"No juegues con una chica que puede jugar mejor que tú, perra".
—¡No seas idiota Justin! —exclamó Chaz.
—Sí, huevón.
—Pero…
—¿Pero qué? —cuestionó Ryan molesto— acá no hay peros. Ese
chico básicamente se la estaba tirando*.
*Tirando, cachando, cogiendo (saben a lo que me refiero).
—Sí, ¡piensa! ¿Qué? ¿Vas a poner mil de peros? Habla con esa
huevona. ¿Cómo te va a hacer eso? —siguió Ryan.
Me sorprendió que estuviera tan enojado y dijera tantas
cosas de la que ahora era su “hermanastra”.
—Sí, dile algo. Más bien, háblale ahorita —me dijo Chaz.
—¡NO! ¿Qué le voy a decir?
—No sé, pero háblale.
En un abrir y cerrar de ojos ya no tenía mi celular y ellos
le habían escrito idiotez y media, pero cuando me acerqué a ver, sólo vi que ya
lo habían mandado a ella y a quién le estaban escribiendo.
—¿QUÉ MIERDA TIENEN? —grité y les quité mi teléfono.
Me senté y comencé a leer lo que le habían escrito a
________(tu nombre):
Definitivamente,
tú te pasas de viva chibola*, si tú querías hacerte la viva conmigo para luego
irte con tus amigos para ir a besarlos, ponerte en esas posiciones, es tu
problema. Y sí tienes razón, tal vez me hiciste un favor, finalmente Selena
está 10 mil veces mejor que tú.
Chibola*= generalmente se les dice así a los niños(as) o a
las personas que son menores que uno.
Claro, después de eso no era menos esperar que viera esto:
Selena,
¿qué vas a hacer hoy? ¿No quieres salir conmigo un rato a comer algo? Hay que
vernos, escuché que estarías por acá. Te extraño.
Después de eso, sólo los miré.
—Creo que ya saben lo que tienen que hacer, ¿verdad? —les
dije.
—¿Qué? —los dos parecían no entenderme.
—No sé que van a hacer para solucionar esto. Porque yo no
pienso ver a Selena y yo jamás diría algo así de _______(tu nombre).
—No jodas —me dijo Ryan—, tú vas a salir con Selena.
—Sí, y ________(tu nombre) lo tiene bien merecido —agregó
Chaz.
—¿Cómo vas a decir eso? —le dije—. Yo no voy a salir con
Selena jamás. Y no lo tiene merecido, está bien que haya hecho tremenda
estupidez, pero no merece que le hablen así como si fuera cualquier cosa.
Acuérdate que es una mujer.
—Puta, ya perfecto, después de todo lo que te hizo… —dijo
murmurando.
—Habla más alto pues Chaz —le dije.
—¿Qué? —se metió Ryan—, ¿prefieres que te digan tus verdades
en voz alta para que luego te pongas como un idiota?
—No es eso —le dije— sólo que me jode que murmure.
—¡Ya cállate! —me gritó Chaz— pareces mujer, tanto que te
quejas.
—¡No seas machista! —exclamé.
—Y tú no te pongas así, todo gay.
Me cansé de escucharlos, así que sólo agarré mi celular y le
escribí a ________(tu nombre):
No fui yo.
Fueron Chaz y Ryan después de ver la foto con tu amigo, salías bonita, ¡ah! (:
Sí sé que lo más probable después de que leyera eso, era que
me mandara a la mierda o que no me creyera, pero tenía una oportunidad para
hacerle saber que vi su foto, aunque a estas alturas le debe de importar muy
poco, pero bueno… ahora no sé qué hacer con Selena, pues si le digo que eran
ellos sonaría como diciendo “lo último que quiero hacer en mi vida es verte” y
aunque sea casi cierto al 100% no quería sonar así de atorrante. Así que
realmente no sabía qué hacer con eso.
—Arreglen lo de Selena —les dije— no sé qué van a hacer,
pero yo no pienso decirle que ustedes le hablaron porque se va a sentir
ofendida como si jamás quisiera verla.
—¿Y no es así? —preguntaron.
—Sí, pero ella no debe de saberlo. ¿Qué idea va a tener de
mí?
—Bueno, después de todo lo que le dijiste anoche borracho…
sencillamente dudo que responda tu mensaje.
—Ah verdad —dije— ¡mierda!
De pronto un celular sonó y escuché que era el mío.
No estoy en
la ciudad. Recién voy a llegar, bueno acabo de aterrizar. Estoy con mi mamá,
pensábamos ir a comer en la noche. Si deseas podrías ir con nosotras.
Les leí lo que Selena me había mandado en voz alta.
