Cap. 41°: "¿La felicidad de uno siempre tiene qué estar a costa de la de otros?"

[Imagen referencial, solamente (:]

-Pero, ¿por qué nunca hablas de él?

-Ah… es que nunca tuve la oportunidad —era buena mintiendo e improvisando en el momento, era una de mis virtudes/defectos… claro, depende de cómo tú lo califiques.

-¿Dónde vive él?

No quería mentirle, pero tampoco decirle la verdad. Tenía miedo, no quería decir nada. No quería llorar, ni nada. ¿Pero qué? Si me preguntaba donde vive él, ¿qué le voy a responder?...

-Ah, el vive en _______(tu país) —traté de sonar convincente, y por esta vez lo logré.

-Oh, ¿ya no se ven? —obviamente, Christian quería saber más de mí, y por lo tanto eso significaba involucrar mi pasado, al decir “mi pasado” me refería con todo lo que me había pasado en la vida, y desgraciadamente, esto tiene que ver con lo que le pasó a mi papá, y todo lo demás.

-Mmm… desde que vine a Atlanta, no nos hemos vuelto a ver —mejor dicho, desde hace 5 meses atrás, no nos hemos vuelvo a ver… ¡bah! Casi 6 meses— pero todos los días hablamos.

Sé que al decir todo esto, era como escupir al cielo, porque sabía que tarde o temprano alguien se iba a enterar de toda la verdad, y todas mis mentiras volverían a mí… pero, es que… no quiero que nadie sepa, y es mejor, si nadie se entera, sería muchísimo mejor para mí, en todos los sentidos… no quiero que nadie me tenga lástima ni pena, ni mucho menos que esté detrás de mí, solamente porque se “apiadan” de mí. No, por favor, nunca… antes muerta.

-Ah —me sonrió— ¿lo extrañas, cierto?

-Sí —la sonrisa, que tenía en el rostro, para tratar de ocultar todo, desapareció, y apareció mi rostro, el cual realmente reflejaba dolor, y tristeza— demasiado… —al menos en esto, si podía decir la verdad—… no es lo mismo… dejar de verlo, ¿sabes?... yo siempre fui muy cercana a él, pero ahora que ya no está, me hace demasiado falta… extraño poder verlo, reírme con él y todo eso que hacíamos cuando estábamos juntos… —innumerables recuerdos del pasado volvieron a mi mente, para hacerme recordar todo, haciendo –producto de todos los recuerdos- que salieran algunas lágrimas de mis ojos, que inmediatamente sequé.

-Lo siento… no debí de hablar sobre eso —Chris se había dado cuenta de lo que había provocado, pero bueno, yo no lo culpo… él, realmente, no sabía nada de lo que pasaba, y no le iba a decir nada.

-No, tú no sabías —le sonreí, bajo mi tristeza, siempre quería poner buena cara… eso ya se me había hecho costumbre, ponerle buena cara a los momentos de tristeza, solamente para aparentar y dejar que se preocupen por ti, siempre funciona.

-Perdón, mi vida —me abrazó, y yo le correspondí el abrazo.

Lo que necesitaba era un abrazo… y eso es lo que Chris me dio, algo que me hizo sentir reconfortada, pero igual tenía ese dolor de tristeza en el pecho que tenía ganas de salir en un ruidoso llanto, pero no… pude y puedo controlarme, y no dejaré que esta vez los impulsos me ganen.

-Ya te dije… tú no sabías, no es tu culpa… y yo tampoco te dije nada, y no tienes porque sentirte así —bueno, no te dije nada, y todavía no lo hago, y creo que va a seguir así… pero realmente, odio mentirle a Chris… bueno, ¿quién diría? Hasta yo, una de las personas más mentirosas del mundo, odia mentirle a otra persona.

