sábado, 28 de enero de 2012

Cap. 81°: "Durante tanto tiempo, no valía la pena"


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"Te quiero, mamá." 

—*Un chico así, vale la pena… alguien que te haga sentir de esta manera, alguien que le importes* —pensé en ese mismo momento con una sonrisa, una sonrisa que nadie me quitaría.
—Entonces… ¿me acompañas? —me tenía todavía agarrada de la mano.
—¿A la puerta? —cuestioné como una idiota.                                                                            
—Sí.

Los dos caminamos hasta la puerta sin decir alguna palabra, dicen que el silencio vale más que mil palabras… que cuando dos personas se quieren de verdad, las palabras sobran y las miradas son las protagonistas.

Llegamos a la puerta, y la abrí, esperando a que Justin se fuera sin antes despedirse.

—Bueno, chau _______(tu nombre) —me miró—, mañana vengo a eso de las 10, o 10:30, ¿sí?
—Ya, no te preocupes —sonreí.
—Te quiero —se acercó hacia mí, me agarró de la cintura y me besó la mitad del labio—, adiós.
—Chau —me despedí como una imbécil, mientras veía como se alejaba.

Eso que él acababa de hacer fue maravilloso, único, me encantó, aunque no esté del todo bien, me gustó. Me hubiera encantado que haya sido un beso completamente, pero no fue así, pero al menos sentí un poco de sus labios. Me dejaba hipnotizada por su forma de ser conmigo, siempre tan lindo, tan atento… y cuando se ponía como ahora, me traía loca. Hay cosas que él podrá saber, sin embargo, hay cosas que prefiero reservarlas.

Lo vi como se alejaba lentamente y se subía a su auto. Cuando llegó ahí, bajó la ventana, y se despidió con la mano. Me quedé observándolo hasta que se fue, y ya ni lo podía ver. En ese entonces, entré a mi casa nuevamente. Ahí, me di con la sorpresa de que Ryan estaba sentado en el sillón, sin jugar, sin ver televisión, sin nada.

—¿Qué pasa? —pregunté extrañada al verlo tan tranquilo sentado Está bisin hacer nada.
—¿Le dijiste a Justin? —me contestó con otra pregunta.
—¿Decirle qué? —no me quería “hacer la loca”, simplemente no estaba conectada a la realidad.
—Todo lo que le tenías que decir, todo lo que sientes —específico.

Lo miré un rato, y no pude evitar sentirme algo sonrojada, tal vez no se notaría, pero me sentía así, algo rara. No me sentía cómoda al hablar sobre estos temas… habían demasiadas cosas que me daba vergüenza hacer, decir.

—Emm…
—Sí —lo afirmó por un momento—, ¿no?

Sólo lo miré con una sonrisa, completamente avergonzada, y asentí, sin decir más, sin pensar en otra cosa.

—Está bien —dijo él—, sé que no quieres hablar del tema.
—Gracias por entenderme —solté un suspiro.
—¿Vas a tu cuarto? —hizo aquella pregunta cuando me vio subiendo las gradas.
—Sí, ¿a dónde más?
—No sé, no sé —repitió.
—Mmm… Ok —lo miré extrañada.

Apenas llegué, entré y cerré la puerta. Me recosté en la puerta y una sonrisa salió de mi rostro. Me sentía bien.

—*Lo hice, lo hice* —pensé numerosas veces… lo repetí demasiado en mi mente.

Me sentía bien conmigo misma, el problema es que no lo veré en un laaaaaargo tiempo, pues me iré. Pero siempre existe BBM, Facebook, Skype, MSN, aunque no será lo mismo, será algo, y eso que él ama estar conectado a todas esas cosas. No sería tanto problema eso de mantenernos comunicados… pero sí sería problema no tener que verlo tanto tiempo. Sé que recién me do cuenta más claramente de lo que estoy sintiendo, pero siempre estuvo ahí, siempre estuvo presente… solamente que ahora lo admito, y ahora que estaré lejos tal vez sepa valorar mejor las cosas.

