—Mira quién viene… —susurró Alyssa.
—¿Quién? —pregunté haciendo un gesto.
Ximena me miró con la misma cara que me ve siempre que digo
o hago algo de una forma a la que yo llamo imprudente, pero ella prefiere
insultarme y decirme “retrasada”.
Apenas me di la vuelta, lo vi. Estaba tan perfecto, ¡después
de mucho tiempo lo miraba! Ya habían algunas cosas que me había olvidado acerca
de él, pero ahora estaba acá nuevamente… o bueno, mejor dicho: yo estaba
ahí nuevamente…
—¡________(tu nombre)! —exclamó Alex y me abrazó. Sé que
sonará cursi, pero era uno de esos abrazos de “te extrañaba tanto”.
—¡Aleeeeeeeex! —grité y no pude evitar sonreír.
Admito que antes de irme a Atlanta, él me atraía, no sé si
me gustaba, pero me atraía. Y ahora estaba mucho mejor que antes, me atrajo más
en este segundo que en todos los años que lo conocía. Fue como que ¡booom! Todo
el golpe. Sentí varias cosas, la emoción era única en ese momento.
Mis amigas comenzaron a decir “¡wuu!”, al igual que unos
chicos que pasaron, aunque bueno, también eran mis amigos, pero decidí
ignorarlo.
—Te extrañé —me susurró a la oreja Alex.
—Yo también —le contesté con una sonrisa de oreja a oreja—,
parece que hubieran pasado años desde la última vez que nos vimos.
—Sí… —dijo él—, estás hermosa. Atlanta te ha caído demasiado
bien.
—Quieres decir… —hice una pequeña pausa— ¿qué antes eran
fea?
—Siempre has sido hermosa —dijo él—, pero hoy día estás
diferente. Realmente bella.
—Está bien —dije con una carcajada.
—¿Quieres conversar o prefieres bailar? —me preguntó Alex.
—Bueno… la noche es joven, aún tenemos para rato… así que si
deseas me acompañas a tomar algo mientras conversamos —le dije—, ¿te parece?
—Está bien —me dijo sonriendo.
Fuimos los dos caminando, pero lentamente hacia la barra
donde estaban las bebidas. Había muchas personas, por lo tanto, era difícil
caminar entre todos y de esa manera disimulaba mis ganas de demorarme en llegar
para estar hablando más tiempo con él.
—¿Y qué ha sido de ti? —le pregunté—. Hace demasiado tiempo
que no sabía nada de ti.
—¡Porque me olvidaste! —exclamó él.
—No fue así —le dije—, tú me dijiste que ibas a viajar a las
Bahamas, pero luego me dijiste que te ibas a mudar o algo así y de ahí no volví
a saber de ti.
—Porque te hablaba y no me contestabas.
—¡Sólo fue una vez! —exclamé— y jamás me volviste a hablar y
realmente tampoco me di cuenta.
—¡Gracias, ah! —me dijo—, me hiciste sentir mejor.
—Es que es verdad —sonreí—, pero ahora estamos cara a cara y
me voy a quedar unas cuantas semanas, así que supongo que tendremos tiempo.
—Pero luego te irás y harás como si yo no existiera.
—No, no lo haré —reí—, pero bueno, dime, ¿te vas a mudar o
no?
—No, ya no. A mi papá le ofrecieron ascenderlo acá y pagarle
más, así que prefirió quedarse.
—¡Oh! —exclamé—, que bien.
—Sí, pero bueno…
Cuando llegamos a la barra, realmente me daba igual que
tomar, pero cualquier cosa estaría bien, pues realmente me moría de sed.
—¿Qué quieres tomar? —me preguntó Alex.
—Cualquier cosa —le dije—, ¡me muero de sed!
—Está bien.
Él se acercó, pidió y luego volvió hacia mí. Yo estaba
sentada en uno de los asientos de la barra.