-Ya no llores —me pidió, y yo solamente respiré hondamente, miré hacia el cielo, y sabía que él en estos momentos me estaba mirando y observando… sabía que quería que yo dejara de llorar, quería que yo me mantuviera fuerte, y dejara todo el dolor a un costado. Yo solamente sentí algo dentro mío, algo que me hacía sentir mejor conmigo misma, y algo que me hacía sentirlo más cerca a mí que otros días… solamente tengo algo que decirle a él en estos momentos… “te quiero demasiado papá”.

-Gracias —me recosté en el pecho de Chris.

-¿Por qué? —preguntó confuso él.

-Por  el simple hecho de aguantarme, sin mandarme a la mierda —eso es lo que cualquier persona normal haría, “mandarme a la mierda”… eso es lo que harían, y todavía me sigo sorprendiendo porque Chris aún no lo ha hecho, digo… ¿qué tengo yo, para qué una persona no lo haga? Cumplo con todos los requisitos, y él todavía me sigue aguantando.

-Linda… no digas tonterías —sé que él sentía algo por mí, pero  no sé qué tan fuerte sería eso, como para no, aunque sea una vez… decirme que me calle y que me vaya al demonio.

-Es verdad, y aún me sorprende por lo que no lo hagas hecho —dije con una voz suave, y dulce.

-Porque yo no tengo las razones como para hacerlo —me contestó— no encuentro ninguna…

-No quiero que digas esas cosas.

-¿Por qué? —preguntó él.

-Porque sé que va a llegar un día en el que me vas odiar, y no quiero que lo que digas ahora, quede solamente como algo que dijiste alguna vez sin sentirlo —no quería que llegara tampoco ese día, pero es que hay cosas inevitables en la vida.

-Yo nunca te voy a odiar… jamás lo podría hacer… ni a ti ni a nadie… mucho menos a ti —eso sonó como si de verdad le hubiera salido del corazón.

Levanté mi rostro, y lo miré, le sonreí… pero no de cualquier sonrisa, sino de esas que realmente, no necesitas palabras para continuar hablando… simplemente, no las necesitas.

-Te quiero —me dijo Christian, mirándome a los ojos, yo solamente me sonrojé, y sonreí.

Yo no podía responder… simplemente, estaba todavía confundida, entre creer y no creer… dar una oportunidad en algunos casos no siempre es como se quisiera, más bien… es difícil.

Sonó su celular, y él se llevó la mano al bolsillo del pantalón, para luego, ver la pantalla y contestar.

Narra Christian:

Justo, después de decirle eso a __________(tu nombre), mi celular sonó, y era Caitlin, así que le contesté.

-¿Aló Cait? —exclamé yo.

-Hola Chris, ¿dónde estás? —me preguntó ella… pero, ¿es que a caso importaba mucho ahora?

-Ah, en la casa de __________(tu nombre) —contesté vagamente… realmente, no le tomaba mucho la importancia a lo que me estaba diciendo mi hermana en este momento.

-Ya, pero ya debes de venir… mamá va a venir para almorzar —¿mi mamá? Seguramente tenía el día libre, o se tenía que ir a un viaje de negocios— hoy día va para LA, y quedarse ahí por una semana… viaje de negocios —¿soy adivino o qué?

-Ok, voy…

-Ah, y cuando vengas te debo de decir algo, que sé que te va a gustar demasiado —¡genial! Pero, ¿no podía esperar a que llegue para que me lo dijera y así ya no me muriera de curiosidad por todo el camino?

-Ya, voy… chau.

-Chau —colgó la llamada.

-¿Caitlin? —preguntó ________(tu nombre) como si realmente estuviera segura de que fue Cait, quién me llamó.

-Sí, ¿cómo sabías?

-Emm… no sé… —fue sarcasmo— tal vez porque dijiste su nombre, ¿eh?

-Oh, cierto.

-Sonso —soltó una carcajada.

-Ya, bueno… linda, me debo de ir, ¿ya? —le dije.

-Ya.

-Te llamo en un rato, chau —me levanté, y ella también se levantó.

-Ya, chau… te acompaño a la puerta —se ofreció.

-Ya, vamos —le sonreí.

Fin de su narración.