Mañana, trataré de contactarme con Christian… para hablar. No tengo nada más que hacer con él. Esto no da para más, y va a ser lo mejor para los dos, tanto como él, como para mí. Él puede tener a todas las chicas que él quiera, yo no soy la única, jamás lo sela ré, y me olvidará rápidamente… si es que ya no lo hizo. A veces las personas hacen las cosas sin realmente darse cuenta. Creo que estar con Christian se convirtió en una rutina… estar con él algo de más o menos 3 meses… y es raro, pero fue algo largo… algo que pensaba que duraría más, pero jamás pasó por mi cabeza la idea de que sería tan rutinario, aunque al comienzo no fue así, ese fue el resultado… así terminó todo.

—Hablando del Rey de Roma… —dije con sarcasmo, mientras veía que en mi teléfono aparecía el nombre de Christian llamándome.

Decidí contestar, sería lo mejor.

—¿Aló _______(tu nombre)? —escuché su cálida voz pronunciando eso.
—Hola Chris —contesté, no fui demasiado seca.
—¿Cómo estás? —preguntó.
—Bien —fui algo seca, pues recordé lo que él me había hecho.
—¿Mañana nos podemos ver antes de que te vayas de viaje? —me preguntó, al ver que yo no le preguntaría como estaba él.
—Mmm… ¿a qué hora? —tenía la oportunidad perfecta para verlo, no lo iba a desperdiciar.
—A la hora que tú puedas… así sea a las tres de la madrugada —me acordé de esas palabras tan lindas que me hacían sentir como la única chica del mundo, pero era algo que ya tendría que olvidar.
—En la mañana, ¿te parece? —dije después de pensar un poco.

Sí sabía que había quedado con Justin para vernos en la mañana, pero necesitaba hablar con él antes de irme. Preferiría hablar con Christian un momento en la mañana para que después de eso se vaya a almorzar y yo pueda hablar y estar con Justin toda la tarde que me quedaba.

—Ya, ¿a qué hora?
—No sé, ve tú —le hablé de una manera, todo menos correcta.
—A eso de las 10 u 11, ¿te parece? —él sin embargo, me hablaba como si yo le estuviera hablando normal.
—Como quieras —respondí—, hablamos luego, ¿sí?
—¿Sigues molesta? —me interrumpió antes de que yo le colgara.
—¿Tú que crees? —le hablé de una manera sincera.
—Que sí —contestó él.
—¿Entonces para qué mierda me preguntas? —quise saber después de todo.
—Porque soy un idiota y me muero por ti —eso me hizo pensar las cosas dos veces y darme cuenta de lo que había hecho hace un rato, y lo que había estado a punto de hacer.
—Chris, ¿me llamas luego? —hice una pausa—, realmente no estoy de muy buen humor ahora y no quiero ser tan espesa contigo.
—No te preocupes, mi amor, por ti esperaría lo que fuera —me dijo.
—Adiós —acto seguido, colgué.

Sé que mi manera de ser con él no fue muy  buena, pues él se portó bien conmigo y yo fui demasiado seca, demasiado espesa, pero tenía que recordar la forma en la que él había sido conmigo, y lo que me había hecho, y que eso me jodía demasiado.

Me eché en mi cama,  y sonreí sin razón mirando al techo. No podía creer todo lo que había dicho, lo que había hecho, simplemente pensé que lo había hecho otra persona menos yo. El problema —y ya lo mencioné—, es que no lo voy a ver durante algún tiempo, y eso en sí me molesta. Solamente lo quiero ver, y ahora más que nunca. Y pensar que lo tuve durante tanto tiempo ahí, para mí, y ahora que realmente acepto todo eso, me voy y no lo veré… me hace sentir tan tonta, tan impotente también.

