viernes, 19 de octubre de 2012

Cap. 108°: “Un mes perfecto para olvidar”

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"Olvidar".

Narra Christian:

Estaba en la habitación de mi hermana contándole todo lo que había pasado cuando fui a buscar a __________(tu nombre) y el mensaje de texto que le mandé.

—…Cuando la vi no le llegué a decir que probablemente nos iríamos antes de que ella volviera, pero le mandé un sms diciéndole eso y también que la amaba —le conté a Caitlin—, pero no sé. Realmente no sabía que hacer.
—¿Le dijiste que la amabas por sms? —me preguntó ella con los ojos abiertos— ¡eres un imbécil!
—¿Por qué? —cuestioné.
—Porque esas cosas se dicen cara a cara, no por sms.
—También se lo dije cara a cara, pero también por sms —aclaré.
—¿Y realmente la amas? —Caitlin me miró fijamente esperando una respuesta—, ¿después de lo que sucedió?
—Sí —la miré fijamente y luego bajé la cabeza— la amo.
—¿Y por qué permitiste que Paz hiciera eso?
—¡Se lanzó encima de mí! —me exalté y grité un poco—, ¿qué rayos podía hacer?
—Yo sólo te estoy ayudando, no tienes por qué gritarme —se enojó un poco mi hermana.
—Está bien —dije tranquilizándome un poco—, discúlpame, no te enojes. Sólo que me molesta que nadie me pueda creer y crea que lo que yo hice fue porque se me pegó la gana, cuando realmente yo la quiero demasiado, la amo.

Sí sé que no soy muy grande, pero he estado unos meses de relación con ________(tu nombre) y he compartido varias cosas como para darme cuenta que de verdad la amo, aunque no he subido tan atenta con ella últimamente.

—Pero es que cualquiera hubiera hecho eso, Chris —me dijo mi hermana.
—Pero ya, no lo hice —le respondí con toda la tranquilidad del mundo—, ¿eso va a quitar todo lo que siento hacia ella? ¿Eso significa que no la puedo amar?
—No…
—¿Entonces? —interrumpí—, ella no quiere entenderme y yo admito que si la hubiera visto besándose con otro chico también me hubiera puesto como ella, pero al menos después de eso hubiera conversado con ella, pero ¡no! Ella se está yendo fuera del país y cuando vuelva no la voy a ver, ¿entiendes mi situación?
—Sí, sí la entiendo —se notaba que trataba de comprenderme—, pero yo tampoco puedo hacer mucho, como ya te dije ni siquiera alcancé a despedirme de ella.
—Pero tú sólo eres su amiga —la miré fijamente—, yo la amo.

Sentí como unas gotas cálidas recorrían mi rostro, seguramente era por la furia que tenía, porque ella se fue y no quedó nada. Ni siquiera sabía a qué hora con exactitud iba a salir su vuelo. Me hubiera encantado besarla por última vez, pero ¿qué podía hacer? No había mucho. Sólo esperarla si es que podía, pero ¿y en todo ese mes? Ella iba a salir, iba a estar con otros chicos, sus amigos, ¡yo qué sé! Sería un mes perfecto para olvidarme.

—¿Estás llorando? —me preguntó mi hermana tratando de mirar mi rostro, pero yo estaba cabizbajo.

No le contesté. Sencillamente me acerqué a ella para poder abrazarla. No quería que dijera nada, sólo quería un abrazo como si eso fuera a cambiar algo. Como si eso fuera a hacer que las cosas hubieran sucedido de otra manera, como si eso hubiera evitado que Paz se lanzara encima de mí y me besara, como si _______(tu nombre) fuera a entrar por esa puerta y correr a abrazarme. Como si fuera a suceder eso.

Fin de la narración.

-En el Aeropuerto Internacional Hartsfield-Jackson-

Narras tú:

Acababa de sonar la primera llamada para mi vuelo: TP-0511, así que suponía que era el momento de la despedida. Lo más doloroso.

—Bueno, ya debemos de ir —me dijo mi mamá—, o bueno tú.
—Acompáñame hasta la entrada, ¿sí? —le pedí.
—Claro que sí —me sonrió.

Fuimos las dos caminando hasta la entrada, mientras conversábamos sobre cosas que ya me las sabía de memoria de tantas veces que mi mamá me había repetido lo mismo. “Pórtate bien, ya sabes las reglaas…” era lo que más escuchaba y había escuchado todo este tiempo antes de irme.

—Bueno, llegamos —me dijo mi mamá a las justas, supuse que por el nudo de la garganta que se había formado, el mismo que me estaba viniendo.
—Te quiero mucho mami —la abracé fuertemente.
—Yo también, linda —me dijo con una voz débil.
—Te voy a extrañar como no tienes idea —susurré—, te voy a llamar todos los días, todas las noches y también te voy a mandar un mensaje cuando llegue y todo eso, ¿sí?
—Ya hija, yo te llamaré, me dices cuando estás libre y lo hago —sonrió.
—Te quiero muchísimo, gracias mami, gracias por todo y discúlpame por haber sido tan tonta todo este tiempo y perdí tanto tiempo valioso contigo que sé que nunca va a volver —le dije—, pero estaba dolida, estaba demasiado dolida por lo de mi papá, entiéndeme.
—No te preocupes, yo te entiendo hija, ¿sí? No estés mal. Cualquiera se equivoca y comete errores, yo también los he cometido y más contigo, ¿sí? Pero ahora vamos a estar mejor, cuando llegues todo va a estar bien.