—Ya bueno —me dijo él—, y ahora tú cuéntame algo de ti.
—Mmm… no sé —dije—, ¿cómo qué?
—No sé, de hecho y han pasado muchas cosas en estos meses.
—Mmm… sí.
—¿Y sigues con Christian? —me preguntó al ver que no decía
nada.
—¿Y tú como sabes que yo estaba con él? —le pregunté al
instante.
—Porque tú me dijiste y Ximena y ellas me lo confirmaron.
—¡Oh! —exclamé—, verdad.
—Ya bueno, ¿cómo van?
—Ya no estamos —le dije.
—¿Por qué? —me preguntó algo preocupado.
—Realmente es algo de lo que no quiero hablar y prefiero
olvidar —le dije sonriendo un poco desganada.
—Oh, no te preocupes —hice una pausa— más bien, perdón por
preguntar.
—No tienes por qué pedir perdón.
—Bueno está bien…
Hubo un silencio incómodo después de esa pregunta, realmente
no sabía que decir para evitar pasar un rato más incómodos, aunque bueno, él
tampoco intentaba. Dudo demasiado que nos fuéramos a quedar todo este rato, yo
sentada y él parado sin decir nada y mirando al vacío.
—Acá tiene —le dijo uno de los chicos que estaban en la
barra a Alex.
—Gracias —agradeció recogiendo las dos bebidas.
Las dos eran iguales, pero eran raras. Tenían 3 colores:
Rojo, verde y amarillo. Todos en ese orden, así que probé.
—¿Qué es? —le pregunté.
—No sé —respondió.
Él probó y yo hice lo mismo. Estaba fuerte, supuse que era
vodka con algo más.
—Vodka —respondimos los dos en unísono.
—¡Ay! —reí—, está un poco fuerte.
—No tanto —me dijo él.
—Bueno…
No pensaba acabármelo todo en ese preciso momento y tampoco
mi intención era tomarme todo el vaso de un solo golpe, pero podríamos
conversar mientras tanto.
—¿Y cómo está tu mamá? —me preguntó él.
—Bien —contesté—… ¡oh verdad! Ya sé que contarte.
—¿Qué cosa? —sonrió él.
—Bueno, mi mamá está embarazada —le dije.
—¿De verdad? —me preguntó sorprendido.
—Sí, de verdad.
—¿Cuántos meses tiene?
—Menos de dos supongo, no recuerdo si me dijo o no.
—Entonces tampoco saben si es hombre o mujer.
—Muchoo menos, ¡pavo!
—¡Ay! Perdón pues —dijo riendo.
—¡Qué sonso eres!
—¡Aww! —exclamé yo.
—No —rió— sonsa tú.
—Nunca —sonreí.
—Te extrañé tanto... —me dijo casi en un suspiro.
Sólo sentí como mi cuerpo se estremeció, pero lo supe disimular
con una sonrisa un poco fingida.
—Se sentía tu ausencia —me dijo Alex.
Yo sólo sonreí, no sabía que decirle. No encontraba ninguna manera
de responder a ese comentario, pero fue bonito sentir que alguien se acordaba
de ti y te decía esas cosas. Y más si era él.
Tomé otro sorbo de eso que tenía en mi vaso, aunque ni siquiera
sabía con exactitud que era, pero no sabía mal y aparte de eso me ayudaba a
aparentar.
—Yo también extraño mucho todo —dije finalmente cuando
se me ocurrió que decir.
—Me imagino —dijo él sonriendo y tomando un sorbo de
la bebida.
—Mjm —pronuncié y sonreí.
Sólo nos miramos un rato, aunque parecía una eternidad y estaba
sintiendo algunas cosas dentro mío, lo cuál con todas mis fuerzas trataba de
evitar porque una de las razones por las cuáles estaba feliz de volver aquí era
porque quería olvidar todas estas sensaciones tan estúpidas que había sentido
durante el tiempo que estuve en Atlanta, sencillamente no estaba preparada,
pero nadie elige que sentir ni cuándo ni por quién, aunque con toda la
sinceridad del mundo creo que debería de ser así.