La música que escuchaba me hacía relajar más, mientras veía por afuera de mi ventana, y como la brisa entraba por la mampara que estaba ligeramente abierta. Dicen que las personas no son muy felices cuando no viven “aquí” ni “ahora”, dicen que lo mejor es disfrutar el momento, supongo que debe de ser así.

Estuve así como una hora, hasta que mi celular sonó… era Justin.

—¿Aló Justin? —dije yo.
—________(tu nombre), hola, ¿cómo estás? —me dijo con una voz tan rica.
—Bien, ¿y tú?, ¿pasó algo? —algún motivo tendría que haber tenido su llamada.
—Algo así… —dijo, dejándome con la intriga, mientras yo esperaba que él hablara.
—¿Qué pasó? —se demoraba demasiado en hablar.
—No nos vamos a poder ver en la mañana —sentenció.
—¿Por qué? —no me molestaba demasiado, pues iba a ver Christian—, ¿ocurrió algo?
—Sí —respondió—, tengo que ir al estudio un rato, y de ahí iré a almorzar con mi mamá, pero en la tarde estoy disponible para ti.
—Ah ya —lo escuché y me tranquilicé, nada grave—, no te preocupes.
—Gracias por entenderme, eres fantástica —no estaba con él, así que no pude ver una sonrisa, pero estaba más que segura que habría una en su rostro.
—Ok —solté unas carcajadas—, ¿hablamos luego?
—Sí… te llamo en la noche, ¿de acuerdo?
—Está bien —acepté gustosamente—, adiós.
—Chau, cuídate… seca —eso último lo dijo al momento que colgó, por eso no pude protestar nada.

Esa llamada, me sacó una sonrisa gigante, me hizo sentir tan bien, era lo único que necesitaba.

Minutos después…

Abrí los ojos… me había quedado dormida, y es que suele pasar últimamente, también con todo ese frío que tengo en los pies y en las manos. Me pasé la mano por la cabeza para acomodarme el cabello, y como —últimamente— era costumbre, se me habían salido como unos 5 cabellos. Miré el reloj, y marcaban las 7:08 de la noche. Y también escuché el ruido de la puerta abriéndose y cerrándose por única vez, en la sala… seguramente era mi mamá, no quise bajar por la razón que “solamente” era ella.

Tenía hambre… quería una ensalada, o tal vez pizza, cualquier cosa, solamente quería sentir algo en mi estómago. Esa sensación me traía tonta, pero no quería pedir nada… pues eso implicaría ver a mi mamá, y realmente no quiero eso.

Me levanté, y fui hacia una esquina de la pared, donde tenía un espejo de cuerpo completo, para poder amarrarme el cabello, era media inútil sin tener un espejo que me reflejaba. Mientras lo hacía, sentí que alguien entró a mi habitación… solamente giré un poco y me di cuenta que era mi mamá. No le iba a hablar, que ella me hable.

—_______(tu nombre) —fue más rápido que lo pensado.
—Dime —fui totalmente seca con ella.
—¿Podemos hablar? —me preguntó.
—Habla, no soy sorda —contesté de una forma que se podría considerar malcriada.
—Estoy haciendo un esfuerzo… —dijo en un tono de voz bajo.
—No lo tienes que hacer sino quieres —le adelanté.
—Siéntate —me ordenó.
—No quiero —negué—, puedes hablarme desde acá.
—Siéntate, por favor —me repitió.
—Me estoy arreglando el cabello —puse otra excusa.
—Siéntate.
—¿Me lo vas a repetir hasta que lo haga? —pregunté.
—Sí.
—Está bien —me rendí.

Dejé mi peine en el velador, me di media vuelta y me senté en mi cama, ella hizo lo mismo.

—Hija… —comenzó ella.
—Ya, ahora sí… ¿puedes hablar feliz? —le dije, después de todo me había estado insistiendo para que me sentara.
—Mira, solamente quiero hablar contigo… no pelear —me aclaró desde un principio.
—Está bien —hice una pequeña pausa—, habla.