Observaba fijamente como las lágrimas bajaban rápidamente de los ojos —ahora rojos— de mi mamá. Me rompía el corazón y me hacía caer en la misma situación, ya que sencillamente no podía aguantar todo esto. El nudo en la garganta pronto se convertiría en un mar de lágrimas y seríamos madre e hija llorando juntas por la pérdida de tiempo que tuvimos.

—Te voy a extrañar demasiado —la abracé con las lágrimas saliendo a mares.
—No llores —me secó las lágrimas con las manos—, ¿sí? Ya nos vamos a ver, y aparte vas a poder ver a _________(tu abuela) y tu _________(tu abuelo) después de tiempo y vas a poder disfrutar el tiempo con ellos y así, y el tiempo se va a pasar volando, todo va a estar bien.
—Prométeme que me vas a llamar todos los días —le dije.
—Te lo prometo hija —sonrió—, ¿sí? Ahora sólo encárgate de disfrutar este viaje y aprovecharlo al máximo, ¿sí? Cuando sea tu cumpleaños, conéctate a Skype y hablamos por ahí, ¿sí? Te quiero dar tu saludo, pero por ahora te diré “Feliz cumpleaños adelantado”.
—Gracias mami —solté una carcajada y le sequé también las lágrimas—, ahora, no llores, ¿está bien?
—Te lo prometo.
—Nos vamos a ver en menos de lo pensado —le dije—, el tiempo se pasa rápido y en menos de lo que piensas me vas a tener aquí otra vez contigo.
—Sí —trataba dejar de llorar—, bueno _________(tu nombre), ya tienes que ir, ¿sí? Cualquier cosa me avisas, llámame antes de salir. ¿Ya?
—Está bien mami, te adoro. Gracias por todo.
—Siempre me vas a tener cuando sea que me necesites —sonrió, ¿sí preciosa?
—Sí mami —asentí.

Nos dijimos unas últimas palabras y me dio dinero extra para cualquier necesidad. Entre lágrimas y abrazos nos despedimos, nos dijimos de todo y sonreímos, pero ya era momento de partir, era momento de emprender este viaje que recordaría por siempre.

Fin de la narración.

-En la casa Bieber/Mallette-

Narra Justin:

—No estés así, hijo —escuché la voz de mi mamá, mientras me acariciaba suavemente la parte superior de la espalda.
—Es que me duele que se vaya.
—Pero va a volver —me dedicó una dulce sonrisa.
—Pero igual, me duele, aunque sólo hayamos estado paseando dos días, me encariñe demasiado.
—Pero dos días es muy poco tiempo, hijo —me dijo mi mamá.
—Pero, eso no quita que haya podido sentir tantas cosas por ella, que la haya querido tanto —hice una pausa—, yo estaba enamorado de ella, pero no decía nada porque estaba con Christian y no quería estorbar, pero ¿qué puedo hacer? La quiero, estoy enamorado y lo puedo decir. Yo jamás me había enamorado y ahora sé que es así porque sencillamente lo siento de corazón, porque es algo que jamás había sentido por otra chica.
—Pero hijo…
—Yo quiero verla antes de lo posible —la interrumpí—, pero no quiero malograrle su viaje, no quiero estar hostigándola. Por ejemplo, hace un rato le mandé un mensaje y me contestó y le volví a mandar otro, pero aún no lo lee, y realmente no quiero molestarla, y probablemente en estas 5 semanas que se va de viaje no hablemos casi nada, pero yo estoy segura que no la voy a olvidar ni voy a hacer algo para lastimarla, pero ¿y si ella lo hace? Ha sido muy difícil llegar a su corazón. Yo no me cansaría de hacerlo una y otra vez, pero sí me dolería que ella me olvidara, pero se tiene que divertir, tiene que pasarlo súper bien, porque… ¡es su viaje por sus 15 años! Tiene que pasarla súper bien, ¿no?
—Si ella te quiere, no te va a olvidar.
—Ese no es tanto el problema, sino lo que llegue a hacer mamá —admití con miedo imaginándome las peores cosas.
—Pero tú ya debes de estar preparado, porque tú sabes que va a estar con sus amigas y de todas maneras va a salir a divertirse, Justin.
—Pero ¿por qué ahora? ¿Por qué las cosas no pudieron suceder después? ¿Ah? —le pregunté.
—Hijo, las cosas suceden por algo —se sentó a mi costado esperando que la mirara al rostro.
—Aun no entiendo porque sucedió esto a estas alturas.
—Pero tú sólo deja que las cosas sucedan con naturalidad, no trates de enfrentar cosas que probablemente no funcionaran. Déjalo así, vas a ver que todo va a estar bien —observé su sonrisa, pero no me convencía para nada.
—¿Por qué? ¡Es un mes! ¡Un mes perfecto para olvidar! ¡Para hacer de todo! —me tapé el rostro con las dos manos, mientras tenía los ojos apoyados en la mesa.
—A ver hijo…
—¿Qué? —le dije un poco enojado.
—¿Tú la vas a olvidar? —me preguntó dulcemente.
—Claro que no, jamás —respondí inmediatamente.
—¿Entonces cuál es tu preocupación? —cuestionó mirándome fijamente.
—De que ella sí lo haga.
—¿Y eso qué interesa?
—¡Demaaaasiado! —exclamé.
—Pero si tú la quieres, eso no va a interesar. Si te olvida, algún día tendrá que recordarte, ¿verdad? Y volver a conquistarla no va a ser ningún problema si realmente la quieres —me dijo.
—Pero mami, eso no va a quitar absolutamente nada. Ella no se va a quedar por eso, ella no va a dejar de hacer las cosas que hará, yo no voy a dejar de pensar en ella todas las noches por eso, yo no voy a poder evitar sentirme así, ¿me entiendes? Cuando nos despedimos, me tuve que ir rápidamente porque no quería llorar, sin embargo ahora tengo ganas de romper en llanto e irme inmediatamente detrás de ella.

