—Porque es
verdad, sé que “nunca” es una palabra muy fuerte —le dije—, pero sé que lo
podré cumplir.
—Por favor
no me prometas cosas que sabes que no vas a cumplir.
—¿Cómo estás
tan segura que no lo voy a cumplir? —preguntó.
—Porque yo
conozco a las personas y sus promesas.
—¿Por qué
estás tan segura de conocerme?
Cualquiera
que escuchara nuestra conversación pensaría que estamos discutiendo solamente
para ver quién llega sacar de quicio al otro.
—No digo que
te conozco —respondió ________(tu nombre) —, de hecho hay muchas cosas que no
sé sobre ti. Pero sí sé que ese tipo de “promesas” —utilizó una entonación
especial cuando dijo “promesas” —, son falsas, por más que quieras cumplirlas
jamás lo lograrás.
—¿Jamás?
—Es verdad,
dame la razón por esta vez. ¿Quieres?
—Todo es
posible cuando te lo propones —le dije.
—Nadie dijo
que no.
Fin de su
narración.
Narras tú:
Sé que tal
vez estaba siendo un poco espesa y molestosa con él en mi manera de
responderle, pues no era la correcta. O tal vez mi forma de responder no era la
correcta.
—¡Tú lo
dijiste! —exclamó Justin.
—Simplemente
dije que esa promesa era prácticamente imposible de cumplir —recalqué.
—Está bien.
Los dos
estuvimos hablando un rato más de distintos temas, solamente que ahora sin
pelear. Conversábamos y me hacía reír, me sentía bien, me hacía sonreír. Él
hacía que me quisiera quedar más tiempo acá en Atlanta antes de irme, pero por
momentos recapacitaba que lo que quería hacer, venía desde hace tiempo esa
necesidad de convertirlo en realidad.
Terminamos
de comer y salimos a caminar por ahí.
—¿Adónde
quieres ir? —me preguntó él, mientras caminábamos por un hermoso parque que
había cerca de mi casa.
—No lo sé,
tú dime —respondí—, ¿a dónde quieres ir?
—No me
importa el lugar —me dijo—, solamente me importa estar contigo. Eso ya es
suficiente para mí.
—¡Oww! ¡qué
lindo! —exclamé totalmente enternecida por su forma de decirme las cosas.
Él era un
chico muy lindo conmigo, detallista, especial, guapo, era perfecto. Era el
chico perfecto para enamorarse. El chico que muchas chicas desearían tener, y
me pregunto: “¿qué hago con él ahorita mismo acá?”.
Hace unos
meses esa hubiera sido una idea casi imposible, y sencillamente no figuraba en
mi cabeza. Me refiero a, ¿qué diablos hago acá con un famoso? Es estúpido, es
irónico. Supuestamente lo “odiaba” y ahora estaba enamorándome de él lentamente
aunque no quería admitirlo, aunque internamente y tal vez también profundamente
sabía que él me gustaba demasiado, solamente que no quería admitirlo porque mi
manera de ser no era así. Quería seguir engañándome bajo la idea que a mí él no
me importaba para nada. Que su vida me daba igual, que yo no quería nada con
él. Pero realmente, ¿por qué lo decía? Antes solamente lo decía porque estaba
con Christian y no quería que las demás personas estén diciendo que soy una
pendeja. Pero ahora ya no estamos, ¿verdad? ¿Entonces que me podía impedir todo
esto? Nada, solamente el miedo a fallar una vez más.
—Linda eres
tú, preciosa —me dijo él, pero sin sonrisa alguna, pues tampoco era apropiada
una.
—Sonso
—sonreí.
No había
cosa más feliz que este tipo de cosas. Me daba cuenta que Christian era pequeño
e inmaduro comparado a Justin quién ya tiene casi 18 años. Tal vez sea algo
grande para mí, pero ¿importa demasiado? Lo que importa es lo que siento. NO
importa tanto la edad, son números y también madurez. Sí, yo no soy la persona
más madura del planeta, pero tampoco soy una inmadura como Paz ni por el
estilo. Pero al menos sirve de algo.
