—Tienes razón, perdón de todas maneras —me sentía muy
arrepentida.
—No te preocupes, de alguna manera se puede recuperar todo
el tiempo perdido.
Aunque no estaba segura al 100% de lo que esas palabras
podían significar, pues tenían varios sentidos al momento de interpretarlas.
Sentía que este día había sido de esos que se pasan
rápidamente, pero los sientes lentos. Contradictorio, ¿verdad? Pero lo sentía
así y no sé porque extraña razón tenía un dolor en el pecho, como si se fuera
acercar un nudo en la garganta, me dificultaba pasar la saliva, me sentía rara.
Me sentía rara, tal vez era temor. Sí, temor.
Estuvimos platicando un rato más, pero decidí preguntar
algo.
—¿Qué opinas de Paz? —le pregunté.
—¿Yo? —cuestionó.
—No, la pared —respondí con sarcasmo.
Él se volteó y miró la pared que tenía atrás suyo; luego
volvió a mí mirándome dubitativo y confundido.
—¿Qué tiene esa pared? —preguntó.
—¡Eres un tonto! —exclamé riendo.
—Pero no entendí —dijo el poniendo una cara de tristeza y
confusión.
—¿Qué opinas sobre Paz, la hermana de Ryan?
—Ah —dijo él, entendiendo todo de una vez—, es una chica
normal, solamente que está confundida.
—¿Confundida?
—Claro que sí —dijo—, yo la conocía antes, no era así o tal
vez era sencillamente yo quién no me había percatado de su forma de ser, pero
bueno ya lo hice… y con lo que te ha hecho, ya no me parece tan buena como
antes, o sea mi forma de pensar sobre ella ha cambiado mucho, pero a pesar de
todo eso, tiene un buen corazón y es una muy buena chica con muy buenos
sentimientos.
Realmente no lo entendía a él, ¿de quién creía que estaba
hablando? ¿¡De la Madre Teresa de Calculta!? ¡No! Estaba hablando sobre Paz Butler,
esa chica que es una zorra y solamente quiere el mal para la humanidad… y sí,
tal vez esté exagerando, pero así soy yo y al menos, para mí, solamente quiere
el mal. No quiere nada bueno, me odia, tanto como yo a ella, aunque tal vez
ella más.
Tal vez ese odio se manifestó en lo que vi hoy o tal vez
solamente fue Christian y yo soy la confundida acá. Realmente prefiero no juzgar a nadie sin
saber la realidad de los hechos.
—¿Tú crees? —pregunté con el más grande sarcasmo del mundo.
—Claro que sí, es una chica muy linda.
—Físicamente debe ser —afirmé.
—Por dentro también.
—¡O sea que admites que es bonita! —dije en un tono como
quién dice “¡ajá! ¡lo sabía!”.
—¡Ay! —se comenzó a matar de risa—, yo la veo como una
hermanita menor, como nada más. Es una pequeña para mí.
—Aunque no creo tanto eso, pero bueno…
—¡De verdad! —exclamó él—, es como mi hermanita menor, pero
bueno, para eso tengo a Jazzy —dijo sonriente.
—¡Ow! ¿Tienes una hermanita?
—Sí —sonrió.
—Yo siempre quise tener una hermana —dije en un suspiro—,
pero no.
—¡Tendrás un hermanito! —exclamó animadamente.
—¿Un hermanito? —dije con desprecio—, él es todo menos eso.
—No digas esas cosas sobre un ser inocente que no tiene la
culpa de nada.
—¿Quién sabe? —dije— solamente que estoy diciendo la verdad.
—Ya bueno, creo que te incomoda un poco este tema.
—¡Woow! —exclamé—, no lo había notado.
—¡Ya! ¡Déjate de sarcasmo!
—Está bien —dije.
Me llegaba que Justin tenga que expresarse de esa manera, me
jodía demasiado. Yo no quería hablar nada relacionado con ese bebé, de verdad
no quería saber nada al respecto.
Luego de comer, salimos, y caminamos por ahí, de reojo
mirábamos algunas tiendas, pero nada comprometedor claro, no esperaba comprar
nada enfrente de él y tampoco esperaba que él me comprara algo. Hablábamos de
diversos temas, hasta que él se detuvo.