Habían pasado demasiados meses desde que no tenía una conversación normal con mi mamá. Solamente cosas que nos importaran lo suficiente como para intercambiar una palabra… jamás algo que implique una verdadera conversación que tomara un tiempo adecuado, a las justas 2 minutos, de ahí nada más… y las veces que hablábamos eran escasas.

—Hija, mañana te irás a _______(tu país) y luego a Londres… no te veré en como 3 semanas, y lo único que quería decirte es que… te quiero demasiado, sé que ha sido muy difícil todo esto —empezó—, y que cuando vayas a ______(tu país) seguramente sientas muchas cosas, y tengas muchos sentimientos encontrados… y que mi decisión de casarme cuando tú estabas en un momento difícil no fue la más correcta, y más aún ahora que estoy embarazada —hizo una pequeña pausa—, sé que no te gusta demasiado esta idea, pero es una realidad que ya no la podemos cambiar, hija. Es algo que está sucediendo…
—Y ojalá que no fuera así —susurré.
—Sí sé, y sí sé que no te gusta para nada… pero solamente necesito que des una oportunidad para todo esto… ¿sí? —me miró fijamente a los ojos.
—Mamá, ¿te das cuenta que me estás pidiendo mucho? —la miré fijamente para que ella también me entendiera.
—Te estoy pidiendo una oportunidad a todo esto —me dejó más claro.
—¿Una oportunidad a ti ó a todo esto? —quise que me explique con más detalles.
—A mí, a todo esto, a ti sobre todo —me explicó más claro.
—Estás pidiendo demasiado —le dije de una buena vez.
—Mañana te vas, no te voy a ver quién sabe cuanto tiempo —soltó unas lágrimas—, quiero arreglar las cosas, ________(tu nombre), ¿tú no?
—Te quiero demasiado —la abracé.

Me di cuenta que haber estado peleando con mi mamá durante tanto tiempo no valía la pena, pues al final, ella era mi mamá… sé que he sufrido durante todo este tiempo, pero no es nada comparado. Sé que han pasado demasiadas cosas en estos momentos, pero al final, ella es mi mamá, y la quiero mucho.



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Capítulo dedicado a Sara (México, primer comentario del anterior capítulo :D)


Hola, ¿cómo están? Espero que bien. :) Chicas, mañana les trataré de subir capítulo en la mañana, y me dedicaré a leer los comentarios y contestaré algunos en la forma anterior, pues pensaba responder cada uno de los comentarios personalmente, pero me demoraría mucho. Las quiero demasiado chicas  <3(: 

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Vale

viernes, 20 de enero de 2012

Cap. 80° II Parte: "Las palabras sobran y las miradas son las protagonistas"

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Solamente había un problema: Christian, seguramente él habría pensado lo mismo.

—Te juro que estoy enamorado de ti —pronunciaron sus labios tan perfectos—, eres la chica más linda que he visto en mi vida.
—¿La más linda? —pregunté después de ponerme a pensar de que él había viajado por varios lugares del mundo.
—La más hermosa, la más perfecta —contestó.
—¡Qué lindo! —exclamé—, cómo me “sacas” plan.*

Él me miró y se comenzó a reír por lo que acababa de decir, yo también, porque me di cuenta de la idiotez que había dicho, creo que lo tomé de sorpresa.

—No es “sacar” plan —dijo él.
—¿Entonces?
—Es decirte lo que eres, sonsa.
—Te juro que llamaría ahorita mismo a Christian solamente para terminar eso —no sé porque lo dije, pero bueno lo sentía, lo sentía hace tiempo, sólo que recién me animo a reconocerlo—… pero no sé si sea tan oportuno por ahora.
—¿Lo harías? —preguntó. Tal vez no lo creyó, o bueno, no me creyó capaz de hacerlo.
—¿Por qué lo dudas? —cuestioné. Solamente quería saber eso.
—Porque es difícil… han estado tanto tiempo juntos, los dos y se nota que se quieren y mucho… o bueno, así se ve… y lo pensaba de esa misma manera hasta que tú me contaste los problemas que tenían… o bueno, algunos —contestó.
—¿Entonces? ¿Lo dudas por eso? —ya tenía las ideas más claras.
—Sí… y también por otras cosas —respondió Justin.
—¿Otras cosas? —cuestioné, no entendí muy bien.
—Bueno, sí, pero ya no importan —si no me quería decir, tendrá sus motivos, ¿cierto?
—¿Seguro? —cuestioné.
—Sí, seguro —respondió él.
—Está bien.