Sentí como algunas lágrimas recorrían mi rostro. Mi mamá ya se daría cuenta de mi situación, pero no quería que sintiera lástima por mí. Era lo último que desearía, pero también lo que menos me importaba en esos momentos. Era una de las pocas veces que lloraba por una chica, pero lo que más me sorprendía es que no habían pasado los días con velocidad, había pasado muy poco tiempo y ya la extrañaba. No la conocía desde hace mucho, pero lo suficiente como para enamorarme perdidamente de ella. Habíamos compartido dos días hermosos y hace unas cuántas horas yo le había regalado ese collar y la había besado por primera vez de verdad y no por un juego. Había pasado muy poco como para extrañarla desde esa manera, habían pasado sólo horas. No habían pasado ni semanas ni meses, pero ahora es cuando me doy cuenta que no es necesario que pase una eternidad como para enamorarte de una persona, como para empezar todos estos sentimientos por alguien, algunas veces es cuestión de segundos.

—La quiero demasiado —susurré, mientras mi mamá me abrazaba—, pero no quiero malograrle su viaje.
—Yo sé que ella también te quiere —dijo, mientras acariciaba mi espalda.

Estaba por decidir que lo mejor sería quererla en silencio. Sin decir nada, porque si lo hacía verdaderamente no tenía que decírselo a nadie más que no sea ella, pero por las situación prefería no hablar con ella. No quería hablarle, quería que ella lo haga. No quería estorbarle, quería que ella me hable porque entonces sabría que ella estaría desocupada. Sencillamente, no quería ser ninguna molestia para ella —como ya lo he dicho un millón de veces—, sino todo lo contrario. Pero sé que mientras más confianza le tomara, sería peor para mí.

—Pero a veces eso no es suficiente —murmuré, casi para que ella no me escuchara.
—Ay, hijo —exclamó mi mamá con tristeza.
—No lo es —sentencié.

Decidí tomar todo este tiempo como cuando me ponían una inyección: con la mentalidad de “todo va a pasar rápidamente, en un abrir y cerrar de ojos ya todo terminará” y así será. Si pensaba así sé que las cosas pasarían con más rapidez y resultaría mejor.

Fin de la narración.

-En el Aeropuerto Internacional Hartsfield-Jackson-

Narras tú:

En un abrir y cerrar de ojos ahora me encontraba sentada en el avión con destino a ________(tu país). Justo me había tocado el sitio cerca a la ventana y pude observar las cosas de afuera.

En pocos minutos, el avión despegaría y yo ya estaría haciendo una de las cosas que había anhelado desde que llegué acá, a Atlanta. Me iría aunque sea por unas 3 semanas y disfrutaría un buen tiempo ahí, con mis amigos, mi familia. Sería como que volver a mi anterior vida al menos por un tiempo, sería como si se hubiera detenido el tiempo para que yo pudiera irme y disfrutar lo que no pude aunque sea en 3 semanas. Todo sería diferente —estaba segura—, probablemente no sería con exactitud como antes, pero supongo que se compararía en algo. Estaría con mis amigas de toda la vida, y por fin podría ver a mis abuelos y si Dios quiere podría “ver” a mi papá. ¿Qué más podría pedir? Todo sería perfecto, pero en un mes podrían pasar varias cosas y eso era lo que me daba miedo.

Mi celular comenzó a vibrar, interrumpiendo mi reflexión.

Justin Bieber:
Discúlpame por molestarme a esta hora, seguramente ya estás embarcando o ya estás por despegar, pero quería despedirme pues sé que el viaje no es largo. Es la última vez que te moleste durante tu viaje, disfrúuuutalo al máximo, ¿sí? Y si no te hablo, es porque no quiero estorbarte. ¿Ya? Ya te dije todo lo que te quería decir cara a cara (: te voy a extrañar. Te adoro preciosa, adiós.

Decidí contestarle, pues me había dado cuenta que hasta ahora no le había contestado el anterior mensaje, pero ahora estaba completamente confundida. Ya no sabía con claridad que pensar, pero decidí contestarle bien, pues era consciente de que no íbamos a poder hablar bien.

Le contesté lo siguiente:

Discúlpame a mí por recién contestar, pero estaba terminando de alistar mis cosas y acá en el aeropuerto no tuve tiempo de nada. Ya estoy en el avión, ahorita vamos a despegar seguramente…

Cuando estaba escribiendo el mensaje fui interrumpida, por una llamada. Era Justin, pero decidí contestarle, no creo que fuéramos a hablar otra vez en un largo tiempo, o al menos escuchar su voz.

