"Olvidar".
Narra Christian:
Estaba en la habitación de mi hermana contándole todo lo que
había pasado cuando fui a buscar a __________(tu nombre) y el mensaje de texto
que le mandé.
—…Cuando la vi no le llegué a decir que probablemente nos
iríamos antes de que ella volviera, pero le mandé un sms diciéndole eso y
también que la amaba —le conté a Caitlin—, pero no sé. Realmente no sabía que
hacer.
—¿Le dijiste que la amabas por sms? —me preguntó ella con
los ojos abiertos— ¡eres un imbécil!
—¿Por qué? —cuestioné.
—Porque esas cosas se dicen cara a cara, no por sms.
—También se lo dije cara a cara, pero también por sms
—aclaré.
—¿Y realmente la amas? —Caitlin me miró fijamente esperando
una respuesta—, ¿después de lo que sucedió?
—Sí —la miré fijamente y luego bajé la cabeza— la amo.
—¿Y por qué permitiste que Paz hiciera eso?
—¡Se lanzó encima de mí! —me exalté y grité un poco—, ¿qué
rayos podía hacer?
—Yo sólo te estoy ayudando, no tienes por qué gritarme —se
enojó un poco mi hermana.
—Está bien —dije tranquilizándome un poco—, discúlpame, no
te enojes. Sólo que me molesta que nadie me pueda creer y crea que lo que yo
hice fue porque se me pegó la gana, cuando realmente yo la quiero demasiado, la
amo.
Sí sé que no soy muy grande, pero he estado unos meses de
relación con ________(tu nombre) y he compartido varias cosas como para darme
cuenta que de verdad la amo, aunque no he subido tan atenta con ella
últimamente.
—Pero es que cualquiera hubiera hecho eso, Chris —me dijo mi
hermana.
—Pero ya, no lo hice —le respondí con toda la tranquilidad
del mundo—, ¿eso va a quitar todo lo que siento hacia ella? ¿Eso significa que
no la puedo amar?
—No…
—¿Entonces? —interrumpí—, ella no quiere entenderme y yo
admito que si la hubiera visto besándose con otro chico también me hubiera
puesto como ella, pero al menos después de eso hubiera conversado con ella,
pero ¡no! Ella se está yendo fuera del país y cuando vuelva no la voy a ver,
¿entiendes mi situación?
—Sí, sí la entiendo —se notaba que trataba de comprenderme—,
pero yo tampoco puedo hacer mucho, como ya te dije ni siquiera alcancé a
despedirme de ella.
—Pero tú sólo eres su amiga —la miré fijamente—, yo la amo.
Sentí como unas gotas cálidas recorrían mi rostro,
seguramente era por la furia que tenía, porque ella se fue y no quedó nada. Ni
siquiera sabía a qué hora con exactitud iba a salir su vuelo. Me hubiera
encantado besarla por última vez, pero ¿qué podía hacer? No había mucho. Sólo
esperarla si es que podía, pero ¿y en todo ese mes? Ella iba a salir, iba a
estar con otros chicos, sus amigos, ¡yo qué sé! Sería un mes perfecto para
olvidarme.
—¿Estás llorando? —me preguntó mi hermana tratando de mirar
mi rostro, pero yo estaba cabizbajo.
No le contesté. Sencillamente me acerqué a ella para poder
abrazarla. No quería que dijera nada, sólo quería un abrazo como si eso fuera a
cambiar algo. Como si eso fuera a hacer que las cosas hubieran sucedido de otra
manera, como si eso hubiera evitado que Paz se lanzara encima de mí y me besara,
como si _______(tu nombre) fuera a entrar por esa puerta y correr a abrazarme.
Como si fuera a suceder eso.
Fin de la narración.
-En el Aeropuerto Internacional Hartsfield-Jackson-
Narras tú:
Acababa de sonar la primera llamada para mi vuelo: TP-0511,
así que suponía que era el momento de la despedida. Lo más doloroso.
—Bueno, ya debemos de ir —me dijo mi mamá—, o bueno tú.
—Acompáñame hasta la entrada, ¿sí? —le pedí.
—Claro que sí —me sonrió.
Fuimos las dos caminando hasta la entrada, mientras
conversábamos sobre cosas que ya me las sabía de memoria de tantas veces que mi
mamá me había repetido lo mismo. “Pórtate bien, ya sabes las reglaas…” era lo
que más escuchaba y había escuchado todo este tiempo antes de irme.
—Bueno, llegamos —me dijo mi mamá a las justas, supuse que
por el nudo de la garganta que se había formado, el mismo que me estaba
viniendo.
—Te quiero mucho mami —la abracé fuertemente.
—Yo también, linda —me dijo con una voz débil.