Hubo un momento de silencio incómodo, él no contestó ni dijo nada después de lo dicho por mí, supongo que no quiso, no tuvo ganas.

—Eres tan linda… —aquel momento había acabado con sus dulces palabras.
—Eres tan tonto —dije.
—¿Tonto? —preguntó incrédulo—, ¿yo?
—Sí, tú —solté una carcajada, mientras lo observaba… mientras me perdía en sus ojos.
—¿Por qué? —cuestionó—, ¿yo? Jamás.
—Eres un sonso, eres tan lindo, eres tan dulce, pero tan torpe… —las palabras salieron de mi boca porque sí, sin muchas razones, solamente en poco tiempo.
—¿De verdad lo crees?
—¿Tengo motivos para mentirte después de todo lo que dije? —de todo lo que había callado durante este tiempo que pedía a gritos salir.
—¿Te gusto? —obvió mi pregunta.
—¿Tú que crees?
—No sé —me dijo él—, por eso estoy preguntando, no lo afirmo.
—Sí, me encantas… ¿no lo había dicho antes? —que yo recuerde sí.
—Solamente quería escucharte decirlo de nuevo —replicó Justin.
—¡Veees! —exclamé, riendo—, eres un sonso.
—No tienes idea de cuanto me gustaría que seas mía… que pueda estar contigo —comentó él, saliendo completamente del tema, o bueno ni tanto—… pero no se puede.
—¿No se puede?
—Estás con Christian… le tengo una envidia única —agregó—, aparte… dudo demasiado que terminen ahora por unas cuantas palabras que te dije.
—¿Por qué dudas tanto eso?
—¿Soy el único? —respondió con otra pregunta.
—¿Cómo que él único? —no lo logré entender.
—Me refiero si es que soy el único que dudo eso, _______(tu nombre) —respondió con frialdad.
—No sé cuántas personas tendrán que dudar algo que no les debería de importar —repliqué… me estaba molestando, porque estaba siendo tan seco—… algo que es un problema mío con Christian.
—Si te pregunto es porque me importa.
—Bueno… ¿sabes qué? —hice una pausa y respiré hondamente— si quieres dúdalo, pues no voy a estar rogándote para que me creas. Yo estoy segura de lo que estoy diciendo… lo llamaría ahorita para terminar, pero ¿sabes? Para mí… terminar por teléfono es una huevada, las cosas se dicen cara a cara.
—¿Estás molesta? —me preguntó.
—No… solamente que me llega que todo el mundo piense  así —contesté con toda la sinceridad que pude—, es como si pensaran como si fuera yo. Dime…
—¿Qué pasa? —me interrumpió.
—¿Tú me crees…
—Sí —contestó, interrumpiéndome una vez más.
—No, no terminé —lo corté—, me refiero si tú me crees cuando te digo que terminaría con Christian por ti.
—¿Lo harías? —me miró extrañado.
—¿Me crees?