—¿Qué pasa? —preguntó.
—Ven, entra.
Le hice caso y lo seguí, él me tenía agarrada de la mano,
estábamos entrando a una tienda grande, era una joyería gigante, era preciosa.
Me hacía acordar a aquella joyería, aquel día… muchos recuerdos vinieron a mi
cabeza, pero traté de aparentar que no pasaba nada, como siempre. Fui falsa una
vez más, eso ya era común en mí.
—Dime, ¿qué pasa? —pregunté sin entender el motivo de la
entrada a la joyería.
Tenía sospechas, era obvio que me iba a regalar una joya,
pero no pensaba aceptarla, pues es algo muy caro y valioso como que para él me
la regalara a mí. No éramos nada más que amigos, y aparte no iba a permitir que gastara de una
forma tan tonta su dinero… solamente se trataba de una chica, nada más. No era
nadie importante, era una del montón para él seguramente.
—Tú sólo sígueme bonita —dijo sonriendo, mientras seguía
sujetando mi mano.
Le hice caso; lo seguí por donde estaba yendo sin ofrecer
resistencia, no tenía ni la más mínima idea a donde me llevaría en toda la
tienda, pues era grande y él seguía caminando y caminando y pareciese que nunca
iba a detenerse.
—¿Ya? —pregunté para ve cuanto tiempo más debía de caminar.
Él se detuvo un instante y se paró atrás mío, no sé que
querría hacer, yo solamente esperé a ver su reacción.
—Preciosita, ¿te puedo tocar? —me preguntó—, te pregunto
porque no me gustaría incomodarte.
—No te preocupes —me ruboricé desde que me dijo
“preciosita”, sencillamente parecía un tomate, haciendo referencia a lo roja
que estaba.
Él puso las dos manos en mis ojos.
—Solamente sígueme, confía en mí, nada malo te va a pasar —susurró
cerca de mi oreja.
Me ruboricé nuevamente y más que antes, muchísimo más. Me
sentí nerviosa y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.
Fin de la narración.
Narra Justin:
Le tenía una sorpresa preparada, pero tenía miedo a que no
le gustara. Realmente estaba demasiado nervioso, pero trataba de aparentar que
no era así, para que ella no estuviera más ruborizada o avergonzada, tal vez.
Pero me sentía bien, estando ahorita con ella, tenerla con incertidumbre… su
cara dudosa y nerviosa me hacía sentir ternura, la veía como una pequeña niña…
y bueno, tal vez ella eso era un poco para mí. Yo ya iba a tener 18 años, ella
a las justas 15, pero bueno, esa edad no terminaba siendo ningún impedimento
para mí.
La guíe, hasta que llegamos a ese lugar. Solamente quería
ver su cara cuando abriera los ojos y viera lo que esperaba.
—Bueno, quería mostrarte algo, pensé que te gustaría verlo
tu misma, antes de que te fueras…
Yo estaba sonriendo, mientras poco a poco quitaba mis manos
de los ojos.
Fin de su narración.
Narras tú:
No estaba segura de lo que fuera a ver, pero estaba muy nerviosa,
sentía cosas en el estómago, pero sabía que viniendo de él sería algo bonito,
pero no sé si estuviera dispuesta a aceptarlo, porque a mí no me gustaría ser
una carga para él, aunque un detalle de su parte, sería demasiado bonito.
Abrí los ojos, y me encontraba en una habitación completamente
blanca con luz clara, pero era relativamente pequeña, y al costado izquierdo
estaba una puerta… al centro de la habitación había una elevación cuadrada por
así decirlo, como en las joyerías normalmente… y encima había una cajita de
cristal, … y realmente me pareció hermoso lo que vi.
Imagen de
referencia.
(Imaginen que en vez de “Forever” dice _______(tu nombre))
Vi aquel hermoso collar y de verdad me dieron ganas de
llorar. Los ojos se me iban humedeciendo poco a poco de la emoción… ningún otro
chico había echo por mí… y eso que Justin y yo no éramos nada. Fue algo muy
lindo de él… hay detalles que las demás hacen por uno que embellecen la vida y
hacen que destaquen sobre las demás personas. Y en ese sentido, no olvidaría a
Justin, porque sería el primer chico que tuvo un detalle tan hermoso conmigo.