—Sé que prometí no molestarte, pero no pude aguantar las ganas de escuchar tu voz —me dijo Justin.
—¡Qué lindo! —exclamé enternecida—, no te preocupes.
—¿Qué estás haciendo? —me preguntó.
—Nada, esperando a que el avión despegue, seguramente en un ratito.
—¿Y estás sentada con alguien más?
—No, por suerte estoy sola y a un costado. Mejor para mí, así puedo descansar mejor —le dije.
—Sí, mejor, tienes mucho tiempo para descansar, pero ¿no te molesta dormir en aviones?
—No, cuando tengo sueño, duermo donde sea y como sea —solté una carcajada.
—¡Ay! —se río un poco.

En ese preciso momento una azafata se acercó a mí.

—Disculpe señorita, pero debe de apagar su celular —me dijo tiernamente.
—Ok, no se preocupe.

—Bueno, creo que ya escuchaste, ¿no? —le dije.
—Sí, no te preocupes. Apaga tu celular, te quiero demasiado —me dijo—, cuídate. Mándame un mensaje cuando puedas para ver como llegaste, ¿sí? Te adoro.
—Yo también, chau, cuídate.
—Fue lindo escuchar tu voz —me dijo.
—Sonso —reí en voz baja.
—Adiós preciosa.
—Adiós feito —colgué.

Por suerte ya había llamado a mi mamá y estaba toda lista para emprender todo este viaje, aunque sería un poco cansado, pero ahora estaba confundida por Christian, cuando vi a Justin por última vez parecía tener todo tan claro, pero ¿ahora? Está todo completamente diferente, estoy muy confundida, no sé que hacer. No sé que sería mejor que hacer, ¿quién sabe todo lo que podría suceder en un mes? ¡Un mes son 30 días! No es poco tiempo, podrían suceder un montón de cosas y aunque no quería hacerlo, también me di cuenta que sería el tiempo perfecto para olvidar: olvidar todos estos problemas inútiles, olvidar absolutamente todo, como si jamás hubiera pasado. Olvidar todo lo que me lastimaba y me confundía, olvidar cada cosa negativa y empezar desde cero cuando regresaría, duela a quién le duela, pues siendo sincera no terminé muy bien aquí. No quería olvidar a Justin, tampoco a Christian, pero las cosas son diferentes de como pensé que serían y realmente me encontraba confundida.

¿Sería un mes perfecto para olvidar? 

lunes, 15 de octubre de 2012

Cap. 107°: "No quiero que se vayan"


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"No es lo mismo sin ti"

Justin Bieber:
La pasé demasiado bien contigo, fue genial. Me divertí a pesar de todo y bueno, espero que las semanas se pasen rápido para tener otra vez acá conmigo. Eres la mejor preciosa, te adoro.

Cuando leí eso pensé en dejarlo en “R” (cuando lees un mensaje en BBM, la otra persona puede darse cuenta cuando al costado está la letra “R” en el check o visto), pero fue muy bonito lo que me escribió así que solo atiné a escribir: “Aww :’) que lindo Just”. Y nada más. No tenía ganas de nada ahora que me enteré que Christian se iría, pero bueno al menos ya me voy y voy a retomar mi vida y vivir nuevas experiencias. Claro, no es comenzar desde 0 y tampoco lo va a ser, pero al menos es alejarme de todo esto por un momento y disfrutar, disfrutar al máximo. Olvidarme de todo lo que ha sucedido acá y poder irme y ser feliz.

Me di cuenta que él me había contestado “tú más, preciosa”¨, pero realmente quería dejarlo ahí, pues definitivamente no tenía ganas de continuar. No le contesté. Sólo me preocupé en mis cosas para irme de una buena vez acá, así que me puse a revisar la lista que mi mamá me habían mandado para saber si me olvidaba algo y bueno también iba revisando cada esquina de mi habitación para saber si había algo que me sería útil en el viaje.

Después de un rato…

Ya estaba por terminar de guardar algunas cosas que me había olvidado y no estaban en la lista, pero fue ahí en ese preciso momento cuando escuché mi nombre desde el primer piso.

—¿Qué pasa? —pregunté.
—¡Ven! —contestó la voz de mi mamá—, ¡la cena está lista!

Miré el reloj de mi mesa de noche para ver qué hora era y verdaderamente no era muy tarde, recién eran las 10, pensé que sería muchísimo más tarde y ¡moría de hambre!

Bajé rápidamente las escaleras deslizándome por donde se supone que debería de poner las manos y casi me caigo cuando llegué, pero me dirigí a la cocina inmediatamente al ver que nadie me miró.

—¿Si mami?
—Ven, vamos a sentarnos.
—Está bien —le dije con una sonrisa—, pero, ¿qué es de cenar?
—Tu comida favorita.

Entonces me puse a pensar en todos los platos que me gustaban y consideraba como mis favoritos: lasagna, spaghetti  con albóndigas, etc. Pero especialmente amaba las pastas como nada en este mundo, bueno, menos los ravioles. Aunque también me gustaba la pizza y la comida chatarra, pero también amaba el pavo aunque mayormente lo comía sólo en Navidad, y obviamente el sushi, aunque dudo demasiado que vaya a comer eso acá.