Él miró hacia varios lados, menos hacia mí… pensé que en este momento estaría dudando en lo que le dije. Si estuviera en su situación, dudaría por un momento; me molesta un poco que él no me crea, después de decirle todo esto… hacerle  caso a Ryan. Probablemente me arrepienta en unas cuantas horas, como deseando que nada de esto hubiera pasado, pero solamente me falta su respuesta. Si él es feliz, yo también lo seré. Ahora me estoy volviendo un poco egoísta con Christian, sin pensar que él me dio amor en los primeros meses… no digo que en los últimos él fuera demasiado frío, y no le importara… sencillamente que ninguno de los dos nos sentíamos tan bien… muchas peleas, no nos veíamos demasiado, pensábamos distinto que antes. No sé si yo habré madurado aunque sea un poco y me habré dejado de ser tan grosera, o seguiré igual que antes, o tal vez él del chico dulce y encantador, mi mejor amigo, se haya convertido en un chico que anda con sus amigos en fiestas y preocupado de otras cosas. No sé si yo sea la persona más indicada para opinar, solamente él sabrá.

—Sí —contestó él—… te besaría, pero no es lo más oportuno ahora.
—Sonso —solté una carcajada, mientras me sonrojaba un poco.
—¿Puedo? —preguntó, mientras me miraba de una manera irresistible, mientras miraba mis labios y mis ojos.
—Eh… Justin… —comencé balbuceando torpemente.
—No tienes que contestarme —me dijo—, lo decía por joderte.
—Ah ya —solté un suspiro, por la tranquilidad que él me había dado.

El celular de Justin sonó, pensé que era una llamada, pero era un mensaje. Yo solamente lo observé mientras lo leía, al terminar, guardó su celular en su bolsillo sin contestar.

—¿Qué pasa? —pregunté.
—Me tengo que ir ya a mi casa —respondió—, no sé que tengo que hacer… creo que debo de salir con mi mamá a no sé donde.
—Ah ya —reí—, está bien.
—¿Mañana te vas?
—No, mi vuelo sale pasado en la mañana… a eso de las 6 de la mañana —contesté—, pero si te refieres a que es mi “último día” acá en Atlanta, sí, es cierto.
—¿Mañana puedo venir a verte desde temprano?
—Claro, normal —dije—, no tengo algo que hacer.
—Está bien —sonrió, mientras se paraba del sofá—, ¿a qué vengo?
—No sé… ¿10? ¿11? —no quería que fuera muy temprano, pensando en él y en mí—, a la hora que puedas.
—Por ti, yo me levantaría a las 4 de la mañana, preciosa —estaba levantado, y me dio la mano para que yo también me levantara.
—*Un chico así, vale la pena… alguien que te haga sentir de esta manera, alguien que le importes* —pensé en ese mismo momento con una sonrisa, una sonrisa que nadie me quitaría.
—Entonces… ¿me acompañas? —me tenía todavía agarrada de la mano.
—¿A la puerta? —cuestioné como una idiota.                                                                            
—Sí.

Los dos caminamos hasta la puerta sin decir alguna palabra, dicen que el silencio vale más que mil palabras… que cuando dos personas se quieren de verdad, las palabras sobran y las miradas son las protagonistas.

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Hola chicas, ¿cómo están? (: Espero que bien. 

Sé que muchas de ustedes están molestas conmigo porque me demoro en subir capítulos, y que voy perdiendo muchas lectoras, pero bueno, les contaré algo. Yo, hace tiempo leía una novela... era una novela hermosa, no era sobre Justin y tú, ni nada, era algo distinto... me encantaba. Al comienzo, esta chica subía los capítulos todo el día... pero hubo un tiempo en el que descuidó un poco el blog, y subía capítulos 1 vez al mes... algo así, me jodía, porque me encantaba de una manera única su novela. Era maravillosa, fantástica. Después de un tiempo, dejé de leerla... me llegaba que se demoraba tanto, y tenía muchas lectoras... no sé, al final, lo dejó, no lo terminó. No cerró el blog, pero quedó inconcluso... si les soy sincera, ni me acuerdo de la dirección web. No quiero que eso pase con este blog... no, les prometo que yo voy a subir más de un capítulo por semana, se los prometo. Esto va a en serio. ¿Sí? Solamente les pido un poco de confianza. Las quiero mucho chicas(:

