—Deja de decir estupidez y media —le pedí.
—Es cierto. La vida da vueltas y vueltas —¿estaba drogada o qué?
—Estás peor que Ryan después de una resaca, ¡ah! —la molesté—. Estás que hablas idioteces y media.
—Sé que algún día terminarán juntos —dijo mi amiga.
—¡Qué lindo es soñar! —exclamé burlonamente— ¿qué te has fumado?
—No fumo —se excusó ella.
—Bueno, ¡pareciera!
—¿Ah?
—Tanto parar con Paz seguramente ya te ofreció fumar un wiro —me burlé.
—No llegaría a esos extremos —sonrió ella, mientras le daba un mordisco hacia lo que había ordenado.
—Ver para creer. ¡Ver para creer! —repetí dos veces.
Fin de tu narración.
(En la casa ___________(tu apellido)/Butler)
(En la habitación de Ryan)
Narra Justin:
Odiaba que me molestaran con ella, ¿saben por qué? Porque del 100% cuando me molestaban, uno 70% lo hacían frente a ella. ¿Lo hacen al propósito, cierto?
—Haznos el favor, ¡y deja de pensar en ella! —exclamó Chaz, mientras seguía mirando el techo.
—No estoy pensando en nadie —dije yo.
—Ahora le cambias el nombre. ¿Cierto? —me molestó Ryan.
—¿Por qué me joden tanto con ella? Yo no los jodo con nadie. ¡Ah!
—¿Con quién nos podrías joder? —preguntó Ryan.
—Bueno, contigo está difícil. Te gustan tantas…. ¡que ya no sé! —sí, algo pendejo— y a Chaz con Caitlin. Definitivamente.
—Tranquilo, no me gusta tu ex —me dijo él— más bien, estoy enamorado de __________(tu nombre). Es perfecta.
—¡Uuuuuuyyyyyy! —exclamó el bullicioso de Ryan— dos amigos, una chica. ¿Quién ganará?
—Está buenaza, bro —me miró Chaz, mientras decía eso—. No te dejaría tan fácil.
—Básicamente tienes 18 años —solamente dije esto para que dejara de decir idioteces.
—¿Y? —preguntó Chaz— ¿importa demasiado?
—Si algún día ustedes dos estuvieran, eso no se llamaría estar en una relación. Se llamaría hacer servicio de niñera —dijo burlonamente Ryan.
—Ja-ja-ja —rió sarcásticamente Chaz.
—Casi tiene 15 —me metí en la conversación.
—¡Mejor aún! —exclamó Chaz.
—Nunca te hará caso —hice que sus pies tocaran tierra.
—Sí lo hará —dijo él con todas las esperanzas del mundo.
—Me hará caso a mí antes —me hice el payaso.
—¡Cállense! —exclamó Ryan en un grito— no le hará caso a ninguno de los dos. Está con Christian.
—¿Y? —preguntamos Chaz y yo. ¿Importa mundo?
—Que el fútbol tenga un portero no significa que no puedas meter un gol —respondí ágilmente.
—Claro, claro. ¿Y a mí me dicen pendejo? —nos miró Ryan a ambos.
—Eh… ¡sí! —contestamos los dos a la vez.
—No sé como los puedo considerar mis amigos —nos hizo saber— tampoco sé como los puedo dejar entrar a mi casa si es que me maltratan psicológicamente.
—Simplemente, tu vida no sería nada sin nosotros —se burló Chaz.
—No, mi vida no sería nada sin chicas y alcohol —sonrió él.
—¡Mf! Ryan Butler —me quejé.
—¿Qué? —preguntó de lo más inocente riendo.
Fin de su narración.
(En la casa Beadles)
Narra Christian:
Estaba en el jardín de mi casa, a punto de entrar.
Seguramente, en una hora o menos, Caitlin se estaría yendo a la casa de ____________(tu nombre), yo iría junto a ella, pero no por __________(tu nombre) sino porque así ya quedé con Ryan y ellos. Bueno, no es que no la quiero ver. Simplemente, que como le dije a Paz, estoy en un momento de indecisión tremenda.