—¿Cuál de todas? —pregunté con una carcajada.
—¡Ya verás! —se dirigió a mí y me sonrió.
—Está bien —sonreí.

Fue un lindo detalle de su parte, que se haya tomado la molestia de que cene conmigo este último día. Obviamente estaría Paz, Rafael y me cagarían la noche aunque él era bueno conmigo, yo no lo aguantaba, pero también estaría Ryan y aunque no esté sentada en la mesa con nosotros también Elizabeth.

Sólo me acerqué a la mesa y cuando vi a Rafael lo saludé con un “Hola Rafael” y él a mí de la misma manera. A Paz ni siquiera la saludé y tampoco me dijeron nada así que me sentí mejor y me senté a la mesa aunque sólo estaba un bowl gigante con ensalada en el centro, pero poco a poco Elizabeth fue trayendo la entrada a la mesa: canelones. No estaba acostumbrada a comer así en la noche, pero supongo que sería especial así que me sentí feliz y todavía que estaba al costado de mi mamá así que sólo sonreí.

Habían copas enfrente de cada uno, y una botella de champagne en el centro. Rafael le abrió y sirvió a cada uno un poco, incluso a mí, aunque eso lo hacíamos mi mamá y yo cuando era año Nuevo o Navidad.

—Bueno, quiero hacer un brindis por _________(tu nombre), por su cumpleaños aunque no esté con ella, que lo pase de lo mejor y que en estas semanas que va a estar lejos que no nos olvide. Y bueno —dijo mi mamá ahora mirándome—, te quiero demasiado hija, estoy orgullosa de ti.

En ese preciso momento las lágrimas comenzaron a salir de mi rostro espontáneamente, sin querer, pero iban acompañadas de una sonrisa.

—Gracias mamá, te amo —le dije con la voz entrecortada de la emoción.

Me acerqué a ella y le di un gran abrazo como si fuera la última vez que la fuera a ver en mi vida. Después de eso, brindamos.

Nos pasamos un par de horas comiendo y conversando, por un momento sentí que todo estaba bien y me olvidé de todas las preocupaciones que tenía en la cabeza. Finalmente, estaba con mi mamá, ¿no? Mi familia. Y bueno lo que sería parte de las personas con las que empezaría a convivir y Ryan, jajaja.

Yo no tenía muy en claro lo que tenía que hacer cuando llegara a _______(tu país), ni lo que haría cuando llegara a Londres, por lo tanto estaba muy nerviosa, pero sí sabía que debía de hacer en el aeropuerto.

—Pero mami, ¿qué tengo que hacer apenas llegue a ________(tu país)?
—Primero, tienes que sacar tu maleta y de ahí te vas a…
—No, no, después de todo eso. Imagina que ya terminé de hacer todo y ya estoy saliendo para encontrarme con ________(tu abuela) y _________(tu abuelo).
—Bueno, los encuentras, los saludas y ya, de ahí llegan a la casa y deciden que hacer, puedes hacer lo que quieras, pero de acuerdo al permiso que te den. Y por favor, hazles caso en todo lo que te digan, porque a la primera cosa vuelves a Atlanta.
—Está bien, mamá —aunque no la miré de la mejor manera porque no había cosa que más me molestara que me dijeran que tenía que hacer— ¿y cuándo llegue a Londres?
—Bueno, como vas a ir con Ximena y Alyssa, las va a ir a recoger un taxi para llevarlas al hotel y de ahí descansan y ya tienen contratada a una guía para que el primer y segundo día conozcan la ciudad y de ahí pueden salir adonde quieran, pero siempre con cuidado.
—Está bien mami —no pude sostener la emoción y sonreí.

Yo ya me imaginaba las cosas que sucederían y realmente estaba muy emocionada al respecto.  Sería el primer viaje que haría fuera del país sin mi mamá ni ningún adulto que se haga responsable. Solo mis amigas y yo, nadie más. Iba a ser lo máximo.

Sin darme cuenta, los minutos comenzaban a correr y la esperada hora ya se hacía próxima. Cuando terminamos de comer, me dirigí a mi habitación, me lavé los dientes, terminé de guardar algunas cosas y ya tenía mis maletas preparadas. Sólo estaba dejando que mi celular cargue para de una vez subirme en el carro e irme al aeropuerto para emprender esta nueva aventura.

—Ya vamos —me dijo mi mamá.
—Sí —respondí emocionada.

No me acuerdo nada más después de esas palabras. Sólo que mi mamá estaba que me despertaba y me llamaba cariñosamente para que me levantara y me bajara del carro.

—¿Ya llegamos? —pregunté un poco aturdida.
—Sí, ya llegamos. Baja —me dijo tiernamente.
—No quiero —le dije perezosamente.
—¿Ahora no quieres? —me preguntó riendo—, está bien. Si quieres te puedes quedar acá. Mejor para mí.
—No, no, era broma —dije saliendo de la camioneta.

Al aeropuerto sólo fue a despedirme mi mamá. Nadie más, supongo que mi mamá les había pedido que se quedaran y realmente sentí que era mejor para mí. Aunque en la casa ya se habían despedido de mí, al menos tenía a mi mamá, aunque también era peligroso que una mujer embarazada venga a dejar a su hija al aeropuerto a estas horas de la madrugada, pero sé que después vendría Rafael como ellos habían acordado por teléfono y sí estaba de acuerdo.