—Te voy a extrañar como no tienes idea —susurré—, te voy a
llamar todos los días, todas las noches y también te voy a mandar un mensaje
cuando llegue y todo eso, ¿sí?
—Ya hija, yo te llamaré, me dices cuando estás libre y lo
hago —sonrió.
—Te quiero muchísimo, gracias mami, gracias por todo y discúlpame
por haber sido tan tonta todo este tiempo y perdí tanto tiempo valioso contigo
que sé que nunca va a volver —le dije—, pero estaba dolida, estaba demasiado
dolida por lo de mi papá, entiéndeme.
—No te preocupes, yo te entiendo hija, ¿sí? No estés mal.
Cualquiera se equivoca y comete errores, yo también los he cometido y más
contigo, ¿sí? Pero ahora vamos a estar mejor, cuando llegues todo va a estar
bien.
Observaba fijamente como las lágrimas bajaban rápidamente de
los ojos —ahora rojos— de mi mamá. Me rompía el corazón y me hacía caer en la
misma situación, ya que sencillamente no podía aguantar todo esto. El nudo en
la garganta pronto se convertiría en un mar de lágrimas y seríamos madre e hija
llorando juntas por la pérdida de tiempo que tuvimos.
—Te voy a extrañar demasiado —la abracé con las lágrimas
saliendo a mares.
—No llores —me secó las lágrimas con las manos—, ¿sí? Ya nos
vamos a ver, y aparte vas a poder ver a _________(tu abuela) y tu _________(tu
abuelo) después de tiempo y vas a poder disfrutar el tiempo con ellos y así, y
el tiempo se va a pasar volando, todo va a estar bien.
—Prométeme que me vas a llamar todos los días —le dije.
—Te lo prometo hija —sonrió—, ¿sí? Ahora sólo encárgate de
disfrutar este viaje y aprovecharlo al máximo, ¿sí? Cuando sea tu cumpleaños,
conéctate a Skype y hablamos por ahí, ¿sí? Te quiero dar tu saludo, pero por
ahora te diré “Feliz cumpleaños adelantado”.
—Gracias mami —solté una carcajada y le sequé también las
lágrimas—, ahora, no llores, ¿está bien?
—Te lo prometo.
—Nos vamos a ver en menos de lo pensado —le dije—, el tiempo
se pasa rápido y en menos de lo que piensas me vas a tener aquí otra vez
contigo.
—Sí —trataba dejar de llorar—, bueno _________(tu nombre),
ya tienes que ir, ¿sí? Cualquier cosa me avisas, llámame antes de salir. ¿Ya?
—Está bien mami, te adoro. Gracias por todo.
—Siempre me vas a tener cuando sea que me necesites —sonrió,
¿sí preciosa?
—Sí mami —asentí.
Nos dijimos unas últimas palabras y me dio dinero extra para
cualquier necesidad. Entre lágrimas y abrazos nos despedimos, nos dijimos de
todo y sonreímos, pero ya era momento de partir, era momento de emprender este
viaje que recordaría por siempre.
Fin de la narración.
-En la casa Bieber/Mallette-
Narra Justin:
—No estés así, hijo —escuché la voz de mi mamá, mientras me
acariciaba suavemente la parte superior de la espalda.
—Es que me duele que se vaya.
—Pero va a volver —me dedicó una dulce sonrisa.
—Pero igual, me duele, aunque sólo hayamos estado paseando
dos días, me encariñe demasiado.
—Pero dos días es muy poco tiempo, hijo —me dijo mi mamá.
—Pero, eso no quita que haya podido sentir tantas cosas por
ella, que la haya querido tanto —hice una pausa—, yo estaba enamorado de ella,
pero no decía nada porque estaba con Christian y no quería estorbar, pero ¿qué
puedo hacer? La quiero, estoy enamorado y lo puedo decir. Yo jamás me había
enamorado y ahora sé que es así porque sencillamente lo siento de corazón,
porque es algo que jamás había sentido por otra chica.
—Pero hijo…
—Yo quiero verla antes de lo posible —la interrumpí—, pero
no quiero malograrle su viaje, no quiero estar hostigándola. Por ejemplo, hace
un rato le mandé un mensaje y me contestó y le volví a mandar otro, pero aún no
lo lee, y realmente no quiero molestarla, y probablemente en estas 5 semanas
que se va de viaje no hablemos casi nada, pero yo estoy segura que no la voy a
olvidar ni voy a hacer algo para lastimarla, pero ¿y si ella lo hace? Ha sido
muy difícil llegar a su corazón. Yo no me cansaría de hacerlo una y otra vez,
pero sí me dolería que ella me olvidara, pero se tiene que divertir, tiene que
pasarlo súper bien, porque… ¡es su viaje por sus 15 años! Tiene que pasarla
súper bien, ¿no?