Narras tú:

Como amo, su hermosa sonrisa… es maravillosa, tanto como él.

-Oye, pero antes una cosa… —dijo Chris.

-¿Qué cosa? —quise saber.

Chris me agarró de la cintura, y me acercó hacia él, para luego darme un tierno beso… sentí como algo… no sé… pero, ¿qué es eso qué siento? simplemente… no sé… cada día me despiertan más dudas, lo que hace que me confunda cada vez más. Pero eso no significa que no me guste. Bueno, no lo sé. No sé nada. Me siento demasiado pendeja.

-Ahora sí, chau preciosa —me dijo esbozando una sonrisa, yo solamente hice lo mismo que él— te quiero.

-Chau, Chris.

Chris se alejó sin dejar de sonreír… pero, seguramente se había olvidado que yo lo iba a acompañar abajo… pero bueno, ahora no tenía muchas ganas de hacerlo. Cada vez que hacía o decía algo, hacia que para mí sea encantador. Estoy sintiendo algo fuertemente por él, pero no sé que es.

Llegué hacia mi habitación, y me senté en el borde de mi cama. Miré hacia toda la habitación, como buscando algo, pero realmente no lo estaba haciendo… solamente miraba todo.

Sonó fuertemente el teléfono. No quería contestar, que lo haga Ryan, ¿no? Para eso estaba en esta casa, ¿cierto?

Fin de tu narración.

(En la sala)

Narra Ryan:

Ni modo, tendré que contestar yo. ________(tu nombre) estaba arriba, y con lo solidaria que es… no creo que vaya a contestar. Sarcasmo, ¿no?

Me acerqué hacia la mesa de cristal donde estaba en el teléfono. Agarré el teléfono, y contesté, sin dejarme de mirar en el gran espejo que tenía delante.

-¿Aló? —pregunté.

-Hola… ¿________(tu nombre)? —escuché, pero era en español… y la voz de una señora, mejor le pasaba a ________(tu nombre), preferiría no meterme en este tipo de cosas que tenga que ver con ella.

-Un momento por favor —dije, educadamente… no sé si me haya entendido, pero al menos es algo que quedarme callado.

-¡_________(tu nombre)! —grité yo, para que ella me pudiera escuchar.

-¿Qué quieres? —escuché la voz de ________(tu nombre).

-Te llaman, no sé quién es… contesta —le dije.

-¿Quién?

En  unos segundos, _________(tu nombre) ya estaba acá.

-¿Quién es? —me preguntó nuevamente.

-No sé, ni si quiera entendí —me hice a un lado, para que ella pudiera agarrar el teléfono.

Fin de la narración.

Narras tú:

¿A qué se refiere este tonto cuándo dice que ni entendió, eh?

Contesté el teléfono.

-¿Aló? —exclamé educadamente.

-¿Aló _________(tu nombre)? —esa voz me sonaba tan familiar.

-¿Quién es? —pregunté, es que realmente… no me acordaba mucho.

-¿Cómo? ¿Ya ni te acuerdas de mí? —en ese momento, ya sabía de quién era esa voz.

-¿_________(nombre de tu abuelita)? —pregunté, pero estaba segura que era ella.

-Sí, preciosa… pensé que ya me habías olvidado.

-¿Yo? —¿olvidarme de ella? Antes muerta.

 

Yo no llamaba a mi abuela, “abuelita”, ni “abuela”, ni nada… yo la llamaba por su nombre, porque desde pequeña lo hice… y se quedó así… ella es una de las personas que más quiero en toda mi vida… es una de las pocas personas que creo que yo, daría mi vida por ella. Ella me crió básicamente… mi mamá trabajaba mucho tiempo, mi papá también… yo, de los pocos momentos que tengo grabados de mi infancia, ella es la protagonista… no me acuerdo casi nada de mi papá, ni de mi mamá, pero de mi abuelita… la tengo más que presente. Ella, siempre estuvo, está, y estará siempre para mí. Siempre hemos sido muy unidas. No la veo desde que me vine para acá a Atlanta, y no he podido hablar con ella por teléfono desde que vine, solamente un par de emails. Es una de las personas que más quiero en la vida. Sin ella, estaría más que perdida. Es como mi mamá, es mi mamá. (En sentido cariñoso)

-No, mentira —bromeó— ¿qué tal?