—Ven, vamos.

Mi mamá abrió la maletera y me ayudó a bajar una de las tres maletas que estaba llevando.

—No lo hagas, yo puedo hacerlo —le dije—, puede hacerte daño.

Aunque no estuviera de acuerdo con ese niño o niña que llevaba en el vientre, no iba a permitir que mi mamá sufra, ya que a ella también podría hacerle daño todo esto. Y me molestaba que lo hiciera, como si yo fuera una inválida o algo parecido que me impidiera hacerlo.

—Está bien, hazlo tú —me dedicó una sonrisa—, gracias.

Saqué las maletas que quedaban y las arrastré, mientras mi mamá hacía eso con la más pequeña.

—Cuando encontremos un carrito para poner las maletas dejas de arrastrarla, ¿sí?
—Está bien hija, no te preocupes —me dijo ella.

Encontramos el carrito, pusimos las maletas y mi mamá dejó su cartera ahí. Las dos estábamos caminando y no era tan tarde que digamos, tenía el tiempo suficiente como para tomarme algo y recién entrar. Todavía faltaban como 2 horas y 30 minutos para que saliera el vuelo.

—¿Quieres ir a Starbucks por un café? —me preguntó mi mamá.
—Sí, vamos —contesté sonrientemente.

Para ese entonces ya habíamos dejado las maletas y todo eso. Así que teníamos tiempo.

Fuimos al Starbucks del aeropuerto y yo me levanté a pedir los cafés, mientras mi mamá estaba sentada. Después de un rato, volví con dos frapuccinos y dos galletas.

—¡Gracias! —sonrió mi mamá.

Me acuerdo que siempre amó Starbucks, siempre le encantaba ir y cada vez que podíamos íbamos juntas las dos a tomar un café y hablar de nuestro día o de algunas cosas que nos habían sucedido.

—De nada —le respondí con otra sonrisa.
—¿Y cómo te sientes? —me preguntó—, ¿nerviosa?
—Sí, demasiado —le dije—, me muero por ver a _________(tus abuelos) y también a mis amigas. Va a ser muy emocionante.
—Sí, pero ya falta poquito y disfruta cada día y no andes peleando ni nada, siempre cumple con todo lo que te dicen y ya te he dicho que especialmente con los horarios porque ellos van a ser los responsables de ti. Si quieres que te den un poco más de permiso puedes conversar con ellos y sabes que con todo el amor del mundo van a aceptar gustosamente, pero todo si lo haces de buena manera —y así comenzó diciéndome el mismo sermón de toda la vida.
—Sí mami, ya lo sé, no te preocupes de eso —le dije—, voy a cumplir con todos los horarios acordados y sino me gusta algo lo voy a conversar para ver si se puede cambiar y sino también lo voy a aceptar con respeto, ¿ya mamá?
—Está bien, pero igual te voy a estar llamando a diario y también voy a estar preguntando acerca de tu conducta para ver como te estás portando y a la primera queja te olvidas de viajes o cualquier cosa, ¿está bien?
—Está bien, mamá, no te preocupes.

En ese momento había pensando en buscar la pelea por lo que ella había dicho sobre mis viajes, pero luego decidí que no resultaría apropiado porque sería por las puras, debía de disfrutar los últimos minutos que tenía con mi mamá porque después no la vería en más de un mes y es que jamás me había separado de ella tantos días como lo haría ahora.

—Ya, ahora sólo quiero que te diviertas y disfrutes, ¿sí?
—¡Eso haré! —respondí honestamente con una sonrisa de oreja a oreja.

Estuvimos hablando un rato de eso mientras comíamos y tomábamos el frapp.

—Ah, ¿y cómo te va con tu novio, Christian? —me preguntó mi mamá.
—No es mi novio —le dije.
—¿No? Pero si hace poco lo vi contigo llevándote a la casa.
—Terminamos —le dije secamente.
—¿Por qué?
—Pregúntale a tu amada Paz.
—¿A Paz? —me preguntó ella confundida.
—Sí, a ella.
—¿Ella que tiene que ver ahí? —cuestionó sin entender.
—Por su culpa terminamos —le dije, aunque no era del todo cierto.
—¿Por qué? ¿Qué hizo? —noté su interés en las preguntas, aunque me sorprendió que no supiera ya que Paz le contaba varias cosas.
—Cuando Christian fue a la casa un día, Paz aprovechó y lo besó y yo los vi a los dos besándose —le dije a mi mamá—, pero bueno, ya fue.
—¿Eso hizo? —dijo ella sorprendida  noté un poco de furia.
—Sí, eso hizo.
—Yo pensé que Paz no era así.
—Yo también PENSÉ, pero sólo lo hice en el pasado porque ya me doy cuenta el tipo de personas con las que tengo que convivir día a día.
—Pero hija, ¿cómo te sientes al respecto? —me preguntó preocupada porque probablemente pensaría que me molestaba mucho y me incomodaba lo que me había hecho.
—Estoy bien y más bien siento que fue lo mejor para los dos —le comenté.
—¿Por qué dices eso? —me preguntó curiosamente, pero yo sé que mi mamá no es ninguna tonta y ya sabía algo de antemano.
—Porque yo también sentí que las cosas no eran como antes y que todo lo que habíamos sentido ya se estaba yendo, ¿me entiendes?  —respondí sinceramente.
—Sí, sí te entiendo —me dijo ella.
—Y ya bueno, hoy día fue a la casa para conversar conmigo por lo que ocurrió ayer, pero realmente no me interesa ni en lo más mínimo si soy sincera mami porque el dolor ya está hecho. Todo lo que hizo, ya lo ha hecho y lo que haga ahora no va a cambiar todo lo que siento.
—¿Y por qué estabas hoy día con Justin? —me preguntó.
—¿Cómo sabes que se llama así? —me entró curiosidad.
—Porque lo conocía. ¿No es ese chico que es famoso y amigo de Ryan? —me dijo mi mamá y luego recordé que se conocían cuando mi mamá venía antes a Atlanta por Rafael.
—Oh, verdad.
—¿Y qué hacías con él tanto tiempo afuera? —me preguntó como insinuando algo.