—¿Ven lo que han hecho? —dije molesto— ¿ahora qué voy a
hacer? ¿Ah? ¿Qué le digo? “¿Sabes qué Selena? No fui yo, fueron los idiotas de
Ryan y Chaz y ni muerto pienso salir a comer contigo y con tu mamá porque eso
significaría que pienso que regresar contigo y es lo último que quiero ahora”.
—¿Y por qué no regresarías con ella? —preguntó Chaz.
—Porque no me gusta pues, porque yo estoy enamorado de
________(tu nombre).
—¡Eso sonó tan lindo! —exclamó Ryan—, pero lástima que ella
te hizo todo eso.
—¡Cállate! —exclamé.
—Sí, pero es verdad. Así que sal con Selena, a ella de hecho
que todavía le interesas.
—Pero a mí no y prefiero no ilusionarla porque me importa y
no quiero hacerle daño.
—¡Pero acabas de decir que te importa! —exclamó Chaz.
—Sí, me importa… tal y como me importa Caitlin, ¿me
entiendes? Porque es mi ex y obvio que no me gustaría dañarla.
Después de lo que dije, Chaz se puso un poco rojo,
seguramente se sintió un poco incómodo con lo que dije porque pensaba que me
refería a él, aunque no era así necesariamente.
—Ya bueno, entonces sólo tienes dos opciones: o le dices que
fuimos nosotros, sonando lo más atorrante posible —dijo Ryan haciendo una breve
pausa—… o sencillamente puedes aceptar las cosas como son y salir a comer un
rato con ella.
—Te olvidaste de la opción que realmente voy a tomar —le
dije.
—¿Cuál? —me miró él extrañado.
—En la que dices que tú y Ryan van a ser hasta lo imposible
para solucionar lo que ustedes mismos arruinaron.
—Pero no podemos hacer nada —me reclamó.
—Sí, porque tú eres su amigo.
—Hace tiempo que no hablamos —reclamó.
—Bueno, hoy es otro día y volverán a hablar —le dije—, ¿ya
tienes su número verdad?
Me senté en el sillón y los vi, con una cara de pocos amigos
que me querían asesinar.
Fin de la narración.
Narras tú:
—¡Mira! —me dijo Ximena—, sales linda —y se rió.
Me acerqué y vi que era la foto con Alex.
—¡Mierda! —exclamé—, ¿quién la colgó?
Después de eso, agarré mi celular para ver si me habían
etiquetado, pero tenía un mensaje, era de Justin y después de leerlo, había
otro echándole la culpa a Ryan y a Chaz.
—Mira esta huevada —le mostré el mensaje que había recibido.
—¿Quién te dijo eso? —me preguntó.
—¿No ves ahí que dice “Justin”, más grande que tu cabeza? —le
dije un poco exaltada.
—¡Ya! Tranquilízate.
—Ya —respondí—, pero ¿qué le respondo a él?
—No sé. Mmm…
Estaba nerviosa, sentía algunas cosas dentro de mí que
exactamente me hacían sentir como la persona más cómoda del mundo y eso que yo
lo había mandado a la mierda en la mañana.
—Déjalo en visto —me dijo ella.
—¿Pero has visto todo lo que me ha dicho?
—Sí, por eso. ¿Qué le vas a decir? ¡Déjalo! Seguro está
enojado… ya se le pasará.
—Pero es que no se trata de que esté enojado o no —le dije—
eso me importa muy poco. Sólo que él no puede hablarme así.
—Pero ya te dijo que fueron Chaz y Ryan.
—Bueno, ellos mucho menos —reclamé.
—Pero peléate con ellos, no con Justin.
—¡Pero él permitió que agarraran su celular para que me
dijeran eso! —seguí protestando.
—¿Vamos a seguir peleando tan inútilmente hasta que te vayas
sólo por lo que te dijo Justin?
—¿Pero qué quieres qué haga? —protesté— no me pienso quedar
callada, mientras ese trío me falta el respeto.
Ella comenzó a reírse y yo me enojé mucho porque quería su
ayuda.
—Mejor no te cuento nada —le dije— porque para que te pongas
a reír…
—Es que yo te digo que no digas pero y es lo primero que
haces.
—¡Pero es que no sé qué hacer!
Y su risa fue más fuerte hasta el punto que casi todos
comenzaron a vernos.
—¿QUÉ MIERDA HAGO? —pregunté molesta.
—Nada, ¿qué vas a hacer?
Odiaba cuando se ponían —mis amigas— en esa situación
conmigo. Así que decidí ignorarla e ir a buscar a Alyssa quién se había ido.
—Mira, lo que me escribió Justin —le mostré—, ¿qué le
respondo?
—¿Por qué te dijo eso? —preguntó.