Él me hacía
feliz, me hacía sonreír. Era completamente perfecto cada segundo el cual pasaba
con él.
—Pero bueno,
¿qué hacemos? —pregunté nuevamente.
—No sé,
¿quieres ir a almorzar?
—Ya, está
bien.
Los dos
volvimos a mi casa para ir en su carro a almorzar. No sé a qué lugar iríamos.
Supongo que él me sorprendería sea el
lugar que sea.
Nos subimos
en su carro a escuchar música. Escuchaba música genial a comparación de lo que
a mí me parecía su estilo musical o bueno, lo que pensaba que era. No era como
la música que él cantaba, era algo parecido, solamente que tenía algo especial
que me encantaba. Música como de “The Script”, “The Fray”, ese tipo de música
que me gustaba y correspondía totalmente a mis gustos.
Él cantaba
en voz baja, mientras yo tarareaba las canciones, me encantaban. Eran perfectas
para mí.
—¿Te puedo
ir a ver? —me preguntó él.
—¿Adónde?
—cuestioné.
—A Londres,
¿puedo?
—Jaaaaaa
—dije sarcásticamente—, ¿vas a ir?
—Sí, quiero
“relajarme” un poco.
—¿Relajarte?
—reí con sarcasmo—, ¿más?
—¡Mi vida no
es relajada para nada! —exclamó él.
—Claro que
lo es. No vas al colegio.
—¿Y?
—supuestamente el próximo año es mi último año, así que no le tomo tanta
importancia. Aunque igual tengo una profesora particular que va de vez en
cuando.
—¡Perdón,
ah! —dije—, yo tengo que ir al colegio, porque todavía me faltan unos años.
—¡Aw! —rió—,
es que tú eres una bebé.
—Sí, tengo
14, ¿qué esperabas?
—Nada, no
espero nada más que tú, bebé.
—Cuando
dices “bebé” siento que eres un pedófilo.
—¿Ah?
—Justin comenzó a reírse.
—Lo siento,
es que así pienso. Y no es nada contra tuyo, pienso lo mismo de todo el mundo.
—No te
preocupes —sonrió dando las últimas carcajadas—, pero eres una bebé.
—Sí, lo sé.
Todavía soy un feto, ni si quiera un bebé.
—Pero aun
así eres linda.
—Soy
preciosa, perfecta.
—Y muy
vanidosa también.
—Así dicen…
—lo miré—, así me aman.
—¿A quién
mato? —me miró como esperando una respuesta diciendo el nombre de alguien.
—A ti
—respondí—, suicídate.
—¡Qué
cagona! —se reía, mientras me miraba.
—Y también a
todo el mundo, para que solamente vivan las mujeres heterosexuales, por si las
lesbianas también se mueren por mí.
—¡Estás
quemada! —siguió riendo.
—Se podría
decir que algo así.
—Sí —rio.
Me encantaba
pasar el tiempo así, con alguien con quien realmente podía pasar el tiempo
conversando sin importarme las horas, los minutos, los segundos, todo estaba
bien con él. Me sentía segura, feliz, como si este momento estuviera destinado
para durar para siempre. Y ojalá que todo esto fuera así.
—Te quiero
mucho —dije.
—…
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Chicas, ayer estaba escribiendo el capítulo y lo pensaba subir, pero me quedé sin red y mi mamá me estaba obligando a acostarme y bueno hoy tuve una tarea gigante y por eso recién la subo.
¿Cómo están? Esperoo que súper, y que les guste este capítulo. :) Las quiero mucho y gracias a todas por sus saludos por mi cumpleaños, gracias chicas :)
PD: (Cuando en el capítulo hice referencia a las lesbianas, no me refería a una discriminación hacia los homosexuales, solamente eran el sentido de humor que ella tenía sobre que todos "la amaban".)
Blog
donde se encuentran los primeros capítulos de “Un giro de 360° desde que te
conocí”: http://ungirode360desdequeteconoci-novela.blogspot.com
♥ Vale ♥