Quiero demasiado a ___________(tu nombre) como para lastimarla, vamos más o menos algo más de 1 mes, o algo así. Ella no se lo toma enserio, yo tampoco. Pero el problema es que ella me ha dado toda su confianza en la situación. Todo lo que me ha dicho, no sé. No quiero traicionarla ni nada. Ella se podría sentir así y no quiero que eso ocurra. Simplemente siento que ya no hay nada entre los dos.
Entré a mi casa. Ahí estaba Caitlin colgando el teléfono, probablemente habría estado hablando con una de sus amigas.
—¿En dónde estabas? —me preguntó mi hermana.
—Ah, salí por ahí —respondí.
—¿Con quién? —¿acaso esto era un interrogatorio?
—¿Importa mucho?
—Exacto.
—Con Paz —contesté.
—¿QUÉ? —preguntó casi gritando.
—¿Tiene algo de malo? —no, no lo tiene.
—Pero… oye, ¿tú no estás con ___________(tu nombre)? —era de suponerse que me iba a preguntar eso.
—Se supone. ¿Por?
—¿Cómo que se supone? —me miró— ¿qué pasó?
—Bueno, aparte de que nos peleamos. Quiero terminar con ella —sí, no quería dar muchas explicaciones de lo que estaba pasando con ella.
—¿QUÉ? —ella no lo podía creer— ¿Por qué?
—La quiero demasiado como para hacerla sufrir —contesté— es mejor, sería mejor para los dos.
Sí, sé que ella me dio una oportunidad. Me dio esa oportunidad de darme su amor para que no la traicionara, pero simplemente, siento que mejor estaríamos como mejores amigos, como antes. Ahora simplemente, las cosas no andaban bien.
Fin de su narración.
(En la casa _____________(tu apellido)/Butler)
Narras tú:
Verónica y yo, habíamos terminado de comer y habíamos vuelto caminando hacia mi casa.
Caitlin, también, me había llamado y me había preguntado a qué hora iría. Yo le dije que viniera en 30 minutos o una hora, como ella quisiera. Mientras más rápido viniera, sería mejor.
Entré, y vi que en la sala todo estaba hecho un desorden, se estaban agarrando a golpes Chaz y Justin. Ryan solamente trataba de separarlos.
—¿Qué pasa? —le pregunté a Ryan al entrar.
—¡¿No es obvio?! —respondió Ryan.
—Sí. Pero, ¿por qué se pelean? —eso era lo que yo quería saber.
—¡POR TI! —exclamó él.
¿Qué? No pude evitar sonrojarme. ¿Por mí? ¿Qué les ocurre? Aparte, que yo sepa a Chaz le gusta Caitlin. A Justin dicen que yo le gusto.
—¿Qué te pasa? —le dediqué una mirada.
—Te lo juro.
No sabía qué hacer, bueno, tampoco tenía por qué hacer algo.
Ryan hacía de todo para separarlos, pero recibía golpes a cambio y patadas. No sé que hizo, pero logró darle una patada en la canilla a Justin lo suficientemente fuerte, como para que dejara de pegarle a Chaz, pero este aprovechó la oportunidad para darle un golpe en la cara. Yo solamente veía horrorizada. ¡Parecía una pelea de callejón! Y eso que a mí no me causa mucha impresión las peleas, pero, ¿esto? Por favor.
—¡DEJEN DE PELEARSE! —grité, por fin.
No sé porque lo hacía, tal vez simplemente me molestaba la idea de que luego policías entren a mi casa por un homicidio entre estos dos, preguntando todo lo que está pasando ahora, haciendo un interrogatorio. Sí sé, estoy exagerando, pero con la brutalidad de sus golpes, es lo primero que se me viene a la cabeza.
Ellos no escucharon lo que había dicho, o si es que lo hicieron, simplemente les llegó a lo más alto de su ser y no lo hicieron.