—Creo que por la foto que me tomaron con Alex cuando se puso
así conmigo.
—Ah ¡cierto! —dijo ella—, pero tienes que admitir que no fue
la mejor foto del mundo y que cualquiera pensaría así porque dudo demasiado que
a ti te hubiera gustado ver una foto así de él.
Yo trataba de comprenderlo, pero ni siquiera era mi culpa y
aparte es mi amigo de toda la vida, lo conozco desde que era chiquita y
estábamos jugando y a diferencia de él: yo estaba sobria y como ya dije, lo
conocía y no tenía otras intenciones.
—Ya la vi —le dije— y no dije nada.
—¿Cuándo? ¿Acaso viste una foto de él tirado en el piso con
una chica en una posición un poco sugerente?
—No, pero vi una foto de él en el que prácticamente estaba besando
una chica.
—¡Ah verdad! —dijo ella—, a ver, muéstramela.
Busqué la foto y se la mostré. Tenía la ilusión de que iba a
poner una cara de sorprendida, pero su reacción fue totalmente diferente a la
que pensé que tendría.
—¿Te pusiste así sólo por esa foto? —me preguntó— era más
que obvio que estaba ebrio y también que sólo estaban bailando. No entiendo
porque lo mandaste a la mierda.
—¿Todavía me preguntas? —le dije molesta—, ¿no estás viendo?
—Las fotos que tienes de tu fiesta están peores —le dije— y
esta foto definitivamente es la peor. No seas tan dura, es tu culpa.
—¿De qué lado estás?
—De ninguno, sólo estoy siendo justa porque no le encuentro
un motivo lógico para enojarte con Justin.
—¿Por qué te pones así? —pregunté— ¿sólo porque es famoso? A
mí no me interesa que lo sea o que sea pobre y no tenga ni donde caerse muerto.
—No lo digo por eso —me dijo.
—¿Entonces? ¿Por qué? —le pregunté—, ¿por qué es bonito?
—Bueno, en parte sí.
Porque es bonito y bueno y te quiere y tú mira cómo te pones por cosas
que verdaderamente no tienen sentido.
—No tendrán sentido para ti —le dije—, pero la verdad es que
yo tengo razón porque lo juzgo como quién es: una persona común y corriente.
—Sí lo sé, pero estás exagerando un poquito con tu actitud.
—Ya, perfecto. ¿Entonces
qué hago? ¿Le aplaudo? Obviamente no.
Me molesté, porque mis amigas se estaban poniendo de su lado.
Como si yo fuera la mala. Es mi vida, yo hago lo que quiero con ella. Ellas
sólo se ponen así porque es famoso y es simpático, nada más. Pero eso para mí
no importa y así él sea el rey del mundo, me da igual, lo que él hizo no era
correcto.
—Ya bueno, sólo admite que los dos se equivocaron y que
ninguno de los dos es perfecto —me dijo.
—Yo jamás lo insinué.
—¡Deja de ponerte a la defensiva! —me reclamó.
—Pero no me estoy poniendo a la defensiva.
—Entonces deja de decir pero.
—Pero no quiero.
—¿Entonces qué hacemos? —pregunté molesta.
—Nada. Tú contéstale lo que creas conveniente.
Le contesté:
¿Me vas a
hablar así después de lo que hiciste? Él es mi amigo de toda la vida.
No tenía intención de responderle otra vez o estar pendiente
a ver si me contestaba al toque.
Fin de la narración.
(En Atlanta).
Narra Justin:
—¿Aló?
—¿Quién es?
—pregunté extrañado.
—¿Qué? ¿no
tienes mi número guardado? —preguntó.
—Amm… no,
¿por qué?
Era la voz de una chica, pero realmente no lograba
reconocerla.
—¿Mamá? —pregunté.
—¡No! —exclamó
riéndose—, no lo soy.
—¿Entonces?
—En serio
sigo sin creer que hayas borrado mi número —me volvió a repetir.
—No quiero
sonar grosero —dije—, pero en serio no sé quién eres.
—¡Just!
—¿Selena? —pregunté
estúpidamente.
—¡Sí!
Inmaduro.
—¿Selena? —dije
a punto de que me dé un infarto.
—¡Sí tonto!
Me quería morir. No podía imaginar que ella era quién me
estaba llamando. Estaba nervioso. ¿Qué querría? ¿Por qué no sólo esperó a que
le contestara el mensaje que me envío?
La puse un momento en silencio.
—¿Quién es? —me preguntaron.
—¡Es Selena! —dije impresionado.
—¿QUÉ HABLAAAS? —me preguntaron.
—¡Sí! ¡Se los juro! —comencé a decir— tengo miedo. No sé qué
decirle.