-Mal —respondí casi al instante.

-¿Por qué? ¿Qué pasó? —no debí de responder eso, ya que ahora, ella estaba así.

-Porque odio todo lo que está pasando… simplemente, no quiero estar en Atlanta… quiero irme contigo.

-Pero, preciosa…

-Lo sé —interrumpí— pero es lo que quiero.

-No te pongas así…

-Pero, es que no me gusta, no me acostumbro… no puedo estar acá… porque no es donde pertenezco —resumí en pocas palabras.

-¿Alguna pelea con tu mami? —preguntó para ver si eso me tranquilizaba… pensó mal.

-¿Mamá? Yo no tengo mamá —lo que ella me había hecho, era imperdonable.

-No digas eso —a ella tampoco le gustaba que diga eso, a nadie le gustaba… pero, ¿qué podía hacer?

-Ella se casó con ese tipo, aún cuando ella sabía todo por lo que yo estaba pasando… no le importé —esas palabras salieron de mi boca, con odio y rencor— ¿por qué tendría ahora qué importarme ella?

-No digas eso… aunque, en parte tienes razón —a mi abuelita, tampoco le gustaba todo por lo que yo estaba pasando… a ella nunca le agradó Rafael, ella y mi abuelito lo odian. O simplemente no lo soportan.

-Quiero vivir contigo —solté, aunque realmente, no era nada nuevo. Eso siempre quise.

-Cuando tus papás se separaron les dije, que si ninguno de los dos, por diversos motivos, vivía en paz contigo, que vinieras a vivir conmigo… que yo siempre te esperaría con los brazos abiertos… pero bueno, tu papá se fue… —cuando dijo “se fue”, sabía a qué se refería, lo cual me hizo recordar todo eso— y tu mamá se casó con este tipo… pero bueno, ella no quiere.

-Bueno, que no quiera no más, pero yo tampoco quiero estar acá… que ella “rehaga su vida” sola, y que me deje en paz… quiero estar lo más lejos de lo que ella llama su “felicidad” —y eso era cierto, podrá ser mi mamá ,y todo lo que quiera, pero mi felicidad es antes. Tal como para ella es la suya.

-No te pongas así… —no le gustaba que hablara así, a mí tampoco, pero era lo que sentía.

-Tu hija solamente quiere verme mal… no sé qué le hice para que me odiara tanto.

¿Nacer? Tal vez… no lo sé. Pero para que ella me haya hecho todo lo que me ha hecho, debe de ser algo tan malo. ¿Nunca se han preguntando qué hubiera pasado si ustedes no hubieran nacido? Yo muchas veces. Y la mayoría de veces, es que… todo hubiera sido mejor. Digo, solamente soy una carga en este mundo… o ¿qué? ¿a caso alguien es feliz conmigo? Solamente muy pocas personas.

-No te odia —me aseguró.

-Te extraño mucho… —murmuré, pero ella me escuchó, y quería que lo supiera— ven por favor a Atlanta… por favor. —Estaba a punto de llorar. No me molestaría si ahora llorara, lo que si me molestaría es que si llorara por algo que no valía la pena, pero esto si valía la pena, y demasiado.

-Yo también, princesa —eso me hizo sentir bien, y me hizo sentir querida; derramé una lágrima.

-Ven por favor… —repetí.

-No es fácil… tú sabes —prosiguió— __________(tu abuelito) está trabajando acá, y no hay manera de irse hasta allá.

-Pero… si a tu “querida” hija, la trasladaron hasta acá… y ____________(tu abuelito) tiene un puesto más importante en la empresa… ¿por qué no lo trasladan a él?  —pregunté, y estaba en lo cierto.