Ryan ya no podía hacer nada al respecto, por más golpes que les había dado para que se separaran ellos no reaccionaba ni se dejaban en Paz. Decidí meterme.
Sí sé, son hombres. Dicen que son “más fuertes” que las mujeres, aunque yo digo que no, eso dicen. Me pueden tirar un golpe, y arriesgo mucho.
—Tú agarras a Chaz, y yo a Justin. ¿Está bien? —miré a Ryan, mientras me disponía a ayudarlo.
—¡Te van a pegar! —exclamó él.
—¿Y? —pregunté— yo luego no quiero que alguien muera acá.
—¡Exageras!
Solamente agarré, y les tiré una patada a cada uno justo en el tobillo. Ambos se soltaron, se estaba retorciendo de dolor. No los golpeé muy fuerte, pero fue lo suficiente como para que se dejaran tranquilos.
—Ya, no jodan ni se peleen —los miré— ¿está bien?
—Él comenzó —dijo Chaz.
—¿Yo? ¿QUÉ TE PASA? —exclamó indignado Justin— todo comenzó cuando tú dijiste “no, es mía”. Y todo eso.
—¿Por quién se peleaban? —pregunté.
—¡POR TI! —respondieron los dos a la misma vez. Otra vez, lo que había dicho Ryan era cierto. No había mentido.
Después de haber dicho eso, y haberlos mirado yo muy bien, se sonrojaron ambos, yo solamente los miré, estaba esperando que fuera el momento oportuno para decir algo.
—¡AJ! —exclamé— ¿saben? YO NO SOY UNA COSA. Ni soy tuya —miré a Chaz— ni tuya —miré a Justin— si quieren alguien para jugar y entretenerse un rato, ahí tienen a Paz. O cualquier de las putas de Ryan. ¿ESTÁ BIEN?
Dicho eso, me di media vuelta hacia mi habitación sin mirarlos un segundo más. Puta, ¿qué me querían decir? ¿ESO? Que solamente se peleaban por mí como si fuera una cosa, un premio, ¿algo así? ¿Por qué lo dijo? Porque Justin me dijo que habían dicho “no, es mía”. Disculpen, pero, ¿soy una cosa?
(En la habitación de ____________(tu nombre))
Verónica me siguió, claro, ¿qué tendría que hacer allá abajo? Nada.
—No te pongas así. ¿Qué más quieres que dos chicos que están buenísimos se pelean por ti, ah? —no sé si intentó subirme los ánimos, pero no lo hacía bien.
—Mira, podrán ser los más buenazos del planeta —la miré— pero yo no soy una cosa como para que se peleen por de quién soy. No soy una cosa, no le pertenezco a nadie.
—Pero ¡ay! —exclamó ella molesta— ¿tú no entiendes?
—¿Sabes? Yo no soy como las demás chicas —proseguí— yo no me muero si es que le gusto a alguien, yo no me muero si se pelean por mí, más bien me enojo, yo no estoy pendiente en varias cosas. Básicamente, dejo que las cosas pasen porque sí, no porque yo quiera.
—¿Por qué eres tan así? —preguntó ella— parece que fueras de piedra, que no tuvieras sentimientos.
—Eso es lo que tú y todo el mundo ve —le dije— pero lo que nadie se detiene a darse cuenta. Oye, creo que yo tengo más sentimientos encontrados que cualquier persona en el mundo, simplemente que quiero quedarme callada, que no quiero decirlo.
—¿Por qué?
—Porque no. Yo no busco la pena ni la lástima de nadie —respondí.
—No seas así. Tal vez un día te quedes sola.
—Sí, ¿más sola?
—Gracias, se nota que me quieres —fue un tono de voz ofendido.
—Bueno, solamente te tengo a ti.
—¿Y para qué más? Con eso te basta y te sobra —me sonrió.
—¡Qué orgullo! —le regalé una sonrisa— o sea, que me quisiste decir que algún día te aburrirás de mí y dejarás de ser mi amiga. ¿Cierto?