Me daba vergüenza hablar de este tipo de cosas con mi mamá. Bueno, no sólo con ella sino con cualquier persona adulta o algo parecido, no me gusta decir ese tipo de cosas, sólo a mis amigas más cercanas, porque después siento vergüenza. Sé a lo que se refieren y cuál es el objetivo de seguir con la conversación y eso es lo que más vergüenza me da.

—Nada, sólo estábamos conversando —le dije, aunque sabía que mi mamá no era ninguna tonta y probablemente no me creía.
—¿Es tu amigo? —me preguntó.

Su pregunta fue un poco tonta, ya que obviamente tendría que ser mi amigo como para que yo me quede tanto tiempo con él afuera o esté con él. No creo que yo vaya a estar con el primer desconocido que me cruce en la calle, pero bueno, yo sé que su pregunta iba a otra cosa, como: ¿es tu enamorado o tu amigo? Tan sencillo como eso, no sé porque se complicaba tanto.

—Sí, obviamente —le dije.
—¿Sólo eso? —levantó una ceja y soltó una carcajada.
—¿Qué insinúas, mamá? —pregunté mirándola seriamente, para luego terminar riéndome.
—Nada.
—O sea, es mi amigo —comencé a hablar—, éramos algo más. O eso creo, pero sólo “amigos”, según parecía. Pero no lo sé. Ahora me voy a ir más de un mes, voy a ver a mis amigos, de hecho que voy a salir, de hecho que voy a ir a fiestas y voy a estar con los amigos de antes, ¿no? ¿Y él? ¿Qué va a hacer? ¿Quedarse encerrado en su casa todos los días en vez de salir con sus amigos? No, claro que no. Nadie haría eso, y mucho menos a la edad que él tiene. Claro, tampoco estoy diciendo que cada día se la va a pasar de fiesta en fiesta, pero no se va a quedar como un santo. En un mes pueden pasar varias cosas y más aún cuando voy a viajar a Londres con mis amigas, pero no estoy diciendo que vaya a ser cosas malas ni incorrectas, sólo que como ya dije “pueden pasar varias cosas” y más me refiero a él porque es hombre. Un mes es demasiado tiempo, sólo ponte a pensar que sólo hay 12 en un año.
—¿Ah? —dijo ella sin entender.
—Bueno, haré un resumen: me voy a ir durante más de un mes y no nos vamos a ver y probablemente no mantengamos contacto ya que yo estaré ocupada y él podrá hacer un montón de cosas y dudo demasiado que me vaya a esperar durante tanto tiempo y yo no sé que vaya a hacer.
—¿Acaso piensas ir de fiesta en fiesta? —me preguntó—, yo no voy a estar ahí para darte permiso. ________(tu abuela) y ________(tu abuelo) van a ser responsables de ti, y si ellos dicen que NO, es no y tú tienes que obedecerles en cada cosa que ellos digan y si no te parece correcto algo puedes dialogar con ellos, pero no pelear y si ellos no acceden a lo que tú estás diciendo tú no tienes por qué enojarte. Si ellos te dicen que NO a alguna salida o una fiesta, es no, ________(tu nombre).

En esos momentos había pensado en contestarle de mala manera a mi mamá porque no me gustaba que me repitieran lo mismo una y otra vez, pero no lo encontré correcto, pues a nadie le gustaría que le contestaran así y mucho menos el último día que se verán en como un mes o algo así. Aparte, habíamos estado tanto tiempo peleadas que ya no valía la pena seguir así y mucho menos que yo me fuera del país estando enojada con mi mamá quién sabe cuánto tiempo.