-Porque él es jefe acá, en cambio, tu mamá era administradora… y podían trasladarla… ella no era jefa —me explicó, y estaba en lo cierto— aparte, tu mamá rogó mucho para que la trasladaran… aparte, ella tomó muchos cursos, y tiene postgrados.

Para ser una mujer de solamente 36 años, había hecho mucho en la vida; teniendo una carga extra de 14 años que no la quiere ver ni en pintura ahora,  desde los 22 años, y con todo el divorcio y las demás complicaciones… y todos los juicios que mi papá le había metido, solamente para que yo viviera con él; mi mamá es una persona con mucho éxito en la vida, y una profesional capacitada… en estos momentos, como odio eso.

-Desgraciadamente… —dije, con todo el sentimiento del mundo— una pregunta.

-¿Qué pasa? —preguntó.

-¿Cómo sabes cuál es el número de esta casa? —pregunté, ya que me causaba mucha curiosidad.

-Ah, me lo dijo Cristy… —Cristy, era Cristina… la hermana de mi mamá— tu mamá se lo dio en una de las conversaciones que tuvieron.

-Oh…

-¿Quién contestó el teléfono cuándo llamé? —quiso saber.

-Ryan… —dije con amargura.

-¿Ryan? ¿El hijo de Rafael? —estaba en lo cierto.

-Sí, él mismo —le informé.

-¿Y qué tal te llevas con él? —era obvio que me preguntara cosas así.

Así, comenzamos hablando de varias cosas, yo podría sentarme y hablar con ella hasta el día en que muriera… sin importarme nada. Eso es lo que pasa cuando quieres a alguien, y extrañas… tanto como lo hago con ella.

-¿Y cómo vas con esto… de tu papá? —tenía que contárselo a alguien… y ella lo supo exactamente.

-Quiero volver a tenerlo a mi costado… quiero poder volver a decirle “te quiero papi”… quiero poder volver a verlo, y poder reírme con él… quiero que él esté acá conmigo —le confesé, mientras las lágrimas salían de mis ojos.

-Tú sabes todo lo que yo pienso de tu papá —me dijo ella—… por más que tus papás se hayan separado… yo toda la vida, quise a _________(tu papá) como si fuera mi hijo.

La mamá de mi papá había fallecido cuando él apenas tenía 17 años… yo no le decía abuela, porque.. como que me sentiría rara, porque nunca a vi… aunque es eso… ¿irónico, no? Dios me quitó a mi papá con 14 años, y a él a su mamá con solamente 17 años… ¿a caso Él tenía algo en contra de nuestra felicidad? Creo que sí.

-A pesar de cómo él se haya comportado… lo quiero mucho, y cuando me enteré de su muerte, lloré… y mucho…  y tú lo sabes… yo nunca voy a aceptar a Rafael como el esposo de tu mamá… y yo quiero a ________(tu papá) porque aparte de ser tu papá, siempre fue una gran persona con nosotros… —al decir “nosotros” se refirió a _________(tu abuelito) y a ella— y siempre fue un gran padre… por más de que ustedes siempre hayan tenido una que otra pelea… siempre te quiso y te quiere mucho…

-Quiero a mi papá —lloré, pero sé que sonaba como una niña pequeña… pero eso era, una niña pequeña en un gran mundo.

-No llores… por favor —me pidió— no llores porque van a pensar que eres débil… tú eres fuerte, no llores.

Esto que me dijo, me hizo sentir bien, porque… me hizo sentir como si realmente lo fuera. Pero, no podía engañarme a mí misma.

-Te quiero mucho —le expresé con todo el sentimiento del mundo, porque era así.

-Y yo, preciosa —me dijo dulcemente—… bueno, me debo de ir… pero, nos ponemos de acuerdo otro día, y hablamos, ¿sí?

-Cualquier día, cualquier hora… yo siempre estaré acá, esperando tu llamada… mamá __________(tu abuelita) —yo a veces le decía así.