Iba a subir un capítulo más largo, iba a leer los comentarios y leerlos, pero quise escribir algo en "If You Just Dream", así que comenzaré a escribirlo ahora, y luego lo subiré, ¿sí? En más o menos una hora, o sino mañana. :) 

Las quiero mucho chicas, lo son todo. (: 

Ojalá y les guste el capítulo(:

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Vale

viernes, 13 de enero de 2012

Cap. 80° I Parte: "Confesión"

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—¿Querías besarme? —pregunté y es que no sé de donde saqué fuerzas para preguntarle eso.
—Mmm… sí —respondió él nervioso—, pero estás con Christian.

Esa confesión me dejó helada, simplemente no me dejaba pensar claramente y hacer que vea las cosas como son, sino que las vea de otra manera… una manera realista, la forma en la que realmente era, una manera única, rara. Una manera que me volvía loca y no me dejaba pensar claro, solamente quería que me diera lo mejor de él… solamente quería darle lo mejor de mí, pero estaba con Christian, y sí, todo eso podría acabar con un “terminamos”, lógico, ¿cierto? Pero no, no era tan fácil como sonaba. Aunque la única que podía decir todo esto era yo y nadie más, ni Justin, ni Christian, solamente yo. Y es que a veces deseo con todo mi corazón terminar con Christian para poder ser un poco más feliz, sentirme mejor, pero hay algo dentro mío que por más que lo desee… cuando lo tengo cara a cara se me hace algo tan difícil y complicado que ni si quiera lo puedo pensar. Es una idea que ni si quiera puede pasar por mi cabeza algo raro, algo que en alguna parte de mi cabeza resulta remoto y a la vez estúpido. Lo quiero, pero a la vez no quiero estar con él, ¿me entienden? ¿entienden la ironía de todo esto?

—¿________(tu nombre)? —susurró él.
—¿Sí? —volví a la realidad.
—¿Te molestó lo que dije? —preguntó.
—No… no me molestó —respondí.
—¿Entonces?
—Solamente me dejaste fría —dije lentamente
—Perdón —seguramente se sintió por un poco incómodo y culpable—… fue una idiotez de mi parte… y más aún sabiendo que tú estabas con Christian.

Yo solamente lo miré y me detuve a pensar las cosas mejor por un momento, solamente para saber que tenía que hacer, que tenía que decir, pero en estos momentos es donde uno no sabe que hacer… y no sé si entrar en pánico o sencillamente decir lo que yo siento, lo que yo quiero, lo que deseo cada noche.

—Justin…

Me puse a pensar antes de seguir continuando en lo que iba a decir, y pensar si realmente lo iba a decir, si realmente quería, si realmente tenía ganas de decir todo lo que mi mismo corazón había callado ante mí durante este tiempo.

—Dime —me miró, con esos ojos, esos hermosos ojos.
—No sé.
—¿Cómo que no sabes? —preguntó con una carcajada.
—No sé nada, no sé lo que siento —respondí confundida—, te juro. No sé que hacer, no sé que decir… ni que sentir.
—¿Pero no estás feliz con Christian? —él estaba confundido cuando me miró.

Hasta ese entonces todo el mundo podría pensar que yo era feliz con Christian, porque me veían sonreír con él, a pesar de todas las peleas… peleas que muchas personas pensaban que no existían. Podría ser feliz el segundo que no había ni una pelea, ¿pero después? La pasaba de arrepentimiento en arrepentimiento.

—¿Sabes?... —recordé las palabras que Ryan me había dicho.
—Dímelo.
—Me encanta cuando estoy contigo, me haces sentir genial… es como si me quisieras hacer abrir esas puertas que tanto quiero mantener cerradas a la ilusión… me convencía a mí misma de que te odiaba, pero sin querer fuiste desatando cosas en mí con tu ternura, con tu forma de ser tan linda, tan especial… tan lindo, tus ojos me enamoran como no tienes idea… y bueno no sé si puedo decir “enamorar”, pues es una palabra fuerte, pero puedo decir que me atraen y me gustas tú demasiado con seguridad —le confesé.

