado?” o “¿qué le han hecho allá en Atlanta?”.

—¿Van a tomar? —pregunté estúpidamente, pero quería asegurarme.
—Sí, ¿la haces? —me preguntó Alyssa con una sonrisa.
—No tengo plata —les dije.
—No importa —me contestó—, será algo así como que regalo de cumpleaños adelantado.

Sólo me reí. Tampoco les iba a decir que no en ese momento, sino cuando pasara.

—¿Entonces cuántos tenemos?

Comenzaron a poner la plata en el centro y al final, vieron cuánto tenían y al final comenzaron a hablar de número de botellas y de marcas. No sé qué tanto habrían hecho en mi ausencia, así que me limité a escuchar.

—Ya bueno, ¿entonces quiénes van a comprar? —preguntó Alex.
—Tú pues —dijo Ximena.
—¿Qué quieren tomar?
—Mmm… no sé… —hizo una pausa Valentina— elige tú, ______(tu nombre), ¡por tu cumpleaños!
—Pero aún no es —respondí riéndome.
—¡Es mañana!

Y me acordé de ese pequeño detalle. Entre tanto viaje, entre fiesta y salida con mis amigos, me olvidé. No es que no le dé importancia, pero… no sé. Supuse que me darían más tiempo con mayor razón.

—Me da igual —dije— cualquier cosa está bien.
—Entonces… mmm… ¿un vodka?
—¿Ron?
—¿Tequila?

Comenzaron a decir 50 mil tragos distintos. A mí me daba igual, finalmente no pensaba tomar. Entre tanto, me puse a hablar con mis amigas.

—No quiero tomar —le dije a Alyssa.
—Pero te vamos a cuidar —me dijo.
—No quiero tomar —le dije riendo—, no lo hago. Y me estoy quedando con mis abuelos, ¿cómo les voy a hacer eso?
—¿Segura? —cuestionó.
—Sí, aparte tú sabes que yo no tomo.
—Está bien —dijo—, mejor estás así.
—¿Y ahora? Yo no quiero que me insistan para tomar.
—No les hagas caso —me dijo.
—Pero van a estar molestando.
—No, vas a ver. Yo haré que no te molesten.

Me sentía como una niña pequeña quejándose con su mamá, pero sea lo que sea, no tenía ganas ni humor para hacerlo. Finalmente, ni lo estaban haciendo por mí, sólo con la excusa de “mañana es tu cumpleaños”.

La mayoría de ellos eran mayores que yo. Ya habían cumplido 15 o algo así. Incluso alguno de esos chicos ya tenían hasta 16 o un poco más. Estaban en su último año de colegio, creo. Obviamente que para ellos era más normal que una chica que recién va a cumplir 15.

—Ya, entonces ¿quiénes vamos a ir a comprar? —preguntó Axel.
—Mmm… no sé, ¿vamos ________(tu nombre)? —me preguntó Ximena.
—¡Vayan ustedes!

Y de pronto, todas las personas que estaban ahí comenzaron a decirme para que vaya. No quería que alguien pasara y me viera comprando, pero no dije nada. Al final, molestaron tanto que terminé accediendo. Comenzamos a caminar con Ximena y Alex.

—No sé para qué me dicen que vaya —les dije.
—Para que cargues pues —dijo Alex riéndose.
—¡Sí, seguro! —dije sarcásticamente.

El celular de Ximena comenzó a sonar.

—¿Quién te llama? —pregunté.
—Alyssa —me dijo, mientras agarraba su celular— no sé qué quiere.
—Pregúntale pues.

Fin de la narración.

Narra Justin:

Después de una larga ducha y ponerme lo que Ryan eligió, me vi al espejo y no estaba mal. No era elegante, pero tampoco muy casual, era algo intermedio, porque realmente no tenía ni la más mínima idea adonde íbamos a ir.

—Yaa, entonces, ¿estoy decente? —le pregunté a Ryan.
—Sí, estás bien —me dijo— o sea, probablemente parecemos un par de chicas como cuando hablan de ropa, pero creo que estás bien. ¿Te dijo a qué tipo de restaurante irían?
—No, pero “algo discreto”.
—Mmm… sólo falta que aparezca con vestido —dijo él riéndose.
—¡Cállate! —exclamé— no creo. Me daría vergüenza.
—¿Verla con vestido? —me preguntó.
—No, sino que venga toda elegante y yo así… porque eso también significaría que el restaurante sería un poco caro por el hecho de ser elegante y no quiero hacerla perder tanta plata en mí.
—¡Aaay! Quién como ustedes —dijo—, pero en fin…

Mi celular comenzó a sonar.

—¿Te está llamando?
—No —respondí—, sólo es un mensaje.
—Ya, lo leeré.
—Pásamelo.

No estaba de humor para sorpresas, así que esperaba que fuera un mensaje de la línea telefónica o algo por el estilo.



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¡Hola chicas! ¿Cómo han estado? Sé que me demoré un poco en escribir, pero bueno... he tenido varios asuntos, también tuve que leer la novela de nuevo para ponerme al corriente con algunos detalles que ya había olvidado, pero algo es algo jaja, en fin, ojalá les guste. 

Quería escribir un post para mi otro blog (If you just dream), pero primero quería subir este capítulo, así que... creo que lo subiré luego, tiene algo relacionado con esta novela y todas las cosas que han ocurrido, pero será cuestión de tiempo. Ojalá lo tenga listo para ahora. 

Cuídense chicas, ¿sí? Un beso :) ¡ah! y las preguntas las respondí en los mismos comentarios. Quiero decir, he respondido los comentarios que tienen preguntas, pero en sí leí todos y quería agradecerles a todas :) sólo que si respondía cada uno se me pasaría un poquito el tiempo, pero al menos las dudas que tenían espero haberlas resuelto. ¡Trataré de subir uno este fin de semana! Aunque tengo que leer un libro para el colegio jajaja. ¡Haré mi mayor esfuerzo!

Vale<3 b="">