—Si ella te quiere, no te va a olvidar.
—Ese no es tanto el problema, sino lo que llegue a hacer
mamá —admití con miedo imaginándome las peores cosas.
—Pero tú ya debes de estar preparado, porque tú sabes que va
a estar con sus amigas y de todas maneras va a salir a divertirse, Justin.
—Pero ¿por qué ahora? ¿Por qué las cosas no pudieron suceder
después? ¿Ah? —le pregunté.
—Hijo, las cosas suceden por algo —se sentó a mi costado
esperando que la mirara al rostro.
—Aun no entiendo porque sucedió esto a estas alturas.
—Pero tú sólo deja que las cosas sucedan con naturalidad, no
trates de enfrentar cosas que probablemente no funcionaran. Déjalo así, vas a
ver que todo va a estar bien —observé su sonrisa, pero no me convencía para
nada.
—¿Por qué? ¡Es un mes! ¡Un mes perfecto para olvidar! ¡Para
hacer de todo! —me tapé el rostro con las dos manos, mientras tenía los ojos
apoyados en la mesa.
—A ver hijo…
—¿Qué? —le dije un poco enojado.
—¿Tú la vas a olvidar? —me preguntó dulcemente.
—Claro que no, jamás —respondí inmediatamente.
—¿Entonces cuál es tu preocupación? —cuestionó mirándome
fijamente.
—De que ella sí lo haga.
—¿Y eso qué interesa?
—¡Demaaaasiado! —exclamé.
—Pero si tú la quieres, eso no va a interesar. Si te olvida,
algún día tendrá que recordarte, ¿verdad? Y volver a conquistarla no va a ser
ningún problema si realmente la quieres —me dijo.
—Pero mami, eso no va a quitar absolutamente nada. Ella no
se va a quedar por eso, ella no va a dejar de hacer las cosas que hará, yo no
voy a dejar de pensar en ella todas las noches por eso, yo no voy a poder
evitar sentirme así, ¿me entiendes? Cuando nos despedimos, me tuve que ir
rápidamente porque no quería llorar, sin embargo ahora tengo ganas de romper en
llanto e irme inmediatamente detrás de ella.
Sentí como algunas lágrimas recorrían mi rostro. Mi mamá ya
se daría cuenta de mi situación, pero no quería que sintiera lástima por mí.
Era lo último que desearía, pero también lo que menos me importaba en esos
momentos. Era una de las pocas veces que lloraba por una chica, pero lo que más
me sorprendía es que no habían pasado los días con velocidad, había pasado muy
poco tiempo y ya la extrañaba. No la conocía desde hace mucho, pero lo
suficiente como para enamorarme perdidamente de ella. Habíamos compartido dos
días hermosos y hace unas cuántas horas yo le había regalado ese collar y la
había besado por primera vez de verdad y no por un juego. Había pasado muy poco
como para extrañarla desde esa manera, habían pasado sólo horas. No habían
pasado ni semanas ni meses, pero ahora es cuando me doy cuenta que no es
necesario que pase una eternidad como para enamorarte de una persona, como para
empezar todos estos sentimientos por alguien, algunas veces es cuestión de
segundos.
—La quiero demasiado —susurré, mientras mi mamá me
abrazaba—, pero no quiero malograrle su viaje.
—Yo sé que ella también te quiere —dijo, mientras acariciaba
mi espalda.
Estaba por decidir que lo mejor sería quererla en silencio.
Sin decir nada, porque si lo hacía verdaderamente no tenía que decírselo a
nadie más que no sea ella, pero por las situación prefería no hablar con ella.
No quería hablarle, quería que ella lo haga. No quería estorbarle, quería que
ella me hable porque entonces sabría que ella estaría desocupada.
Sencillamente, no quería ser ninguna molestia para ella —como ya lo he dicho un
millón de veces—, sino todo lo contrario. Pero sé que mientras más confianza le
tomara, sería peor para mí.
—Pero a veces eso no es suficiente —murmuré, casi para que
ella no me escuchara.
—Ay, hijo —exclamó mi mamá con tristeza.
—No lo es —sentencié.
Decidí tomar todo este tiempo como cuando me ponían una
inyección: con la mentalidad de “todo va a pasar rápidamente, en un abrir y
cerrar de ojos ya todo terminará” y así será. Si pensaba así sé que las cosas
pasarían con más rapidez y resultaría mejor.
Fin de la narración.
-En el Aeropuerto Internacional Hartsfield-Jackson-
Narras tú:
En un abrir y cerrar de ojos ahora me encontraba sentada en
el avión con destino a ________(tu país). Justo me había tocado el sitio cerca a
la ventana y pude observar las cosas de afuera.