—No —rió ella mientras me daba su respuesta.
Me gustaban esos momentos junto a ella. ¿Se dan cuenta? Hace unos minutos estaba que la me “pudría” de furia, como digo yo, estaba muerta de enojo, y hace un rato quería mandar todo a la mierda. ¿Y ahora? Ptm, ahora estoy sonriendo. Eso es lo que ella hace siempre. No sé como lo hace, pero me hace apreciarla. Ni la propia mujer que me trato a la vida (por no decirle mamá, no pienso hacerlo nunca más) lo puede hacer. Es única. Y es mi mejor amiga.
Nos pasamos un rato más hablando de idiotez y media, hasta que Caitlin llegó a mi casa.
Bajé hacia la sala para abrir la puerta, Verónica se quedó en mi habitación.
(En la sala)
Ryan y Chaz estaba jugando Xbox, parecían bebés, pero bueno. Justin solamente los miraba y estaba que decía un montón de cosas para que uno de los dos perdiera y él pudiera jugar.
Yo solamente los evité con la mirada y me acerqué hacia la puerta, para abrirla. Eso era para lo que había bajado.
Abrí la puerta, y miré a Caitlin, y atrás a Christian.
“¡AJ!”, fue lo primero que se me vino a la cabeza, “lo que quería”. Era cierto, no lo quería ver.
—Hola Cait —la saludé con una sonrisa, tratando de evitar a su hermano.
—Hola __________(tu nombre) —me saludó ella también. Me dio un beso en la mejilla.
Miré a Christian, él a mí. Nuestras miradas se cruzaron por algo de 5 segundos.
—¿Vamos? —le pregunté a ella.
—Ya, vamos —nos observó a ambos, extrañada.
Caitlin avanzó adelante mío, y Christian se acercó en ese momento para saludarme, pero yo lo esquivé.
—Amm, si quieres pasas —ni si quiera le dije “pasa”, le di a elegir. Quería decirle algo más, pero decidí no hacerlo. No quería perder más mi tiempo, seguramente –conociéndome- haría un show. Por eso preferí quedarme callada.
—¿Qué te pasa? —me preguntó algo extrañado, ¿molesto? Tal vez.
—No sé. Tú dirás —respondí, y le dediqué una mirada más. “Una mirada vale más que mil palabras”, dicen. ¿No? Probablemente este era el caso.
—¡Habla claro!
Decidí no dirigirle más la palabra. Fue difícil, ya que yo soy de esas personas que actúan por instinto, nada más. Primero actúo, luego pienso. Ese es mi problema, y sé que debería de ser al contrario, pero simplemente pasa así.
(En la habitación de __________(tu nombre))
Caitlin entró, y saludó a Verónica, ella hizo lo mismo.
—Oye, ¿por qué se pusieron así? —me preguntó Caitlin— ¿ha pasado algo?
—Aj, que se joda —contesté.
—¿Qué pasó?
—Primero, me contesta mal. Aunque yo le haya hablado mal, él jamás hace eso. El otro día nos peleamos. Hoy día lo veo con la puta de Paz en un café. ¡Mierda! Si es que quiera terminar, que lo haga. Mejor para mí —le dije.
—¿Quieres terminar con él? —me preguntaron las dos a la vez.
—No sé, me da igual. Todo está yendo de pelea en pelea —les comenté— no hay ningún sólo día que no haya una pelea. ¡AJ! Me harta eso. Simplemente, lo hace.
—Asu —dijeron las dos.
—Ni si quiera me dijo “hola”, solamente me miró. Yo le tuve que hablar —bueno, precisamente tampoco lo saludé yo, pero algo fue lo que hice— ya fue.
—Mmm… Oye, cambiando de tema —Caitlin sabía que no estaba my cómoda al respecto— hoy día hay una fiesta. Tengo pases, ¿quieren ir?
—¿Fiesta? —cuestioné— no tengo ganas.