—Pero no me refiero a eso, ¿por qué mezclas una y otra cosa? —le pregunté pero pasivamente, sin ánimos de pelear ni desatar discusión alguna.
—Sí sé que no te refieres a eso, pero sólo quería aclararlo ya que tocaste el tema sin querer —me dijo.
—Está bien.
—Y ya bueno, al final, ¿qué piensas hacer con Justin?
—Realmente no sé. Dejar que las cosas sucedan como deberían, dejaré todo en manos del destino —hice una pequeña pausa—, pero no sé que hacer porque ahora estoy confundida.
—¿Por qué?
—Porque antes de eso Christian fue a la casa y me dijo que se iría y tal vez no lo vería en un muy buen tiempo porque probablemente se iría antes de que yo volviera.
—¿Adónde se va a ir? —me interrumpió mi mamá.
—A Los Ángeles —contesté.
—Ah ya.
—Y ya bueno —dije continuando—, no sé. Una cosa es que me haya hecho todo lo que me hizo, pero otra cosa muy diferente es que se vaya a ir y lo extrañe tanto como sé que lo haré. Me da muchísima pena que se vaya. Yo realmente la pasaba muy bien con él a pesar de todo y como que se vaya es otra cosa completamente diferente, pero también me puse a pensar y probablemente sería mejor para mí porque no lo vería durante un buen tiempo y no sabría nada de él y tal vez así sería mucho más fácil las demás cosas, pero por el otro lado extrañaría varias cosas de él y también de Caitlin, porque ella era muy buena conmigo y me gustaría que se quedaran.
—Pero, ¿es seguro que se tienen que ir? —me preguntó y noté que estaba interesada en nuestra conversación así que me entusiasmó a seguir hablando.
—Bueno, para que Christian haya ido a buscarme a la casa y decirme que se iría con esa cara de preocupación creo que sí lo es.
—Pero si se va no hay mucho que tú puedas hacer —me dijo mi mamá.
—Sí sé y tienes razón, pero me gustaría que se quedaran, pero a la vez no.
—Pero acá importa poco lo que tú quieras o no —me hizo dar cuenta mi mamá.
—Sí lo sé, pero es difícil. Ni siquiera me he despedido de Caitlin y probablemente cuando vuelva ya no la vea, ¿me entiendes? Es difícil venir y que en menos de como 7 meses que has llegado una chica que considerabas tu amiga y que fue muy buena contigo se vaya, una de las pocas amigas que habías logrado hacer. Y bueno, que una persona que tú querías, refiriéndome a Christian, se vaya, a pesar de todos los problemas, me duele que se vaya.

Sí, pero no le iba a contar a mi mamá que vino y me dijo “te amo” y me hizo sentir como si fuera la única chica en el mundo y con la sinceridad que sentí ese “te amo”, aunque en esos momentos probablemente me negaría a creerlo, ahora sí lo estaba haciendo. O todo lo que sentí cuando él me abrazó, todos esos sentimientos que estaban bien escondidos en mi corazón volvieron a aflorar. ¿Lo último que hubiera querido de Christian? Un último beso. Sí sé que probablemente suene un poco estúpida, puesto que por momentos lo odiaba, y por otros sencillamente todo lo contrario, pero me hubiera encantado un último beso de su parte, aunque ya me había dado un beso con Justin y no lo había querido soltar y probablemente estaría jugando con dos chicos o sencillamente estaría lo suficientemente confundida como para no saber que diablos hacer.

Sin darme cuenta, algunas lágrimas comenzaron a rodar de mi mejilla. No entendía por qué, no sabía por qué, ni siquiera me sentía triste, sólo me sentía apenada, pero no lo suficiente como para ponerme a llorar en ese momento. ¿Nunca les ha sucedido? ¿Nunca se han puesto a llorar de la nada?

Fin de la narración.

-En la casa Beadles-

Narra Christian:

Estaba en la habitación de mi hermana contándole todo lo que había pasado cuando fui a buscar a __________(tu nombre) y el mensaje de texto que le mandé.

—…Cuando la vi no le llegué a decir que probablemente nos iríamos antes de que ella volviera, pero le mandé un sms diciéndole eso y también que la amaba —le conté a Caitlin—, pero no sé. Realmente no sabía que hacer.
—¿Le dijiste que la amabas por sms? —me preguntó ella con los ojos abiertos— ¡eres un imbécil!
—¿Por qué? —cuestioné.
—Porque esas cosas se dicen cara a cara, no por sms.
—También se lo dije cara a cara, pero también por sms —aclaré.
—¿Y realmente la amas? —Caitlin me miró fijamente esperando una respuesta—, ¿después de lo que sucedió?
—…

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Capítulo dedicado a María Amed (¡Feliz cumpleaños atrasado!), Lucía Teeny Weeny, Jessie Bustamante, Adriana.

Bueno, chicas, ¿cómo están? ¡Espero que bien! Probablemente muchas de ustedes me quieran asesinar, pero esta semana estuve llena de compromisos y bueno, ¡al fin salí de vacaciones! Aunque sea una semana y eso me dio más tiempo para hacer capítulos y subirlos o algo así. También quería escribir una entrada para mi otro blog http://ifyoujustdream.blogspot.com pero tengo varias entradas que podría subir ahí, sólo que jamás termino de escribir una. Es dificíl. Bueno, en fin, esta semana que tengo libre, escribiré más capítulos y prometo que subiré al menos 2 capítulos, ¡lo prometo! 

Hoy día entré a Twitter después de un muuuy largo tiempo y me sorprendió que algunas me contestaran después de que yo le contestara después de muuuuchísimo tiempo, pero bueno, gracias por ser tan consideradas conmigo :) ahora comenzaré a entrar más a Twitter para estar más conectada con ustedes :) 

Bueno, ahora me pondré a leer los comentarios y los contestaré, ¿está bien? (Los voy a contestar debajo de cada comentario, ¿me entienden? La respuesta va a estar debajo de los comentarios).

Vale