Después de decirle eso, me demoré como 2 minutos en despedirme de ella… y cuando lo hice, me miré en espejo que había al frente, y me sequé todas las lágrimas, y respiré profundamente. Agarré mi celular, él cual estaba en la mesa de cristal, y lo miré… tenía 3 llamadas perdidas. Miré bien, y vi que era de Christian... me di cuenta que ya eran la 1:00 PM, así que seguramente, estaría almorzando, así que mejor lo llamo luego.

Sin darme cuenta, hablé demasiado con mi abuelita… pero, bueno, parece que solamente hubieran pasado como 10 minutos.

-¡__________(tu nombre)! —gritó Elizabeth— ¡ya está el almuerzo!

-Ya voy… —dije, pero sé que no me escuchó.

Fui hacia el comedor.

(En el comedor)

Entré, y el almuerzo estaba servido, y vi que estaba sentado Ryan y Justin comiendo… como si fuera muertos de hambre. Yo solamente me senté en la mesa, como si estuviera sola.

Sabía que tenía todos los ojos hinchados, pero en este momento no me importaba, tenía mucha hambre, como para preocuparme de aquello.

-¿Con quién hablabas? —no quería hablar, pero Ryan me preguntó eso.

-Con nadie… —no le iba a decir, porque simplemente a él no le tendría porque interesar.

-¿Con nadie? —dijo con un tono de “¿estás bromeando?”— estuviste el teléfono por 2 horas. —Y por primera vez, no exageró.

-Con nadie —sentencié, fríamente.

-¡Uyy! ¡Qué humor! —me molestó, pero no le hice caso.

Paz entró al comedor, y se sentó a mi costado… pero cuando me vio, su cara cambió a una de enojo, pero no me importó mucho que digamos… finalmente, si yo me besaba con Christian, ese era mi problema.

-¿Y a ti qué te pasa? —preguntó Ryan a su hermana.

-Nada, ¿ya? —contestó agresivamente.

-¿Qué? ¿Dan ya no te quiere? —me bufé— o ya cambió de chica esta semana, ¿eh?

Ryan y Justin se me quedaron mirando, probablemente… no se esperaban eso de mí hoy día.

-Mira, tú eres la persona menos indicaba para meterse en ese momento, ¿ya? —me amenazó, furiosa.

-“Libertad de expresión” —solamente dije eso, lo cual era suficiente— ¿sabías qué existe, no?

-¿Por qué no te vas a besar de nuevo con Christian y dejas de joder? —me dijo, lo cual me hizo callar.

¿Tenía qué decirlo? Sentí la mirada de Ryan fijamente en mí, y también la mirada fija de Justin, que se tornó en tristeza y dolor y molestia… no sé… y la mirada de Paz que reflejaba dolor, odio y rencor… pero, es que… no sé… la felicidad de uno siempre tiene qué estar a costa de la de otro, ¿o qué? Eso es lo más acertado que se me viene a la cabeza.

-¿De qué hablas? —me hice la loca.

-¡No seas sínica! —me acusó— todo el colegio lo sabe… ¿y me lo vas a negar? Yo lo vi…

-O tú tienes que usar lentes… o yo tengo alzhéimer —[es una enfermedad, que hace que no te acuerdes las cosas]— porque no me acuerdo.

-Creo que tú tienes alzhéimer.

-De verdad… ¿te besaste con Christian? —Ryan aún no lo podía creer, pero no lo iba a aceptar.

-Miren… ES MI VIDA PERSONAL Y PRIVADA… ¿entienden? —les dije.

Fin de tu narración.

Narra Justin:

“Es mi vida personal y privada”… eso me suena a alguien… ah sí, a mí. Pero, es cierto… molesta… pero, realmente… “su vida personal y privada” me estaba afectando a mí, y lo peor… es que, ¿por qué me debe de gustar ella? No entiendo… ¿por qué? ¿por qué me duele aceptar todo lo que vi aquel día?