—¡Vamos! —exclamó ella— vayan, por favor. Va a estar buenísima.
—¿Quiénes van a ir? —pregunté, era lo más importante.
—Casi todos. ¡Van a ir de un montón de colegios! —dijo ella— vamos, tengo entradas. Aparte, ahí van a ir un montón de personas. ¿Quieren?
—¡AY! No sé —dije yo. Verónica decía.
—¿Y tú? —le preguntó Caitlin a Verónica, amigablemente.
—Si es que __________(tu nombre) va, bueno, yo también.
—¿Por qué si es que yo voy? —pregunté.
—No sé —sonrió.
—Ya, está bien —acepté— ¿a qué hora es?
—Empieza a las 9:00, pero todos van a las 10 —me comentó.
—Está bien, entonces vamos —necesitaba un poco de distracción. No quería quedarme pensando en todo lo que pasaría o no pasaría. Hace tiempo que no me divertía. ¡Quería volver a hacerlo! Y más ahora que me siento así.
—¡Perfecto! —exclamó ella.
—Pero, no tengo con que ir —dije yo.
—Yo menos —Verónica habló, ya era momento.
—Sí tienes —me dijo Caitlin— te pones un vestido o algo así y ya está. Y tú, Vero, que ________(tu nombre) te preste algo.
—¿Vestido? —cuestioné yo.
—Sí.
—No me pongo esas cosas. No me gustan —protesté.
—¿Por qué? —me preguntó.
—No sé, simplemente no me gustas. Y no, no soy machona ni nada, simplemente que no —también, ella podría pensar que soy media machona, y ¡aj! No. No lo soy. Soy femenina, claro, no al 100%, pero pf, ¡¿machona?!
—Déjame arreglarte y quedarás perfecta, confía en mí —me prometió Caitlin.
—¿Qué me vas a hacer? —le pregunté.
—Tú solamente confía —miró a mi amiga— y tú, Vero, me vas a ayudar. ¿Quieres?
—Está bien —le sonrió ella.
—¡No me vayan a malograr la cara! —exclamé yo.
—No, tranquila —rió Caitlin— solamente dime donde busco toda tu ropa.
—Está en mi closet —le dije— busquen lo quieran.
—Está bien —respondió Caitlin.
Ya serían las 5 de la tarde.
—Me voy a ir bañando —les avisé— necesito refrescarme un rato.
—Ok, tómate tu tiempo —me dijeron ambas a la vez.
Seguramente de acá saldrán hechas amigas. Verónica no le habla mucho a Caitlin, pero Caitlin trata de hablarle a ella para no dejarla sola sin hablar ni nada.
Fin de su narración.
(En la habitación de Ryan)
Narra Christian:
Ella me vio, no me dijo nada. Yo no le quería decir nada tampoco, pero bueno. ¿Qué es lo que podía decirle? Nada, simplemente las palabras no iban a salir de mi boca bien, ni si quiera para un sencillo “hola”, ni para eso.
—¿Van a terminar? —preguntó Ryan.
—No lo sé —respondí— supongo que a tu amigo no le haría nada más feliz.
Vi como Justin se quería morir de vergüenza, él se había dado cuenta cuando lo miré al decir “tu amigo”, bueno, mejor así. Pero no le quiero quedar el camino tan fácil. ¡Por favor!
—¡Aaaaaaaaaaaaay! —exclamó Ryan— ¿Por qué se pelean por ___________(tu nombre)? ¡DÉJENLA TRANQUILA!
—¿Quién se está peleando? —cuestioné yo.
—Chaz, Justin y tú —me dijo— ¡déjenla vivir su vida en paz! Y hagan lo mismo por las suyas.
—¿A ti qué te pasa? —preguntó Chaz.
—¡Estoy harto de que cada dos segundos mencionen su nombre! —nos miró— me llegan a estresar.
—¡Tápate las orejas! —dijimos todos a la vez.
—No puedo, lastimosamente.