—¿Justin? —preguntó
al ver que no le respondía—, ¿estás ahí?
—Sí —dije
una vez que le había sacado el silenciador— ¿cómo estás? ¿qué tal el viaje?
—Bien, todo
bien gracias. ¿Tú? ¿Cómo estás? ¿Qué tal tu fiesta de anoche? —me preguntó
riéndose.
—¿Mi fiesta
de anoche? —cuestioné.
—Sí pues,
¿no te acuerdas?
Ahora estaba dudando a quién había llamado realmente… si a
________(tu nombre) o a Selena. ¿Ella como va a saber lo de la fiesta de
anoche?
—¿Acordarme
de qué? —pregunté entre risas para disimular.
—Que me
llamaste —me dijo.
Entonces comencé a hacer memoria cuando la llamé.
—¡Ah
verdad! —exclamé—, perdóname por favor. Estaba un poco ebrio. Es que me había
pasado un poco del límite.
—No te preocupes
—se rió—, suele pasar. Pero jamás pensé que estarías hasta ese punto.
—En serio
perdóname. No tienes ni idea de cuán avergonzado me siento ahora.
—No le
tomes importancia —le dije—. Todo normal. En fin, ¿qué dices? ¿Nos vemos hoy?
—¿Hoy día?
La volví a poner en silencio.
—¿Están escuchando todo lo que me está diciendo? ¿Ahora qué
le digo? —comencé a mirarlos en busca de una respuesta.
—Que no quieres pues.
—Pero así no quiera, debo de hacerlo.
—¿Por qué?
—¡PORQUÉ YO LE DIJE PARA SALIR! —grité— o bueno, ustedes.
—¿Estás
ocupado? —me preguntó—, ¿prefieres que te llame más tarde?
—Nono —le
respondí—, lo que pasa es que no sé qué me está diciendo mi mamá.
—Oh, bueno.
¿Entonces qué dices?
—Pero me da
cosa salir con tu mamá. No quiero incomodarla.
—¡Claro que
no incomodas! —exclamó—, ¿cómo lo harías? Mi mamá justo me estaba preguntando
sobre ti.
—¿Ah sí? —cuestioné—,
¿qué te decía?
—Nada, de
cómo estabas, de qué era de ti y todas esas cosas.
Yo he visto un par de veces a la mamá de Selena en todo el
tiempo que tuvimos una relación, por eso me impresionaba que ella estuviera
preguntando por mí.
—Ah,
¡mándale saludos! —le dije.
—Sí, yo se
los mando —me dijo—, pero bueno. No es por presionarte, aunque es la enésima
vez que te lo pregunto —se rió—, pero ¿qué dices? Sino para cambiar los planes
con mi mamá.
—¿Sobre
salir a comer?
—Sí.
—¡Pero yo
les invito la comida! —protesté.
—No, no te
preocupes. Yo te invito.
—Quién te
dijo para salir fui yo, no tú.
—Pero yo
quiero invitarte. ¿Acaso no se puede?
—No, porque
me da vergüenza.
—¡Tonto! —exclamó
ella.
—No lo soy.
—¿Entonces
eso es un sí? —me preguntó ella, segurísima de que sí quería salir a comer con
su mamá y bueno obviamente que con ella.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
¡Chicas! ¿Cómo están? Perdón por aparecer después de mucho
tiempo. Esta semana no he tenido tiempo para nada, sólo les diré que todos los
días he estado madrugando para terminar mis trabajos. Bueno, ¿se acuerdan que
hace un tiempo les dije que iba a irme dos meses? Bueno llegó el día y recién
voy a viajar hoy. Justo en un ratito, y voy a irme a un lugar donde no voy a
tener ni laptop ni internet ni absolutamente nada. Es algo así como un campamento.
¡Créanme! Y espero que todo este tiempo fuera me ayude a cambiar mi mentalidad
sobre muchas de las cosas que tengo ahora. ¿Y quién sabe? Tal vez tanto tiempo
lejos me ayudará a incluso ya tener una idea de qué sucederá en esta novela
(aunque ya la tengo más o menos) o para visualizar el final (aunque de por sí les
puedo asegurar que aún falta mucho para eso) ¡y tal vez una idea para otra!
Chicas, créanme, es algo muy importante para mí. Voy a volver en agosto, casi dos
meses. El tiempo se va a pasar volando, les apuesto que ni siquiera van a notar
mi ausencia. Bueno, no les escribo más porque no tengo tiempo.
PD: Sí sé que la foto no tiene mucho que ver, pero realmente
si han leído bien el capítulo, llegarán a entender.
¡Las quiero un montón! Cuídense. ¿Sí?
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