En pocos minutos, el avión despegaría y yo ya estaría
haciendo una de las cosas que había anhelado desde que llegué acá, a Atlanta.
Me iría aunque sea por unas 3 semanas y disfrutaría un buen tiempo ahí, con mis
amigos, mi familia. Sería como que volver a mi anterior vida al menos por un
tiempo, sería como si se hubiera detenido el tiempo para que yo pudiera irme y
disfrutar lo que no pude aunque sea en 3 semanas. Todo sería diferente —estaba
segura—, probablemente no sería con exactitud como antes, pero supongo que se
compararía en algo. Estaría con mis amigas de toda la vida, y por fin podría
ver a mis abuelos y si Dios quiere podría “ver” a mi papá. ¿Qué más podría
pedir? Todo sería perfecto, pero en un mes podrían pasar varias cosas y eso era
lo que me daba miedo.
Mi celular comenzó a vibrar, interrumpiendo mi reflexión.
Justin
Bieber:
Discúlpame
por molestarme a esta hora, seguramente ya estás embarcando o ya estás por
despegar, pero quería despedirme pues sé que el viaje no es largo. Es la última
vez que te moleste durante tu viaje, disfrúuuutalo al máximo, ¿sí? Y si no te
hablo, es porque no quiero estorbarte. ¿Ya? Ya te dije todo lo que te quería
decir cara a cara (: te voy a extrañar. Te adoro preciosa, adiós.
Decidí contestarle, pues me había dado cuenta que hasta
ahora no le había contestado el anterior mensaje, pero ahora estaba
completamente confundida. Ya no sabía con claridad que pensar, pero decidí
contestarle bien, pues era consciente de que no íbamos a poder hablar bien.
Le contesté lo siguiente:
Discúlpame
a mí por recién contestar, pero estaba terminando de alistar mis cosas y acá en
el aeropuerto no tuve tiempo de nada. Ya estoy en el avión, ahorita vamos a
despegar seguramente…
Cuando estaba escribiendo el mensaje fui interrumpida, por
una llamada. Era Justin, pero decidí contestarle, no creo que fuéramos a hablar
otra vez en un largo tiempo, o al menos escuchar su voz.
—Sé que
prometí no molestarte, pero no pude aguantar las ganas de escuchar tu voz —me
dijo Justin.
—¡Qué lindo! —exclamé enternecida—, no te preocupes.
—¿Qué estás haciendo? —me preguntó.
—Nada, esperando a que el avión despegue, seguramente en un
ratito.
—¿Y estás sentada con alguien más?
—No, por suerte estoy sola y a un costado. Mejor para mí,
así puedo descansar mejor —le dije.
—Sí, mejor, tienes mucho tiempo para descansar, pero ¿no te
molesta dormir en aviones?
—No, cuando tengo sueño, duermo donde sea y como sea —solté
una carcajada.
—¡Ay! —se río un poco.
En ese preciso momento una azafata se
acercó a mí.
—Disculpe señorita, pero debe de apagar
su celular —me dijo tiernamente.
—Ok, no se preocupe.
—Bueno, creo que ya escuchaste, ¿no? —le dije.
—Sí, no te preocupes. Apaga tu celular, te quiero demasiado —me
dijo—, cuídate. Mándame un mensaje cuando puedas para ver como llegaste, ¿sí?
Te adoro.
—Yo también, chau, cuídate.
—Fue lindo escuchar tu voz —me dijo.
—Sonso —reí en voz baja.
—Adiós preciosa.
—Adiós feito —colgué.
Por suerte ya había llamado a mi mamá y
estaba toda lista para emprender todo este viaje, aunque sería un poco cansado,
pero ahora estaba confundida por Christian, cuando vi a Justin por última vez
parecía tener todo tan claro, pero ¿ahora? Está todo completamente diferente,
estoy muy confundida, no sé que hacer. No sé que sería mejor que hacer, ¿quién
sabe todo lo que podría suceder en un mes? ¡Un mes son 30 días! No es poco
tiempo, podrían suceder un montón de cosas y aunque no quería hacerlo, también
me di cuenta que sería el tiempo perfecto para olvidar: olvidar todos estos
problemas inútiles, olvidar absolutamente todo, como si jamás hubiera pasado.
Olvidar todo lo que me lastimaba y me confundía, olvidar cada cosa negativa y empezar
desde cero cuando regresaría, duela a quién le duela, pues siendo sincera no
terminé muy bien aquí. No quería olvidar a Justin, tampoco a Christian, pero
las cosas son diferentes de como pensé que serían y realmente me encontraba
confundida.
¿Sería un mes perfecto para olvidar?