—Pero, no entiendo. ¿Por qué tienen que hablar de ella? Si es que ella está conmigo —no sé si era lo suficiente obvio, pero no lo decía por Chaz, solamente lo decía por Justin. Nada más.
—Por ahora, nada más —me desafió Chaz.
—Por ahora y por siempre.
Fin de su narración.
(En la habitación de __________(tu nombre))
Horas después…
Narras tú:
Ya eran aproximadamente las 9:30 de la noche. Verónica ahora estaba terminando de cambiarse, Caitlin ya estaba cambiada. Había ido un ratito a su casa a alistarse. Ahora ella estaba terminando de arreglarme el cabello, me lo había laceado… sí. ¡No sé cómo me dejé convencer! Realmente no sé cómo. Yo solamente me laceaba el cabello una vez a las quinientas, nada más.
—¡Estás perfecta! —exclamó Caitlin, mientras me echaba sombra a los ojos.
—Eso espero —suspiré— no me eches tanto de esa cosa.
—Pero abre los ojos —se forzaba por hacerlo bien.
—Pero es que no quiero me pongas eso —me volví a quejar.
—Tienes casi 15 años, ya no tienes 10 años —me dijo— puedes usar maquillaje.
—Pero no quiero, no me gusta. ¡Aj!
—Mira, si quedas fea te despinto toda —me miró— pero ahora, por favor, haz tu mayor esfuerzo para que quedes bien.
—No sé cómo me dejé convencer —esa era otra forma de aceptar todo sin quejarme más.
—Solamente lo hiciste —sonrió ella.
A las 10 de la noche irían todos, dijo Caitlin. ¿Cierto? Bueno, sí, había ido a muchas fiestas en ___________(tu país), ni que fuera una antisocial. Iba a muchas con mis amigas, pero ahora que vine acá a Atlanta, no hablo con casi nadie. Digo, soy algo antisocial. Más bien, si no fuera por Ryan y Paz casi ni tendría amigos. Solamente tendría de amiga a Verónica y uno que otro. No tengo tanto de que quejarme de ellos, solamente el 99%, después, no son tan malos. Bueno, Paz sí, Ryan está progresando.
Ryan seguramente se iba a emborrachar a más no poder, Chaz también, Justin puede ser, ¿Christian? Me llega a lo más alto de mi ser. Lo odio, todo lo que está haciendo. ¿Qué? ¿Qué intenta decirme? ¿Insinúa algo? Que me lo diga a la cara, ¿no? Que no busque pretextos, que sea claro conmigo.
Minutos después…
Abría pasado ya más o menos 45 minutos más, Verónica ya estaba lista, Caitlin estaba también lista, y ya me había terminado de arreglar. No me había visto al espejo aún, ya que me estaba terminando de arreglar el cabello, sí sé que me contradigo, ya que dije “ya me había terminado de arreglar”, pero bueno, es lo que Cait dice.
—¡Listo! —se alejó de mí, para que yo me pudiera levantar de la silla giratoria en la cual me había mantenido sentada como por dos horas.
—¡AL FIN! —exclamé.
—Mírate al espejo, ¿no? —me dijo Caitlin— no me he demorado todo este tiempo para que ni te mires.
—Ya —reí.
—¡Woow! ¡Qué linda! —me halagó Verónica, quien había entrado recién a mi habitación. Todo el rato había estado cambiándose en mi walk in closet, o arreglándose en mi baño.
—¿Ah sí? —me acerqué hacia el espejo grande que tenía en mi habitación.
Me acerqué al espejo que tenía, era grande, y me podía ver de los pies a un poco más arriba de la cabeza, pero bueno, ustedes saben a lo que me refiero. No parecía yo. No era de esas personas que se arreglaban extremamente, claro, me gustaba estar presentable y arreglarme un poco, pero jamás como ahora. No era yo. Simplemente, no lo era. Por favor, no sé. ¿Me veía linda? Bueno, siempre me había visto de esa manera, pero no sé, esta fue otra forma. Una forma única, como ninguna antes. No podía creer que era yo. Sé que muchas personas tampoco lo creerían. Todo estaba perfecto. Me gustaba como me quedaba el cabello lacio, no me había maquillado demasiado, me había puesto un maquillaje casi natural.