-SI ME BESÉ CON CHRISTIAN… ES MI PROBLEMA… NO EL DE USTEDES —gritó— Y NO LO HICE… NO SOY COMO TÚ PAZ, QUE SE BESA CON TODOS LOS CHICOS QUE VE… Y TAMPOCO COMO TÚ RYAN, QUE BESA A LA PRIMERA CHICA QUE SE LE CRUZA POR EL CAMINO —se desfogó.

En ese momento, esa hermosa chica, que ahora estaba roja de la furia, se levantó de la mesa… dejando su plato a medio comer. Desearía poder ir detrás de ella… pero lo más probable, es que ella de un solo golpe, me deje sin dientes


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Capítulo dedicado a Gaby.


Chicas, algunas me dicen que quieren que cambie el diseño, la plantilla y el formato del blog (pero, si lo cambio, no cambiaría la letra)... ¿qué les parece? 


Me gustaría leer todas sus novelas, pero chicas, realmente... no tengo mucho tiempo, al menos ahora no... pero siempre les agradezco por todos, les juro que este fin de semana leo todas las novelas que sean posibles, dejénme sus links, y yo los leeré, pero lo siento. De verdad, gracias pro todo su apoyo, son lo máximo, y yo también leeré sus novelas (: 


Chicas, no sé de donde habrán sacado, pero Jeydon Wale, no es ni ni fue amigo de Justin Bieber, nunca. Creo que ni si quiera se conocen. 

Me dijeron si que opinaba, si que Chris era más bonito que Justin, y yo opino que los dos son igual de hermosos, y ambos tienen cualidades, y virtudes, y como cualquier humano, defectos. Pero los amo, y realmente admiro a ambos. 


Y lo de Juan Perez Gonzales, no era para ofender a nadie, sino solamente se me ocurrió en ese momento, y no lo hice ni dije con ganas de ofender a alguien, ¿ya? No se lo tomen personal, solamente es una idea. 


Chicas, no me manden ni una solicitud de amistad en MSN, porque ahora me creé otra cuenta, porque la otra me la hackearon |: si Renée o Paz Butty (para ser más específica) lo leen, ¿me dejarían de nuevo su MSN? Lo perdí, al igual que todos. 


Lo siento, chicas, realmente... sé que últimamente he estado muy alejada, y no he hecho muchas cosas, pero es que los estudios y el colegio, más mi vida social me están consumiendo poco a poco, y lo peor es que últimamente me siento muy débil y cansada, y me duermo demasiado temprano... no sé que miércoles me pasa. Pero creo que estoy enferma, pero no quiero decir nada.


Chicas, quiero que sepan que las adoro con todo mi corazón, y gracias por todo el apoyo que me han dado, sé que he estado ocupada, y las he descuidado, lo siento.


Chicas, también quiero decirles, que yo agradezco cada comentario que escriben, y desde este capítulo, les comenzaré a agradecer... pero todo lo que me dicen es hermoso, y si leo los comentarios... cada comentario, lo leo. Gracias, en serio. No crean que yo no leo sus comentarios, los leo, y a veces comienzo a llorar. Me siento bendecida. 


Preguntas:
1. ¿Cómo hiciste para que tu blog salieran en Google?
RPTA: Yo no hice nada, solamente salió en Google.
2. ¿Puedo publicar mi blog para que lo lean?
RPTA: Puedes poner un sólo comment donde digas el URL de tu blog, y bueno, si es que lo leen, entrarán a tu blog, pero no te aseguro nada. Lo siento, pero es que yo no hago publicidad, porque sería  injusto para muchas (en entradas anteriores, ya lo expliqué). Pero si quieres pon un comentario.
3. ¿Has escrito otra novela aparte de "Un giro de 360° desde que te conocí" y Latin Girl?
RPTA: Sí, pero son una mierda, y ya las eliminé. 
4. ¿Te gusta la canción "That Should Be Me"?
RPTA: No. 
5. ¿El fin de semana podrás hacer una maratón?
RPTA: No, no lo creo. 

♥ Vale ♥