Abrí la cajita y agarré el collar. Observándolo.
—¿Te gusta? —me preguntó con una sonrisa, mientras se
posicionaba a mi costado.
—¿Si me gusta? —lo miré sonriendo y emocionada— ¡es precioso
Justin! ¡Me encanta!
—¿De verdad? —sonrió más—, pensé que no te gustaría.
—¿Eres tonto? —lo miré—, ¿cómo no me va a gustar? ¡Es
precioso!
—Me alegra demasiado que te haya gustado —sonrió—, ¿quieres
que te lo ponga?
—Pero Justin… —mi tono de voz cambió.
—¿Pero…? —preguntó, al ver que la pausa que hice fue
demasiado larga.
—Pero no lo puedo aceptar, lo siento —dije.
También tenía que ser más realista, en el sentido de que es
algo muy costoso y no podía aceptarlo de su parte. Me encantó ese detalle, pero
sería ser un poco descarada y no me parece correcto de todas maneras.
—Entonces verdaderamente no te gustó, ¿verdad? —lo noté un
poco triste y su sonrisa estaba desvaneciendo poco a poco.
—¿Cómo dices eso, sonso? —lo miré—… no es eso.
—¿Entonces?
—Justin, de verdad… este collar no es de fantasía,
seguramente ha sido muy costoso.
Por lo que veía, era de oro blanco, era bonito, era hermoso,
me encantaba totalmente, pero sencillamente no podía aceptarlo, ¡seguramente le
había costado una fortuna!
—¿Vas a rechazar mi regalo? —preguntó.
—No es eso —le dije—, simplemente que no me parece que
gastes tanto.
—Acéptalo, ¿sí? —me miró con una cara tierna.
—Justin… —lo miré enternecida sonriendo—, no hagas eso…
—¿Hacer qué bonita? —me seguía mirando tiernamente.
—¿Cómo te voy a decir que no si me miras así? —cuestioné
sonriendo.
—Está bien —al final, acepté—, pero solamente porque me
miras así.
—¡Yeei! —exclamó sonriendo—, ¿te lo pongo?
—Está bien —comencé a reír.
Él agarró el collar de mis manos, lo desabrochó… yo recogí
mi cabello, y me puso el collar.
—¿Te gusta preciosa? —sonrió.
—Me encanta —sonreí también.
Yo me di la vuelta para mirarlo, pues yo le estaba dando la
espalda. Y quedamos relativamente cerca y más aún cuando me tropecé y
relativamente caí en sus brazos.
—________(tu nombre) —susurró, mientras me miraba fijamente.
Yo solamente lo observaba y me fijaba nuevamente en sus
hermosos ojos color caramelo. Me encantaban, eran hermosos. Me sentía demasiado
bien observándolo. Sentía su aliento… su fresco aliento. Me sentía cómoda
estando cerca de él, solamente me fijaba en sus perfectos labios a medida de
que el tiempo avanzaba. Los escasos centímetros que nos mantenían separados, se
fueron reduciendo hasta convertirse en milímetros.
Realmente me sentía nerviosa estando tan cerca de él, pero a
la vez me encantaba, no estaba segura de que hacer en ese momento. Realmente
quería sentir sus labios junto con los míos. Pero no lo sé…
—Just…
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Hola chicas, ¿cómo están? Disculpen por la demora, la anterior semana realmente tuve demasiados problemas como para poder escribir, me sentía fatal. Me sentía demasiado mal, no tenía ganas de nada. Mi intención al decirles esto no es que sientan penan ni nada, solamente les explico la razón. ¿Sí? Disculpenme chicas, ¿sí? Desde el próximo capítulo voy a comenzar a leer los comentarios y contestarlos (incluidos los comentarios del capítulo anterior), ahora no puedo porque mi mamá me está obligando a apagar la computadora. Sorry chicas ):
Las quiero mucho :)
♥ Vale ♥