—¿Vamos a bailar? —me preguntó él parándose del asiento.
—Ya —acepté y me paré junto a él.
Fuimos cerca de donde yo había estado antes con mis amigas. Miré
alrededor y vi que todos estaban bailando y tomando, parecía que realmente la
estaban pasando bien y me alegré. Traté de sentirme un poco más cómoda para
bailar con él, pues como ya he dicho algunas veces, no era muy buena bailando…
mejor dicho ¡PÉSIMA!, nunca había sido buena para esto, era demasiado inútil
por así decirlo y me daba vergüenza, debía de admitirlo.
—¿Qué pasa? —me preguntó.
—Nada —sonreí— ¿por qé?
—Porque cada dos segundos estás que te agarras el cabello —me dijo él con una sonrisa y soltando una carcajada.
—No —sonreí un poco nerviosa.
—Sí.
Sentí como toda la cara se me ponía caliente, seguramente estaba
roja como un tomate.
—¿Estás bien? —me preguntó, seguramente al darse cuenta de lo roja que estaba.
—Sí —respondí—, ¿por qué no lo estaría?
—No lo sé, dime tu —sonrió pícaramente.
—Mmm... creo que no habría motivo —dije y tomé un sorbo de vodka.
—Si tú lo dices...
Ignoré su comentario y continué "bailando" con él, pero ahora sólo esperaba a que alguien me sacara de ahí porque no me sentía cómoda. Busqué con la mirada a alguna de mis amigas, pero no las encontraba. Ahora es cuando pensaba: "¡¿DÓNDE MIERDA ESTÁN?!".
Ignoré su comentario y continué "bailando" con él, pero ahora sólo esperaba a que alguien me sacara de ahí porque no me sentía cómoda. Busqué con la mirada a alguna de mis amigas, pero no las encontraba. Ahora es cuando pensaba: "¡¿DÓNDE MIERDA ESTÁN?!".
En Atlanta…
(Con respecto a la diferencia de
horario, va a ser la misma hora en _______(tu país) y en Atlanta).
Narra Justin:
Sé que debería de estar haciendo otras
cosas que probablemente sean “más importantes”, pero, realmente no me la puedo
sacar de la cabeza. La extraño mucho, aunque la haya visto horas atrás, casi un
día. Si así es el primer día… ni siquiera me quiero imaginar el resto.
—Justin, te han venido a buscar —escuché
la voz de mi mamá entrando a mi habitación.
—¿Quiénes? —pregunté—… no tengo ganas
de nada.
—¿Cómo que no tienes ganas de nada? —escuché
la voz de Chaz.
—¿Ni siquiera para tus amigos? —dijo
Ryan, justo cuando volteé a ver quiénes estaban ahí.
—Los dejo —sonrió mi mamá.
Dicho eso, se fue de la habitación y
entraron Chaz y Ryan a mi habitación y se sentaron en mi cama, a mi costado.
—¿Qué pasa? —les pregunté un poco
extrañado ya que hace mucho tiempo que no venían a mi casa de una manera algo
“inoportuna” o bueno, sin avisar.
—Nada —dijo Ryan—, ¿a ti qué te pasa?
—Nada.
—¿Seguro? —cuestionó Ryan.
—Sí, ¿por qué?
—Porque es un poco raro ver a Justin
Bieber un viernes en su casa aburrido sin que su agenda tan ajustada lo tenga
en otro lugar —intervino Chaz.
—Es mi fin de semana libre —le comenté.
—O bueno, al menos que no haya salido
con una de las millones de chicas que se mueren por él, o sus “amiguitas” —dijo
nuevamente Chaz haciendo comillas en el aire— o en una fiesta con sus amigos
famosos.