—No te maquille demasiado. Sé que no te gusta —comentó Caitlin— traté de ponerte lo más natural posible.
—Gracias —sonreí, y me di media vuelta para abrazar a Verónica y a Caitlin— ¿saben? Ustedes sí que saben cómo sacarme una sonrisa.
Yo no era de esas personas que le gustaba expresar su cariño cada dos segundos, más bien, antes sí. Pero ahora MUY DE VEZ EN CUANDO. Y cuando digo eso, me refiero una vez cada 1000000 años. Claro, exagerando, pero saben a lo que me refiero.
Sé que ahora se estarán preguntado “¿por qué dices gracias?”. ¿Quieren saberlo? Pues. ¿Saben? Hace unas cuantas horas estaba que lloraba por dentro, estaba que me sentía prepotente, me sentía terriblemente mal. Ayer fue el peor día de mi vida, y ahora es una realidad con la cual debo de cargar, por más que lo odie es mi realidad. Y ¿ellas que tiene que ver? Pues, ellas me han hecho sonreír. ¿Saben? Ahora se supondría que debería de estar llorando y lamentándome, pero no, me han sacado una sonrisa. Eso es lo que valoro, cosas que no valoro normalmente, ahora lo hago.
Ellas no dijeron nada, solamente me sonrieron, no las vi, pero pude sentir su sonrisa.
—Así me gusta verte —me dijo Verónica— sonriendo. Solamente así.
—Mf, ¡pava! —solté una carcajada.
—Sí —rió Caitlin conmigo— ¿vamos?
—Está bien —respondimos mi amiga y yo.
—Pero, ¿cómo vamos a ir? —pregunté— digo, ¿en qué carro?... ¿cómo?
—Yo las llevo —nos respondió Caitlin— en mi carro.
—Pero no has venido en tu carro —le recordé yo.
—¡Aj! —exclamó ella— cierto. Pero bueno, vamos a mi casa caminando y ya está.
—¿CAMINAR? —cuestionó la floja de Vero.
—O si quieren, mejor le digo a Ryan que nos lleve —sugerí.
—Ya, como quieran —sonrió la castaña de ojos verdes.
—Espérenme un ratito acá —les pedí— ya vengo, iré a pedirle que nos lleve.
Me fui hacia la habitación de Ryan. Él estaba ahí, ya que escuchaba que estaba viendo televisión, y estaba haciendo ruido con Chaz, Christian y Justin. Ellos se habían ido a cambiar para la fiesta hace como una hora, y habían vuelto hace como 15 minutos, de nuevo a mi casa.
(En la habitación de Ryan)
Estaba con la puerta entreabierta, pero yo no quería entrar porque estarían todos ellos y con lo que había pasado ahora, no tenía ganas de nada hoy día.
—¡RYAN! —grité para que él saliera.
—Entra —me dijo él.
—No, sal tú.
—¡Entra! —dijo en un tono de voz más fuerte.
—Es algo urgente —sabía que si decía eso, tal vez podría salir.
—Ya, espérate.
A los pocos segundos, él ya había salido, se me quedó mirando.
—¿Qué le hiciste a _________(tu nombre)? —preguntó él sorprendido, viéndome de pies a cabeza.
—No me mires así —le pedí.
—¿Qué pasa? —siguió mirándome de la misma manera.
—¿Nos puedes llevar a Caitlin, Verónica y a mí a una fiesta? —le pregunté.
—¿Cuál fiesta?
—No sé. Caitlin nos dijo para ir a una fiesta. Dice que tú también irás —contesté.
—Ya, vamos yendo. Yo les digo a los chicos para que vayan saliendo.
Vi que los demás chicos, estaban saliendo por la puerta, todos me miraban.
—…
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