Dije todo eso en voz baja, no lo miraba continuamente a los ojos, solamente a veces, de vez en cuando… me dedicaba a mirar el piso como si ahí estuviera mi sustento en todo momento, como si eso haría que la respuesta no sea la que yo quisiera, la que yo esperaba, como si eso me diera fuerza de algo. No sé que me diría él, pero dudo mucho que me dijera “amm… yo no”, y me dejaría con la palabra en la boca y que nada de esto valió la pena lo suficiente.

Levanté la mirada y solamente me fijé a que lugar estaban mirando sus ojos… si realmente me miraban a mí, o no, o solamente era producto de mi imaginación, era algo que yo quería y quería que se convirtiera en realidad, pero bueno, mis pensamientos y la realidad eran las mismas por primera vez, creo.

—_______(tu nombre) —hizo una pausa—… ¿de verdad?

Fin de tu narración.

Narra Justin:

Su confesión me dejó frío, digo, por primera vez, ¿podría estar pasando esto? Me refiero, no puedo creerlo y si te soy sincero me cuesta mucho creerlo… pues a veces uno deseo algo tanto que cuando se convierte en realidad no parece más que una simple mentira, y tampoco sé que hacer ahorita, como reaccionar. Todo parece tan confuso, tan complicado, y es que estoy en un estado de ánimo que es imposible de decir, de explicar.

Solamente le pregunté si era de verdad, solamente quería saber si era verdad… era lo único que quería saber, nada más, lo demás no me importaba.

—Sí —respondió ella sin mirarme a los ojos.
—No —dije—, por favor mírame a los ojos.

Ella seguía mirando al piso, a cualquier lugar menos a mí y no puedo decir que me molestaba, pero me incomodaba un poco. Me incomodaba un poco le hecho de que todo esto pareciera mentira, pero solamente quería que me mirara.

—Sí —me miró a los ojos.

Amaba sus ojos, sus pestañas eran tan largas, tan perfectas, tan bonitas que parecía que se echaba rímel, me podría perder en el color de sus ojos, y puede ser que no sean ni azules ni verdes, pero era un marrón que era precioso, perfecto… juro que jamás había visto unos ojos tan lindos como los de ella, tan perfectos… podría pasarme una tarde entera viendo sus ojos, o simplemente viéndola a ella.

Luego, me di cuenta que todo esto era realidad y no sólo producto de mi imaginación, como tanto pensaba. Pero como ya dije, a veces uno desea tanto algo que cuando menos piensa se convierte realidad. Pero solamente había un problema que arruinaba toda la perfección de ese momento, y era: Christian, nadie más, yo por ella todo doy, daba y daría, pero hay algunas cosas en las que yo no tengo nada que ver y no puedo hacer nada al respecto.

Fin de su narración.

Narras tú:

Solamente había un problema: Christian, seguramente él habría pensado lo mismo.

—Te juro que estoy enamorado de ti —pronunciaron sus labios tan perfectos—, eres la chica más linda que he visto en mi vida.
—¿La más linda? —pregunté después de ponerme a pensar de que él había viajado por varios lugares del mundo.
—La más hermosa, la más perfecta —contestó.



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Capítulo dedicado a Yadira Takis, Valentina Spagnoli.(Me pidieron eso hace tiempo, acá está chicas :D) 
 Chicas, ¿cómo están? (: Espero que bien, las he extrañado como no tienen idea... Ahorita me estoy yendo de viaje otra vez, así que solamente les dejé la primera parte del capítulo 80, ya debería de estar viajando, pero estoy "apagando mi laptop", más tarde contestaré los comentarios(:, chicas, las adoro, son mi todo, las he extrañado como no tienen idea, me hacen falta. ): Apenas llegue me conecto y les subo la parte 2, chicas. Las quiero mucho<3

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