—No hables así —le dije— cualquiera que
te escuche va a pensar que ando de fiesta en fiesta o con chicas todos los
fines de semana y jamás tengo tiempo para mis amigos.
—Es que… es así —dijeron Chaz y Ryan a
la vez.
—¡Cállense! —exclamé riendo— y que raro
que ustedes tengan tiempo de venir a mi casa en vez de estar en una fiesta o
tomando o tratando de “hacerla” con una chica.
—Mmm… tú sabes Justin, no hay
presupuesto —dijo Ryan.
—Sí, tú sabes que los precios han
subido por esto de la crisis —complementó Chaz.
—¡Aaay! —comencé a reír.
Al menos tener su compañía me hacía
sentir mejor por un momento, pero no me podía quitar completamente de la cabeza
a ________(tu nombre) y el último beso que nos dimos.
—Ya bueno, hay una fiesta con algunos
amigos que conoces —dijo Ryan—, ¿qué dices?
—No tengo ganas de hacer nada —dije.
—¡Ay! Por favor, no molestes. Ni
siquiera Paz es así —dijo Ryan.
—Porque Paz ¡jamás dirá que no a una
fiesta! —dijimos Chaz y yo en unísono.
—¡Yaaaaaaaa! —dijo Ryan— está bien,
pero no estamos hablando de eso… sino de que tú vayas a una fiesta co nosotros
y dejes de estar así, peor que una chica que vio a su novio con otra.
—Pero es que no tengo ganas de nada, de
verdad.
—Nunca has estado así, tú nunca has
dicho que no algo —dijo Chaz—, ¿qué te pasa?
—¿Es por _______(tu nombre), verdad? —dijo
Ryan.
No contesté.
—Lo es —confirmó él solo después de mi
silencio.
—¿_________(tu nombre)? —cuestionó Chaz—,
¡¿QUÉ HABLAAAAS?!
—Cállate Chaz —dije yo.
—Pero ella acaba de terminar con
Christian.
—¿Y qué tiene? —respondió Ryan.
—Tenías que hablar tú… —dijo Chaz.
—Pero es que… qué tiene que haya
terminado con Christian, peor sería que siguieran y ella esté en algo con
Justin, ¿no crees?
—Tienes razón —terminó de entender
Chaz.
—Ya, no hablen de eso.
—Mira, vamos, no es una pregunta sino
una orden, así que, ¿qué esperas? ¡Vamos!
Ryan y Chaz se pararon y fueron hasta
la puerta, esperando que yo me parara, pero seguía tirado en mi cama.
—¿No te vas a parar? —preguntó Ryan.
—No, ya dije que no quiero hacer nada.
—Está bien, quería hacerlo por las
buenas —me dijo él.
Los dos vinieron hacia mí y me
cargaron. Ryan me agarraba de los brazos y Chaz de las piernas. Por un momento,
pensé que me iban a matar y tuve esa sensación cuando me bajaron por las
escaleras.
—¿Qué pasa? —preguntó mi mamá riéndose
al verme de esa manera.
—Nada tía —sonrió Ryan—, sólo queremos
llevarlo a una fiesta para que salga y se distraiga.
—Pero mi mamá no me ha dado permiso —sonreí
victoriosamente por un momento.
—Hijo, claro que tienes permiso —sonrió
ella— sal, distráete, te haría bien.
—Entonces no hay ningún inconveniente
Justin —dijo Chaz.
—Al parecer —concluyó Ryan.
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Chicas, ¿cómo están? Espero que bien, sé que recién les escribo después de mucho tiempo. Ya estoy libre finalmente, aunque estuve haciendo unos regalos para Navidad, aunque no hay excusa, trataré de subirles un capítulo mañana, ¿está bien? Y bueno, si mañana se acaba el mundo recuerden que las quiero mucho, ¿ya? Jijiji.
Las quiero chicas, cuídense<3 nbsp="nbsp" span="span">3>
Valeee :)